Unos 25 fiscales y forenses investigan el incendio en la cárcel de Comayagua
Tegucigalpa, EP
Un equipo de 25 fiscales y forenses ha comenzado las investigaciones para determinar las causas que originaron el voraz incendio en la cárcel de Comayagua, en el centro de Honduras, donde más de 350 reos murieron en la madrugada del miércoles, ha informado el fiscal general por ley, Roy Urtecho.
Hasta el momento se barajan tres hipótesis. La primera es que el incendio pudo haber sido provocado por un cortocircuito. También se ha hablado de la posibilidad de que el fuego se iniciara a consecuencia de una reyerta, mientras que otras versiones apuntan a que fue un reo del pabellón seis el responsable de la tragedia.
La idea del cortocircuito ha cogido fuerza después de que varios reclusos denunciaran que horas antes del incendio se habían producido varios apagones. Pero además algunos supervivientes señalan que fuego comenzó misteriosamente en el pabellón seis, lo que ha sustentado la hipótesis de que un reo haya prendido fuego al lugar.
"Se cree que un interno pudo haber incendiado un colchón porque nos han informado que antes de la tragedia había dicho que todos se iban a morir", ha comentado el subcomisionado de Policía, César Augusto Mendoza, en declaraciones a la prensa.
Urtecho ha designado a la Fiscalía de Derechos Humanos para que se encargue de investigar los hechos ocurridos en Comayagua en colaboración con el Cuerpo de Bomberos, que deberá entregar un informe con los daños causados por el incendio en esa prisión.
La Fiscalía investigará "todos los pormenores para conocer las circunstancias que rodean un hecho criminal o culposo, y así aportar las pruebas que sustenten un juicio bajo principios que regulan nuestro sistema de administración de justicia, que permita identificar las causas de los hechos suscitados y quienes aparezcan como responsables", señala Urtecho en un comunicado divulgado por los medios locales.
Todavía no se ha divulgado un balance de los daños, pero según han adelantado algunas fuentes del Cuerpo de Bomberos las llamas consumieron al menos cinco pabellones de la cárcel de Comayagua, donde estaban durmiendo unos 500 reclusos.
Como parte de las investigaciones, diez reos de los pabellones seis y siete de Comayaguas fueron trasladados el miércoles a los Juzgados de Letras, donde declararon como testigos.
HACINAMIENTO
Fuesen cuales fuesen las causas todos los supervivientes y sus familiares aseguran que la gran cantidad de muertos es consecuencia del grave problema de hacinamiento que se vivía en Comayagua. Según datos oficiales, en esa prisión estaban recluidos 850 internos, pese a que fue construida para unos 300 reos.
Comayagua no era considerada una prisión de alto riesgo ni tampoco fue incluida en la lista de penales que se elaboró cuando Honduras declaró en julio de 2010 el estado de emergencia penitenciaria en nueve de los 24 recintos penitenciarios del país.
En ese momento, el Gobierno de Porfirio Lobo reconoció que las cárceles del norte de Honduras están masificadas y no cuentan con espacio suficiente para albergar un mayor número de presos, al tiempo que se comprometió a mejorar las condiciones de los penales y a construir edificios nuevos para acabar con el hacinamiento. Según datos oficiales, la población penal de Honduras supera los 12.000 reos.
IDENTIFICACIÓN
Entretanto, los servicios forenses avanzan en la identificación de los cuerpos mediante sus huellas dactilares y otros procedimientos. La mayoría de los cadáveres han sido trasladados a Tegucigalpa y al menos dos han sido entregados a sus familiares.
Todavía existe una gran confusión en cuanto al número de víctimas. Según la coordinadora de fiscales del Ministerio Público, Danelia Ferrera, un total de 355 reos murieron y entre ellos se cuentan un mexicano, un guatemalteco, un salvadoreño y un brasileño.
Organizaciones de Derechos Humanos y familiares denuncian que el número es aún mayor porque en el recuento oficial no están siendo incluidos los desaparecidos.
