Annan asegura que el régimen sirio ha aceptado el plan de paz de seis puntos
Más de 9.000 civiles han muerto por la represión en Siria en el último año, según la ONU
Jerusalén, El País
Los esfuerzos internacionales para frenar el baño de sangre en Siria podrían haber cosechado un triunfo significativo, si el régimen de Bachar el Asad cumple los seis puntos del plan de paz a los que, según Kofi Annan, enviado de Naciones Unidas y de la Liga Árabe a la zona, el presidente sirio se ha comprometido. El plan pide la retirada de las tropas de los centros de población, exige el acceso de la ayuda humanitaria, la liberación de presos, la libertad de movimientos y la libre entrada y salida de reporteros del país. El compromiso de El Asad no incluye sin embargo un calendario concreto de cumplimiento del plan, según ha detallado un portavoz de Annan. Los hechos sobre el terreno, han vuelto sin embargo a no acompañar a las palabras. Los soldados sirios han atacado los grupos rebeldes en la frontera con Líbano. La ONU ha elevado a 9.000 el número de muertos desde que comenzara la revuelta contra el régimen sirio hace poco más de un año.
Además de convencer al Gobierno sirio, Annan ha recabado el apoyo para su plan de dos piezas clave en esta crisis: Rusia y China, los dos países que hasta ahora se han opuesto a pedir en el Consejo de Seguridad de la ONU la salida del presidente Asad. Diversos grupos opositores tratan mientras tanto de unificar posturas y dijeron aceptar también el plan de Annan siempre que culmine en la salida de El Asad; algo que el plan no contempla de manera explícita.
Los seis puntos del plan
1.- Apertura de un proceso político que incluya las aspiraciones y preocupaciones del pueblo sirio.
2.- Cese de todo tipo de violencia y de todas las partes vigilado por Naciones Unidas.
3.- Garantías al acceso de la ayuda humanitaria.
4.- Liberación de los presos políticos encarcelados de forma arbitraria.
5.- Libertad para el trabajo de los periodistas en todo el país.
6.- Respeto de las autoridades a libertad de asociación y manifestación pacífica.
La supuesta aceptación del plan de paz coincide además con una intensa actividad diplomática por parte de los países árabes y del resto de la comunidad internacional que durante el fin de semana se darán cita en Estambul para tratar de hacer frente común a la hora de presionar al Gobierno sirio para que cese la represión contra el levantamiento popular que aspira a instaurar la democracia en Siria. El régimen de la familia El Asad se eterniza en el poder desde hace cuatro décadas. Bachar, el actual presidente hace tiempo que promete a la comunidad internacional profundas reformas democráticas sin que las promesas se materialicen. Al calor de la llamada primavera árabe, miles de sirios salieron a la calle para exigir cambios. Las protestas han dado lugar a una violenta represión por parte del Ejército y a la formación del llamado Ejército de Liberación Sirio, formado por soldados desertores.
Aparentemente ajeno a los vaivenes diplomáticos, el presidente El Asad ha aprovechado para hacer campaña de consumo interno y para dejar claro que el Ejército empleará toda la fuerza necesaria hasta aniquilar cualquier foco de rebeldía en el país. Con ese fin se ha presentado este martes en Bab Amro, en Homs, hasta hace poco bastión rebelde y uno de los lugares brutalmente aplastado por las tropas del Ejército sirio y en el que según sus habitantes durante los días que duró el asalto gubernamental no se podía ni salir a la calle por miedo a los bombardeos y a los francotiradores.
La agencia oficial de noticias Sana ha mostrado fotos de la visita de campo en la que el presidente aparece sonriente, con una camisa abierta, sin corbata, pasando revista a las tropas y celebrado por la población local. “El Estado ha otorgado a aquellos que se han desviado del camino del bien todas las oportunidades para rectificar, volver a su patria y deponer las armas. Ellos sin embargo se han negado a tomar estas oportunidades y han profundizado en su actividad terrorista. Por eso, ha sido una obligación restablecer la seguridad e imponer el Estado de derecho”, ha declarado El Asad durante la visita, en la que quiso escenificar en Homs quién estaba al mando del país.
El presidente Sirio, Bashar al Asad, rodeado de militares durante su visita a Homs, en una imagen proporcionada por la agencia de noticias SANA. / AFP
Mientras, en la frontera con Líbano, se han producido nuevos enfrentamientos entre las tropas sirias y opositores rebeldes que buscan refugio en el país vecino. Algunos residentes de la zona han asegurado a la prensa libanesa y a diversas agencias de noticias que los soldados sirios se habían adentrado en territorio libanés y habían destruido algunas granjas. Fuentes oficiales libanesas han desmentido más tarde que el Ejército sirio hubiera conseguido cruzar aunque sí han confirmado que algún disparo cruzó la frontera invisible que divide ambos países, según las mismas fuentes.
Los comités de Coordinación local, formados por activistas sirios que aportan su versión de los hechos sobre el terreno, han dado cuenta de las víctimas de la represión gubernamental. Según su recuento más de medio centenar de personas han muerto el martes en distintos puntos del país, entre ellos, cuatro mujeres y dos niños. La mayor parte de las víctimas mortales, una treintena, se han producido en la provincia de Idlib, en el norte.
