El terremoto del martes en México causó dos muertos
México, EFE
Desde que el pasado martes la tierra temblara en México con una magnitud de 7,4 grados en la escala de Richter no han parado de producirse constantes réplicas en las zonas cercanas al epicentro, cuyos habitantes duermen a la intemperie por miedo a que sus casas se les caigan encima.
"La gente está con crisis nerviosas y los daños materiales están aumentando con cada réplica", advirtió hoy a Efe telefónicamente Francisca Villalba, síndica de Ometepec, una remota localidad del estado sureño de Guerrero.
El pasado martes, a las 12.02 hora local (18.02 GMT), el Servicio Sismológico Nacional (SSN) registró un terremoto de magnitud 7,4 en la escala de Richter, el temblor más grande en la historia de México desde el de 1985.
Sus efectos pudieron sentirse en varios estados del centro de México, como en el Distrito Federal, en donde hubo algunos daños materiales, pero donde más se sintieron fue en el epicentro, en el sur del país, en las cercanías de Ometepec y Pinotepa Nacional (Oaxaca), municipios que resultaron muy afectados.
"Si somos 50.000 habitantes, más de la mitad tiene problemas en sus viviendas. Que no engañen a la gente porque es grave el problema", dijo la síndica, quien indicó que calcula que hay inhabitables más de 10.000 viviendas.
Desde el terremoto del martes el SSN ha registrado cerca de un centenar de réplicas superiores a 3,5 grados que no han permitido a los ciudadanos volver a la normalidad. Hoy mismo un nuevo temblor de 5,0 grados, con epicentro cercano a Pinotepa, sembró mayor nerviosismo.
"Lo que necesitamos es el apoyo urgente del gobierno federal y estatal, que nos manden láminas para los techos de las casas y lonas para la gente que está durmiendo a la intemperie", alertó Villalba
Según contó, además de las casas, los edificios más dañados en Ometepec son las escuelas y hospitales, que tienen las paredes muy cuarteadas; el ayuntamiento ha organizado brigadas para ayudar a la gente.
"Urge que se coordinen con el gobierno municipal porque nosotros ya hicimos un recorrido y sabemos perfectamente dónde están los daños", contó la representante legal de los ciudadanos.
Raúl Ríos es uno de los vecinos del municipio que lleva dos noches durmiendo a la intemperie, por miedo a que su casa, que tiene las paredes cuarteadas, no resista a un nuevo temblor.
"Toda la gente está atemorizada porque se sienten fuerte las réplicas y piensan que ya viene otro igual; además, mucha gente anda divulgando que viene el fin del mundo, inventan tantas cosas que meten temor a la población", explicó a Efe por teléfono.
"Traemos los nervios de punta y las patas temblando. Las réplicas las siente uno y ya no sabe si van a continuar o hasta ahí van a llegar", dijo Raquel Cortés, directora del Instituto de Educación Básica de Ometepec.
Como el resto de colegios de la localidad, el suyo permanece cerrado desde hace dos días, cuando tuvieron que evacuar el centro y hacer uso del "punto de seguridad", situado en medio de la cancha de fútbol, alejado de cualquier repisa.
"Cuando pasa algo así tienes el temor de que pueda venir otro más fuerte, uno sabe que tiene que estar prevenido y protegerse en algún lugar seguro, aunque al final ya no sabes qué hacer", afirmó Gabina Álvarez, auxiliar de enfermería en un hospital de Ometepec.
El día del temblor tuvieron que atender pacientes con picaduras de abeja, ya que unos panales se rompieron y los insectos comenzaron a picar a la gente, al tiempo que debieron cuidar de numerosos enfermos de diabetes, cuya situación se agrava con la tensión.
Aunque durmió en la calle el primer día, regresó a su casa anoche, donde sintió con fuerza las réplicas, de las que primero escuchó "el retumbo" y al rato percibió el "movimiento".
En la cercana población de Pinoteca Nacional, Francisco Lorenzo Paz, taxista y miembro voluntario de la Brigada "Cruz Ámbar", aseguró que también aquí el miedo ha llevado a varios vecinos a dormir a la intemperie; anoche tuvieron que intervenir para calmar a la gente, darles ánimos y recordarles que lo importante es que no se pongan nerviosos.
"La gente anda tensa, como ha habido réplicas piensan que van a seguir tan fuertes como el martes, pero yo he estado por ahí hablando con las personas y no pasa nada, las réplicas así van a estar", indicó.
Isabel García Hernández, farmacéutica del municipio, ha notado un incremento en la venta de pastillas relajantes y fármacos contra el mareo. Como contó a Efe, todos en la localidad están "con los nervios de punta".
