Los indígenas marchan sobre Quito en protesta por la política minera
Quito, AFP
La capital ecuatoriana será hoy el escenario de masivas movilizaciones a favor y en contra del Gobierno de Rafael Correa. La marcha convocada por la mayor organización indígena del país llega a Quito tras dos semanas de recorrer Ecuador en rechazo a la política gubernamental de minería a gran escala y en demanda de leyes que garanticen el acceso al agua y la redistribución de las tierras. En contrapartida, partidarios del Ejecutivo se concentran a las afueras del Palacio de Gobierno y en otros sitios de la capital en respaldo al mandatario.
Unos 2.700 miembros de la Policía ecuatoriana vigilan las calles y plazas de Quito. Los indígenas prevén entrar en gran número a la capital por el sur y el norte de la ciudad, mientras la ministra coordinadora de la Política, Betty Tola, ha anunciado que unos 60.000 partidarios del gobierno se reunirán este jueves. Ambos sectores han dicho que sus manifestaciones serán pacíficas.
En la noche de este miércoles, el presidente Correa salió a la Plaza de la Independencia, frente al Palacio de Gobierno, a agradecer a sus simpatizantes que ya se encontraban en el lugar. “Somos la inmensa mayoría y esta revolución no la para nada ni nadie”, reiteró el mandatario, quien sin embargo abrió la posibilidad de un diálogo con la dirigencia indígena. “Jamás hemos cerrado las puertas al diálogo”, señaló Correa, pero advirtió que no recibirá “a los politiqueros oportunistas” que según el gobierno rodean a la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (CONAIE), organizadora de la movilización.
Los dirigentes indígenas, por su parte, han preparado una serie de planteamientos que busca entregar este jueves al gobierno y a la Asamblea Nacional. Por lo pronto, el presidente de la Asamblea, el oficialista Fernando Cordero, ha anunciado que recibirá durante la tarde de este 22 de marzo a la dirigencia indígena para conocer sus demandas. Los indígenas exigirán que se cumpla la norma de la Constitución ecuatoriana que dispone el consultar a las comunidades acerca de los proyectos de explotación de recursos no renovables que se encuentren en sus tierras. Dichas consultas no son vinculantes, pero la dirigencia de la CONAIE ha reiterado que espera que en ellas se busquen consensos antes que “imposiciones” del gobierno.
Correa ha reiterado en las últimas horas que su administración impulsa una minería responsable en lo social y ambiental, repitiendo su frase de que “no podemos ser mendigos sentados en un saco de oro”. El mandatario socialista suscribió a inicios de este mes un contrato con la china Ecuacorriente para la explotación de cobre en la provincia de Zamora Chinchipe, sitio desde el cual justamente partió la marcha indígena hacia Quito el pasado 8 de marzo. Y el gobierno tiene previsto hasta mediados de año la firma de un nuevo contrato para otro megaproyecto minero, esta vez con la canadiense Kinross para la extracción de oro en la misma Zamora Chinchipe, al sureste de Ecuador.
Al final de la jornada se sabrá si la movilización indígena dará paso a un proceso de diálogo con el gobierno. En el pasado, protestas aborígenes efectuadas en este y anteriores gobiernos desembocaron en mesas de diálogo, las cuales, sin embargo, no lograron permanecer en el tiempo. Mientras tanto, los dirigentes de la CONAIE esperan que un posible diálogo produzca resultados.
La CONAIE tuvo un papel determinante en la caída de los presidentes Abdalá Bucaram (1997) y Jamil Mahuad (2000), pero quedó debilitada tras su participación en el gobierno del también defenestrado Lucio Gutiérrez. Y ahora, luego de haber respaldado a Rafael Correa al inicio de su mandato, la dirigencia indígena busca recuperar su fuerza.
El presidente de la CONAIE, Humberto Cholango, ha resaltado el respaldo que ha recibido la marcha indígena de varios dirigentes aborígenes de la Sierra y Amazonía ecuatorianas, y frente a las acusaciones del gobierno de que la movilización busca desestabilizar al Ejecutivo, el líder indígena reiteró que “no hay ninguna desestabilización, no hay ningún intento de ruptura del orden constitucional”.
Las marchas y contramarchas de este jueves en Ecuador coinciden con la conmemoración del Día Mundial del Agua, y se desarrollan en un clima político con miras a las elecciones presidenciales y de asambleístas que se efectuarán en febrero de 2013. Y tal es la atención que ha causado la protesta indígena que incluso Manu Chao y Calle 13 se pronunciaron este martes en un concierto brindado en Quito en contra de lo que llamaron la “minería contaminante”.