Jerusalén, El País
Los esfuerzos internacionales para frenar el baño de sangre en Siria podrían haber cosechado un triunfo significativo, si el régimen de Bachar el Asad cumple los seis puntos del plan de paz a los que, según Kofi Annan, enviado de Naciones Unidas y de la Liga Árabe a la zona, el presidente sirio se ha comprometido. El plan pide la retirada de las tropas de los centros de población, exige el acceso de la ayuda humanitaria, la liberación de presos, la libertad de movimientos y la libre entrada y salida de reporteros del país. El compromiso de El Asad no incluye sin embargo un calendario concreto de cumplimiento del plan, según ha detallado un portavoz de Annan. Los hechos sobre el terreno, han vuelto sin embargo a no acompañar a las palabras. Los soldados sirios han atacado los grupos rebeldes en la frontera con Líbano. La ONU ha elevado a 9.000 el número de muertos desde que comenzara la revuelta contra el régimen sirio hace poco más de un año.
Además de convencer al Gobierno sirio, Annan ha recabado el apoyo para su plan de dos piezas clave en esta crisis: Rusia y China, los dos países que hasta ahora se han opuesto a pedir en el Consejo de Seguridad de la ONU la salida del presidente Asad. Diversos grupos opositores tratan mientras tanto de unificar posturas y dijeron aceptar también el plan de Annan siempre que culmine en la salida de El Asad; algo que el plan no contempla de manera explícita.
Los seis puntos del plan
1.- Apertura de un proceso político que incluya las aspiraciones y preocupaciones del pueblo sirio.
2.- Cese de todo tipo de violencia y de todas las partes vigilado por Naciones Unidas.
3.- Garantías al acceso de la ayuda humanitaria.
4.- Liberación de los presos políticos encarcelados de forma arbitraria.
5.- Libertad para el trabajo de los periodistas en todo el país.
6.- Respeto de las autoridades a libertad de asociación y manifestación pacífica.
La supuesta aceptación del plan de paz coincide además con una intensa actividad diplomática por parte de los países árabes y del resto de la comunidad internacional que durante el fin de semana se darán cita en Estambul para tratar de hacer frente común a la hora de presionar al Gobierno sirio para que cese la represión contra el levantamiento popular que aspira a instaurar la democracia en Siria. El régimen de la familia El Asad se eterniza en el poder desde hace cuatro décadas. Bachar, el actual presidente hace tiempo que promete a la comunidad internacional profundas reformas democráticas sin que las promesas se materialicen. Al calor de la llamada primavera árabe, miles de sirios salieron a la calle para exigir cambios. Las protestas han dado lugar a una violenta represión por parte del Ejército y a la formación del llamado Ejército de Liberación Sirio, formado por soldados desertores.
Aparentemente ajeno a los vaivenes diplomáticos, el presidente El Asad ha aprovechado para hacer campaña de consumo interno y para dejar claro que el Ejército empleará toda la fuerza necesaria hasta aniquilar cualquier foco de rebeldía en el país. Con ese fin se ha presentado este martes en Bab Amro, en Homs, hasta hace poco bastión rebelde y uno de los lugares brutalmente aplastado por las tropas del Ejército sirio y en el que según sus habitantes durante los días que duró el asalto gubernamental no se podía ni salir a la calle por miedo a los bombardeos y a los francotiradores.
La agencia oficial de noticias Sana ha mostrado fotos de la visita de campo en la que el presidente aparece sonriente, con una camisa abierta, sin corbata, pasando revista a las tropas y celebrado por la población local. “El Estado ha otorgado a aquellos que se han desviado del camino del bien todas las oportunidades para rectificar, volver a su patria y deponer las armas. Ellos sin embargo se han negado a tomar estas oportunidades y han profundizado en su actividad terrorista. Por eso, ha sido una obligación restablecer la seguridad e imponer el Estado de derecho”, ha declarado El Asad durante la visita, en la que quiso escenificar en Homs quién estaba al mando del país.
El presidente Sirio, Bashar al Asad, rodeado de militares durante su visita a Homs, en una imagen proporcionada por la agencia de noticias SANA. / AFP
Mientras, en la frontera con Líbano, se han producido nuevos enfrentamientos entre las tropas sirias y opositores rebeldes que buscan refugio en el país vecino. Algunos residentes de la zona han asegurado a la prensa libanesa y a diversas agencias de noticias que los soldados sirios se habían adentrado en territorio libanés y habían destruido algunas granjas. Fuentes oficiales libanesas han desmentido más tarde que el Ejército sirio hubiera conseguido cruzar aunque sí han confirmado que algún disparo cruzó la frontera invisible que divide ambos países, según las mismas fuentes.
Los comités de Coordinación local, formados por activistas sirios que aportan su versión de los hechos sobre el terreno, han dado cuenta de las víctimas de la represión gubernamental. Según su recuento más de medio centenar de personas han muerto el martes en distintos puntos del país, entre ellos, cuatro mujeres y dos niños. La mayor parte de las víctimas mortales, una treintena, se han producido en la provincia de Idlib, en el norte.