Desde que el pasado martes la tierra temblara en México con una magnitud de 7,4 grados en la escala de Richter no han parado de producirse constantes réplicas en las zonas cercanas al epicentro, cuyos habitantes duermen a la intemperie por miedo a que sus casas se les caigan encima.
"La gente está con crisis nerviosas y los daños materiales están aumentando con cada réplica", advirtió hoy a Efe telefónicamente Francisca Villalba, síndica de Ometepec, una remota localidad del estado sureño de Guerrero.
El pasado martes, a las 12.02 hora local (18.02 GMT), el Servicio Sismológico Nacional (SSN) registró un terremoto de magnitud 7,4 en la escala de Richter, el temblor más grande en la historia de México desde el de 1985.
Sus efectos pudieron sentirse en varios estados del centro de México, como en el Distrito Federal, en donde hubo algunos daños materiales, pero donde más se sintieron fue en el epicentro, en el sur del país, en las cercanías de Ometepec y Pinotepa Nacional (Oaxaca), municipios que resultaron muy afectados.
"Si somos 50.000 habitantes, más de la mitad tiene problemas en sus viviendas. Que no engañen a la gente porque es grave el problema", dijo la síndica, quien indicó que calcula que hay inhabitables más de 10.000 viviendas.
Desde el terremoto del martes el SSN ha registrado cerca de un centenar de réplicas superiores a 3,5 grados que no han permitido a los ciudadanos volver a la normalidad. Hoy mismo un nuevo temblor de 5,0 grados, con epicentro cercano a Pinotepa, sembró mayor nerviosismo.
"Lo que necesitamos es el apoyo urgente del gobierno federal y estatal, que nos manden láminas para los techos de las casas y lonas para la gente que está durmiendo a la intemperie", alertó Villalba
Según contó, además de las casas, los edificios más dañados en Ometepec son las escuelas y hospitales, que tienen las paredes muy cuarteadas; el ayuntamiento ha organizado brigadas para ayudar a la gente.
"Urge que se coordinen con el gobierno municipal porque nosotros ya hicimos un recorrido y sabemos perfectamente dónde están los daños", contó la representante legal de los ciudadanos.
Raúl Ríos es uno de los vecinos del municipio que lleva dos noches durmiendo a la intemperie, por miedo a que su casa, que tiene las paredes cuarteadas, no resista a un nuevo temblor.
"Toda la gente está atemorizada porque se sienten fuerte las réplicas y piensan que ya viene otro igual; además, mucha gente anda divulgando que viene el fin del mundo, inventan tantas cosas que meten temor a la población", explicó a Efe por teléfono.
"Traemos los nervios de punta y las patas temblando. Las réplicas las siente uno y ya no sabe si van a continuar o hasta ahí van a llegar", dijo Raquel Cortés, directora del Instituto de Educación Básica de Ometepec.
Como el resto de colegios de la localidad, el suyo permanece cerrado desde hace dos días, cuando tuvieron que evacuar el centro y hacer uso del "punto de seguridad", situado en medio de la cancha de fútbol, alejado de cualquier repisa.
"Cuando pasa algo así tienes el temor de que pueda venir otro más fuerte, uno sabe que tiene que estar prevenido y protegerse en algún lugar seguro, aunque al final ya no sabes qué hacer", afirmó Gabina Álvarez, auxiliar de enfermería en un hospital de Ometepec.
El día del temblor tuvieron que atender pacientes con picaduras de abeja, ya que unos panales se rompieron y los insectos comenzaron a picar a la gente, al tiempo que debieron cuidar de numerosos enfermos de diabetes, cuya situación se agrava con la tensión.
Aunque durmió en la calle el primer día, regresó a su casa anoche, donde sintió con fuerza las réplicas, de las que primero escuchó "el retumbo" y al rato percibió el "movimiento".
En la cercana población de Pinoteca Nacional, Francisco Lorenzo Paz, taxista y miembro voluntario de la Brigada "Cruz Ámbar", aseguró que también aquí el miedo ha llevado a varios vecinos a dormir a la intemperie; anoche tuvieron que intervenir para calmar a la gente, darles ánimos y recordarles que lo importante es que no se pongan nerviosos.
"La gente anda tensa, como ha habido réplicas piensan que van a seguir tan fuertes como el martes, pero yo he estado por ahí hablando con las personas y no pasa nada, las réplicas así van a estar", indicó.
Isabel García Hernández, farmacéutica del municipio, ha notado un incremento en la venta de pastillas relajantes y fármacos contra el mareo. Como contó a Efe, todos en la localidad están "con los nervios de punta".