La capital ecuatoriana será hoy el escenario de masivas movilizaciones a favor y en contra del Gobierno de Rafael Correa. La marcha convocada por la mayor organización indígena del país llega a Quito tras dos semanas de recorrer Ecuador en rechazo a la política gubernamental de minería a gran escala y en demanda de leyes que garanticen el acceso al agua y la redistribución de las tierras. En contrapartida, partidarios del Ejecutivo se concentran a las afueras del Palacio de Gobierno y en otros sitios de la capital en respaldo al mandatario.
Unos 2.700 miembros de la Policía ecuatoriana vigilan las calles y plazas de Quito. Los indígenas prevén entrar en gran número a la capital por el sur y el norte de la ciudad, mientras la ministra coordinadora de la Política, Betty Tola, ha anunciado que unos 60.000 partidarios del gobierno se reunirán este jueves. Ambos sectores han dicho que sus manifestaciones serán pacíficas.
En la noche de este miércoles, el presidente Correa salió a la Plaza de la Independencia, frente al Palacio de Gobierno, a agradecer a sus simpatizantes que ya se encontraban en el lugar. “Somos la inmensa mayoría y esta revolución no la para nada ni nadie”, reiteró el mandatario, quien sin embargo abrió la posibilidad de un diálogo con la dirigencia indígena. “Jamás hemos cerrado las puertas al diálogo”, señaló Correa, pero advirtió que no recibirá “a los politiqueros oportunistas” que según el gobierno rodean a la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (CONAIE), organizadora de la movilización.
Los dirigentes indígenas, por su parte, han preparado una serie de planteamientos que busca entregar este jueves al gobierno y a la Asamblea Nacional. Por lo pronto, el presidente de la Asamblea, el oficialista Fernando Cordero, ha anunciado que recibirá durante la tarde de este 22 de marzo a la dirigencia indígena para conocer sus demandas. Los indígenas exigirán que se cumpla la norma de la Constitución ecuatoriana que dispone el consultar a las comunidades acerca de los proyectos de explotación de recursos no renovables que se encuentren en sus tierras. Dichas consultas no son vinculantes, pero la dirigencia de la CONAIE ha reiterado que espera que en ellas se busquen consensos antes que “imposiciones” del gobierno.
Correa ha reiterado en las últimas horas que su administración impulsa una minería responsable en lo social y ambiental, repitiendo su frase de que “no podemos ser mendigos sentados en un saco de oro”. El mandatario socialista suscribió a inicios de este mes un contrato con la china Ecuacorriente para la explotación de cobre en la provincia de Zamora Chinchipe, sitio desde el cual justamente partió la marcha indígena hacia Quito el pasado 8 de marzo. Y el gobierno tiene previsto hasta mediados de año la firma de un nuevo contrato para otro megaproyecto minero, esta vez con la canadiense Kinross para la extracción de oro en la misma Zamora Chinchipe, al sureste de Ecuador.
Al final de la jornada se sabrá si la movilización indígena dará paso a un proceso de diálogo con el gobierno. En el pasado, protestas aborígenes efectuadas en este y anteriores gobiernos desembocaron en mesas de diálogo, las cuales, sin embargo, no lograron permanecer en el tiempo. Mientras tanto, los dirigentes de la CONAIE esperan que un posible diálogo produzca resultados.
La CONAIE tuvo un papel determinante en la caída de los presidentes Abdalá Bucaram (1997) y Jamil Mahuad (2000), pero quedó debilitada tras su participación en el gobierno del también defenestrado Lucio Gutiérrez. Y ahora, luego de haber respaldado a Rafael Correa al inicio de su mandato, la dirigencia indígena busca recuperar su fuerza.
El presidente de la CONAIE, Humberto Cholango, ha resaltado el respaldo que ha recibido la marcha indígena de varios dirigentes aborígenes de la Sierra y Amazonía ecuatorianas, y frente a las acusaciones del gobierno de que la movilización busca desestabilizar al Ejecutivo, el líder indígena reiteró que “no hay ninguna desestabilización, no hay ningún intento de ruptura del orden constitucional”.
Las marchas y contramarchas de este jueves en Ecuador coinciden con la conmemoración del Día Mundial del Agua, y se desarrollan en un clima político con miras a las elecciones presidenciales y de asambleístas que se efectuarán en febrero de 2013. Y tal es la atención que ha causado la protesta indígena que incluso Manu Chao y Calle 13 se pronunciaron este martes en un concierto brindado en Quito en contra de lo que llamaron la “minería contaminante”.