Los indígenas marchan sobre Quito en protesta por la política minera
La comunidad indígena ecuatoriana llega a la capital tras dos semanas de marcha para exigir al Gobierno de Correa cambios en la minería a gran escala y leyes sobre el acceso al agua y redistribución de las tierras
Quito, El País
Miles de indígenas han recorrido este jueves las calles de Quito en rechazo a la política gubernamental de minería a gran escala y en demanda de leyes que les garanticen el acceso al agua y la redistribución de las tierras. Tras dos semanas de iniciada su movilización al sur de Ecuador, la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (CONAIE) ha entregado en la capital ecuatoriana un manifiesto en el que expuso sus demandas para el Gobierno del socialista Rafael Correa y para la Asamblea Nacional.
En contrapartida, partidarios del Ejecutivo se han concentrado multitudinariamente a las afueras del Palacio de Gobierno y en otros sitios de la capital en respaldo al mandatario. Al dirigirse a sus simpatizantes, el presidente Correa ha reiterado un discurso enfocado en minimizar la protesta indígena, a la que ha calificado de “paupérrima” y “manipulada” por intereses partidistas, y en anunciar que “ha triunfado nuevamente la Revolución Ciudadana”.
Tras defender las acciones gubernamentales en agua y minería, el mandatario ha dicho este jueves que su gobierno está abierto al diálogo con la dirigencia de la CONAIE, y no con los “politiqueros oportunistas” que según el gobierno rodean a la movilización indígena. La dirigencia aborigen también ha condicionado un eventual diálogo a que las conversaciones se produzcan directamente con el presidente de la República y no con ministros de Estado, como se había anunciado desde el Gobierno. “Queremos hablar con el presidente, pero el diálogo tiene que ser no un diálogo de sordos; tiene que ser de respuesta a la demanda del pueblo”, ha dicho a la prensa el dirigente indígena Delfín Tenesaca.
Unos 2.700 miembros de la Policía ecuatoriana han vigilado las calles y plazas de Quito, a donde grupos indígenas han ingresado por el sur y el norte de la ciudad, mientras la ministra coordinadora de la Política, Betty Tola, ha anunciado el respaldo de unos 60.000 partidarios del Gobierno.
La dirigencia indígena ha exigido este jueves a las autoridades del Estado que se cumpla la norma de la Constitución ecuatoriana que dispone el consultar a las comunidades acerca de los proyectos de explotación de recursos no renovables que se encuentren en sus tierras. Dichas consultas no son vinculantes, pero la dirigencia de la CONAIE ha reiterado que espera que en ellas se busquen consensos antes que “imposiciones” del Gobierno.
El presidente Correa ha reiterado, de su parte, que su administración impulsa una minería responsable en lo social y ambiental, repitiendo su frase de que “no podemos ser mendigos sentados en un saco de oro”. El mandatario suscribió a inicios de este mes un contrato con la china Ecuacorriente para la explotación de cobre en la provincia de Zamora Chinchipe, sitio desde el cual justamente partió la marcha indígena hacia Quito el pasado ocho de marzo. Y el Gobierno tiene previsto hasta mediados de año la firma de un nuevo contrato para otro megaproyecto minero, esta vez con la canadiense Kinross para la extracción de oro en la misma Zamora Chinchipe, al sureste de Ecuador.
Tras la jornada de este jueves se podría conocer si la movilización indígena dará paso a un proceso de diálogo con el Gobierno. En el pasado, protestas aborígenes efectuadas en este y anteriores Gobiernos desembocaron en mesas de diálogo, las cuales, sin embargo, no lograron permanecer en el tiempo. Esta vez, dirigentes de la CONAIE esperan que un eventual diálogo produzca resultados.
Quito, El País
Miles de indígenas han recorrido este jueves las calles de Quito en rechazo a la política gubernamental de minería a gran escala y en demanda de leyes que les garanticen el acceso al agua y la redistribución de las tierras. Tras dos semanas de iniciada su movilización al sur de Ecuador, la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (CONAIE) ha entregado en la capital ecuatoriana un manifiesto en el que expuso sus demandas para el Gobierno del socialista Rafael Correa y para la Asamblea Nacional.
En contrapartida, partidarios del Ejecutivo se han concentrado multitudinariamente a las afueras del Palacio de Gobierno y en otros sitios de la capital en respaldo al mandatario. Al dirigirse a sus simpatizantes, el presidente Correa ha reiterado un discurso enfocado en minimizar la protesta indígena, a la que ha calificado de “paupérrima” y “manipulada” por intereses partidistas, y en anunciar que “ha triunfado nuevamente la Revolución Ciudadana”.
Tras defender las acciones gubernamentales en agua y minería, el mandatario ha dicho este jueves que su gobierno está abierto al diálogo con la dirigencia de la CONAIE, y no con los “politiqueros oportunistas” que según el gobierno rodean a la movilización indígena. La dirigencia aborigen también ha condicionado un eventual diálogo a que las conversaciones se produzcan directamente con el presidente de la República y no con ministros de Estado, como se había anunciado desde el Gobierno. “Queremos hablar con el presidente, pero el diálogo tiene que ser no un diálogo de sordos; tiene que ser de respuesta a la demanda del pueblo”, ha dicho a la prensa el dirigente indígena Delfín Tenesaca.
Unos 2.700 miembros de la Policía ecuatoriana han vigilado las calles y plazas de Quito, a donde grupos indígenas han ingresado por el sur y el norte de la ciudad, mientras la ministra coordinadora de la Política, Betty Tola, ha anunciado el respaldo de unos 60.000 partidarios del Gobierno.
La dirigencia indígena ha exigido este jueves a las autoridades del Estado que se cumpla la norma de la Constitución ecuatoriana que dispone el consultar a las comunidades acerca de los proyectos de explotación de recursos no renovables que se encuentren en sus tierras. Dichas consultas no son vinculantes, pero la dirigencia de la CONAIE ha reiterado que espera que en ellas se busquen consensos antes que “imposiciones” del Gobierno.
El presidente Correa ha reiterado, de su parte, que su administración impulsa una minería responsable en lo social y ambiental, repitiendo su frase de que “no podemos ser mendigos sentados en un saco de oro”. El mandatario suscribió a inicios de este mes un contrato con la china Ecuacorriente para la explotación de cobre en la provincia de Zamora Chinchipe, sitio desde el cual justamente partió la marcha indígena hacia Quito el pasado ocho de marzo. Y el Gobierno tiene previsto hasta mediados de año la firma de un nuevo contrato para otro megaproyecto minero, esta vez con la canadiense Kinross para la extracción de oro en la misma Zamora Chinchipe, al sureste de Ecuador.
Tras la jornada de este jueves se podría conocer si la movilización indígena dará paso a un proceso de diálogo con el Gobierno. En el pasado, protestas aborígenes efectuadas en este y anteriores Gobiernos desembocaron en mesas de diálogo, las cuales, sin embargo, no lograron permanecer en el tiempo. Esta vez, dirigentes de la CONAIE esperan que un eventual diálogo produzca resultados.