"Solo queremos sus cenizas"

Familiares de las víctimas de la cárcel de Honduras no saben si sus parientes están vivos o muertos


Tegucigalpa, El País
Alba Luz Chavarría no ha dormido en tres noches. Desde el incendio de la cárcel de Comayagua (Honduras) el pasado martes, aún no ha encontrado a su hermano Juan Carlos, uno de los 800 reos de la granja penal. Como ella, decenas de familiares siguen sin saber si sus parientes están vivos muertos. Hoy, el número de fallecidos ha ascendido a 356 con la muerte de Nery Gómez, de 31 años.

El mismo martes, Alba Luz fue a la puerta de la prisión preocupada por su hermano. Con el paso de las horas, las autoridades empezaron a filtrar los nombres de los supervivientes y Juan Carlos no estaba entre ellos. Fue al hospital de la ciudad, el Santa Teresa, pero allí tampoco estaba. Más tarde se marchó a la capital, Tegucigalpa, a ver si lo encontraba en el hospital Escuela. Tampoco.

La búsqueda de Alba Luz la comparten todavía decenas de familias que desconocen la suerte de los suyos. Aunque la gran mayoría espera en la morgue de Tegucigalpa, muchos aguardan noticias ante la verja de la granja penal. Hablan de cómo pudo empezar el fuego, si fue el resultado fatal de un descuido, un intento de fuga, un ajuste de cuentas o un cortocircuito. Juan Carlos Zúñiga, supervisor de la empresa nacional de energía eléctrica, ha descartado, sin embargo, un fallo en la red.

De momento son todo rumores, producto de la contradicción entre las listas de supervivientes y fallecidos que han salido a la luz. Ese es el motivo principal del desasosiego de los familiares.

Es el caso de Doña Clara. Su hijo, Pedro Antonio Pérez, sigue desaparecido. De hecho, por la información de las listas provisionales ha muerto y ha resucitado. En la primera lista que consultó el miércoles, Pedro Antonio aparecía entre los supervivientes. Ayer, sin embargo, la lista cambió y Pedro Antonio estaba entre los muertos. Doña Clara se pasó dos días sin dormir, rezando por su hijo. Cuenta que justo estaba pidiendo a Dios cuando sonó el teléfono. "Era un conocido que trabaja en la recogida de basuras en la prisión", explica, "me dijo que mi hijo estaba allí y que se encontraba bien. Dios me escuchó". Hoy ha ido a dejarle comida al penal y los funcionarios le han confirmado que Pedro Antonio está allí.

El problema es que el Gobierno hondureño todavía no ha hecho pública una lista definitiva de los supervivientes (o de los fallecidos). De ahí que Alba Luz y tantos otros desconozcan qué ha sido de sus familiares. Perfecto Enamorado, responsable de Copeco - protección civil- en Comayagua, ha señalado que ya tienen "a todos los muertos perfectamente contados", aunque el Ministerio Público ha declarado que la identificación de los cadáveres se prolongará al menos tres semanas. Enamorado ha explicado que este sábado se publicarán las listas definitivas. Hasta ahora, aclara, "todo han sido especulaciones".

Hasta el momento, 10 familias han recuperado los cuerpos de sus parientes. Otras, ya sea en la morgue o en la verja del penal, como Alba Luz, tendrán que esperar para disipar sus dudas. "De algunos no quedó nada, solo sus cenizas, pero las queremos", reclama ella.

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