Una planta que vuelve a la vida 30.000 años después

Richard Black
BBC
La ardilla del ártico es la responsable de guardar los frutos con los que se cultivó la planta.
Un equipo de científicos ruso consigue cultivar plantas a partir de frutos congelados hace 30.000 años.
Los frutos fueron encontrados en la orilla del río Kolyma en Siberia, un lugar donde se suelen buscar huesos de mamut.
Un equipo del Instituto de Biofísica Celular consiguió cultivar plantas de la especie silene stenophylla a partir de dicho fruto.
Los resultados de la investigación fueron publicados en la revista científica PNAS, donde se asegura que ésta es, por decenas de siglos, la planta más antigua llevada a la vida.

Anteriormente el record había sido establecido por una semilla de palmera conservada durante 2.000 años en Israel.

El líder de la investigación, el profesor David Gilichinsky, murió pocos días antes de que el estudio fuese publicado.

En su investigación, Gilichinsky y sus colegas describen cómo encontraron unas 70 madrigueras donde hibernan las ardillas en el río.

"Este es con mucho el ejemplo más extraordinario de longevidad de vegetales complejos"

Robin Probert, jefe de conservación y tecnología en el Banco de Semillas del Milenio del Reino Unido.

"Todas las madrigueras fueron encontradas a unos 20-40 metros de profundidad con respecto a la superficie actual, localizadas en estratos que contienen huesos de mamíferos grandes como mamuts, rinocerontes, bisontes o caballos, junto con otros representantes de la fauna de la época, así como restos de plantas", señala el estudio.

"La presencia de cuñas verticales demuestra que esta zona ha estado congelada durante todo este tiempo, que nunca ha habido deshielo".

"Por lo tanto, las madrigueras fósiles y su contenido nunca se han derretido desde su congelamiento simultáneo".

Aparentemente las ardillas habrían escondido su botín de alimentos en la parte más fría de su madriguera, que se congeló de forma permanente, presumiblemente por enfriamiento de la región.

Dulce azúcar

De vuelta en el laboratorio, cerca de Moscú, los intentos anteriores llevados a cabo por el equipo para cultivar semillas antiguas fallaron.

Finalmente las pruebas tuvieron éxito cuando se usaron elementos de la fruta distintos a las semillas, en concreto "tejido placental".

"Éste es con mucho el ejemplo más extraordinario de longevidad de vegetales complejos", comenta Robin Probert, jefe de conservación y tecnología en el Banco de Semillas del Milenio del Reino Unido.

"No estoy sorprendido de que haya sido posible encontrar material vivo tan antiguo; nosotros habríamos buscado también en el hielo y en estas madrigueras congeladas con sus despensas dentro".

"Lo que sí es sorprendente es que estén usando el material placental en vez de las semillas maduras".

La teoría del equipo ruso es que las células del tejido están llenas de sacarosa, lo que proporcionaría alimento a las plantas en crecimiento.

De los frutos germinaron plantas sanas, aunque levemente distintas a las especies actuales.

Los azúcares son eficientes conservantes, y se está incluso estudiando su posible utilización para el mantenimiento de vacunas en lugares calurosos como África, sin la necesidad de refrigerantes.

Esto explicaría porque células ricas en azúcar hayan sido capaces de sobrevivir en este estado durante tanto tiempo.

Plantas de la especie silene stenophylla todavía crecen en la tundra siberiana, pero cuando los científicos las compararon con sus primas de hace miles de años encontraron sutiles diferencias en la forma de los pétalos y en el sexo de las flores.

Los científicos sugieren que investigaciones de este tipo pueden ayudar en el estudio de la evolución y arrojar luz sobre las condiciones climáticas del pasado milenio.

Pero lo más atractivo del descubrimiento es que podría hacer posible, usando las mismas técnicas, cultivar plantas ya extinguidas, considerando que las ardillas hayan guardado en sus madrigueras las semillas o los frutos.

"Creemos que las semillas podrían ser usadas después de miles, o posiblemente decenas de miles de años. No creo que valgan tras cientos de miles de años", dijo el doctor Probert.

"Así que tendríamos la oportunidad de resucitar plantas que se extinguieron, de montar una especie de Parque Jurásico vegetal".

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