Un equipo de 25 fiscales y forenses ha comenzado las investigaciones para determinar las causas que originaron el voraz incendio en la cárcel de Comayagua, en el centro de Honduras, donde más de 350 reos murieron en la madrugada del miércoles, ha informado el fiscal general por ley, Roy Urtecho.
Hasta el momento se barajan tres hipótesis. La primera es que el incendio pudo haber sido provocado por un cortocircuito. También se ha hablado de la posibilidad de que el fuego se iniciara a consecuencia de una reyerta, mientras que otras versiones apuntan a que fue un reo del pabellón seis el responsable de la tragedia.
La idea del cortocircuito ha cogido fuerza después de que varios reclusos denunciaran que horas antes del incendio se habían producido varios apagones. Pero además algunos supervivientes señalan que fuego comenzó misteriosamente en el pabellón seis, lo que ha sustentado la hipótesis de que un reo haya prendido fuego al lugar.
"Se cree que un interno pudo haber incendiado un colchón porque nos han informado que antes de la tragedia había dicho que todos se iban a morir", ha comentado el subcomisionado de Policía, César Augusto Mendoza, en declaraciones a la prensa.
Urtecho ha designado a la Fiscalía de Derechos Humanos para que se encargue de investigar los hechos ocurridos en Comayagua en colaboración con el Cuerpo de Bomberos, que deberá entregar un informe con los daños causados por el incendio en esa prisión.
La Fiscalía investigará "todos los pormenores para conocer las circunstancias que rodean un hecho criminal o culposo, y así aportar las pruebas que sustenten un juicio bajo principios que regulan nuestro sistema de administración de justicia, que permita identificar las causas de los hechos suscitados y quienes aparezcan como responsables", señala Urtecho en un comunicado divulgado por los medios locales.
Todavía no se ha divulgado un balance de los daños, pero según han adelantado algunas fuentes del Cuerpo de Bomberos las llamas consumieron al menos cinco pabellones de la cárcel de Comayagua, donde estaban durmiendo unos 500 reclusos.
Como parte de las investigaciones, diez reos de los pabellones seis y siete de Comayaguas fueron trasladados el miércoles a los Juzgados de Letras, donde declararon como testigos.
HACINAMIENTO
Fuesen cuales fuesen las causas todos los supervivientes y sus familiares aseguran que la gran cantidad de muertos es consecuencia del grave problema de hacinamiento que se vivía en Comayagua. Según datos oficiales, en esa prisión estaban recluidos 850 internos, pese a que fue construida para unos 300 reos.
Comayagua no era considerada una prisión de alto riesgo ni tampoco fue incluida en la lista de penales que se elaboró cuando Honduras declaró en julio de 2010 el estado de emergencia penitenciaria en nueve de los 24 recintos penitenciarios del país.
En ese momento, el Gobierno de Porfirio Lobo reconoció que las cárceles del norte de Honduras están masificadas y no cuentan con espacio suficiente para albergar un mayor número de presos, al tiempo que se comprometió a mejorar las condiciones de los penales y a construir edificios nuevos para acabar con el hacinamiento. Según datos oficiales, la población penal de Honduras supera los 12.000 reos.
IDENTIFICACIÓN
Entretanto, los servicios forenses avanzan en la identificación de los cuerpos mediante sus huellas dactilares y otros procedimientos. La mayoría de los cadáveres han sido trasladados a Tegucigalpa y al menos dos han sido entregados a sus familiares.
Todavía existe una gran confusión en cuanto al número de víctimas. Según la coordinadora de fiscales del Ministerio Público, Danelia Ferrera, un total de 355 reos murieron y entre ellos se cuentan un mexicano, un guatemalteco, un salvadoreño y un brasileño.
Organizaciones de Derechos Humanos y familiares denuncian que el número es aún mayor porque en el recuento oficial no están siendo incluidos los desaparecidos.