Benedicto XVI infunde paz y esperanza a un pueblo que sufre la violencia

León, EFE
El papa Benedicto XVI terminó hoy una visita de tres días a México, donde brindó un mensaje de paz y esperanza a un pueblo que sufre la violencia del crimen organizado, defendió la libertad religiosa y exigió el respeto a la vida desde el momento de la concepción.

En la ceremonia de despedida encabezada por el presidente Felipe Calderón en el aeropuerto internacional de Guanajuato, el pontífice exhortó al pueblo mexicano "a ser fiel a sí mismo y a no dejarse amedrentar por las fuerzas del mal".

"He sido testigo de gestos de preocupación por diversos aspectos de la vida, unos de más reciente relieve y otros que provienen de más atrás, y que tantos desgarros siguen causando. Los llevo igualmente conmigo, compartiendo tanto las alegrías como el dolor de mis hermanos mexicanos", apuntó.

Tras constatar el fervor de los mexicanos y su devoción a la Virgen de Guadalupe en los tres días de vista al país, la primera de su pontificado, Joseph Ratzinger alentó una vez más a los ciudadanos a "no ceder a la mentalidad utilitarista, que termina siempre sacrificando a los más débiles e indefensos".

"Los invito a un esfuerzo solidario, que permita a la sociedad renovarse desde sus fundamentos para alcanzar una vida digna, justa y en paz para todos", apuntó.

Después de escuchar "Cielito lindo" a los pies del avión que lo llevaría a Cuba, Joseph Ratzinger confesó que se marchaba "con afecto y cercanía" a un país que se llevaba en su corazón y le agradecía a Calderón directamente sus "amables palabras".

"México no olvidará nunca a su santidad", le había dicho momentos antes de su partida Calderón, quien le agradeció su afecto con las personas a quienes había consolado en su "pobreza, marginación o violencia".

El acto culminante de la visita fue la multitudinaria misa celebrada ayer en el Parque Guanajuato Bicentenario, donde Benedicto XVI advirtió contra la fe "superficial y rutinaria, a veces fragmentaria e incoherente" y exhortó a los cristianos a superar "el cansancio" de la fe.

El papa exigió también que se "respete, defienda y promocione" la vida humana en todas sus etapas, es decir, desde el momento de la concepción al ocaso natural ante unas 640.000 personas que le acompañaron.

Además, defendió la libertad religiosa, exhortó a los mexicanos a fortalecer la convivencia pacífica y a luchar, con la contribución de la Iglesia, contra el narcotráfico.

México está sumido en una ola de violencia por los enfrentamientos entre los carteles de las drogas y de estos con las fuerzas de seguridad, que desde diciembre de 2006 han cobrado la vida de más de 47.500 personas.

En su despedida, Benedicto XVI dijo que se va de México, un país que lleva muy dentro, "colmado de experiencias inolvidables" y tras recibir muchas "atenciones y muestras de afecto" durante un viaje que calificó como "entrañable".

En una primera valoración de la visita, que incluyó tres ciudades del estado de Guanajuato (León, Silao y Guanajuato capital), el obispo de la urbe panameña de David, José Luis Lacunza, dijo a Efe en México apareció una faceta de Benedicto XVI que antes no habían visto: la "cercanía con la gente, dedicarle su tiempo, y saludarla".

"Eso indica que no es, como muchas veces se ha pensado, un papa de hierro, un intelectual solamente, sino que es un hombre con un corazón muy cercano", apuntó.

Pese a que el papa ha condenado en numerosas ocasiones los abusos sexuales contra menores por parte de clérigos pederastas, en México no se encontró con víctimas de Marcial Maciel (1920-2008), fundador de la Legión de Cristo y quien fue muy cercano en vida al hoy beato Juan Pablo II (1920-2005).

Una de las víctimas de abusos sexuales de Maciel, Juan José Vaca, reprochó hoy a Benedicto XVI "haber ignorado" a ese grupo de personas en su visita a México y descalificó al "indignísimo" clero mexicano por no haber posibilitado ese gesto.

La visita también fue criticada por algunos sectores que señalaron que sirvió sobre todo al Gobierno mexicano para proyectarse ante la opinión pública a pocos meses de las elecciones presidenciales del 1 de julio.

La visita apostólica fue la primera que realizó Benedicto XVI a México, y la segunda a América Latina en su pontificado tras la efectuada a Brasil en 2007.

En horas de la tarde, el máximo jerarca del catolicismo llegará a Santiago de Cuba y posteriormente viajará a La Habana, donde culminará el próximo 28 de marzo su vigésimo tercera visita apostólica internacional.

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