Sarkozy se presenta a la reelección “para dar la voz al pueblo”

Hollande replica el anuncio oficial de la candidatura con su segundo gran mitin en Ruán, su ciudad natal

Partís, El País
“Sí, seré candidato a la elección presidencial”. Con un laconismo inusual en él, Nicolas Sarkozy ha revelado por fin este miércoles, a través de una entrevista a la televisión privada TF1, que se presentará a la reelección en las presidenciales del 22 de abril y el 6 de mayo. El jefe del Estado francés ha afirmado que quiere continuar dirigiendo el país “porque en cinco años no se puede hacer todo”, y ha prometido que devolverá “la voz a los franceses” y les “protegerá de esta crisis sin precedentes”. “Se trata de elegir entre si queremos ser fuertes o ser débiles, no de votar izquierda o derecha”, ha afirmado. “Esta es la primera elección del siglo XXI y los conceptos derecha e izquierda están anticuados”.

Presentándose en todo momento como el "candidato del pueblo" y el timonel responsable, Sarkozy ha explicado que decidió hace varias semanas que sería candidato, pero que no quiso anunciarlo antes porque “habría sido como abandonar al país, como si el capitán de la nave se va del barco en mitad de la tormenta”.

Estamos en medio de una crisis gravísima, ha recordado, y Francia necesita “una dirección fuerte, porque si no la tiene puede terminar como Grecia o como España”, ha señalado Sarkozy. “Si Francia es fuerte, estaremos protegidos. Pero si queremos mantener el estado social debemos seguir cambiando y reduciendo el gasto”, ha advertido.

El presidente saliente ha ofrecido a los franceses una campaña “de ideas y valores”, sin “ataques” a los adversarios, y basada en el lema "La France forte!" (Francia fuerte). Sus prioridades serán “revalorizar el trabajo y la formación” de los parados, “acabar con el asistencialismo”, y enfrentarse a la crisis diciendo “siempre la verdad” a los ciudadanos.

“Hay una Francia que no cree en nada. La escucharé”, ha asegurado también. “Si los franceses me dan otra vez su confianza, será el pueblo quien decida, y en cuanto haya un bloqueo a una decisión importante les daré la palabra”.

La frase confirma su intención de recurrir al referéndum para sortear la oposición de los sindicatos o la oposición parlamentaria en materias polémicas, como los derechos de los parados y los de los extranjeros, y revela que su intención es ganar apoyos entre los votantes antisistema que desconfían de los partidos políticos y suelen apoyar al Frente Nacional.

Acusado por los socialistas de girar a la extrema derecha y de dividir a los franceses al negar las libertades individuales de las minorías, Sarkozy ha replicado que su intención es “salir al encuentro de todos los franceses”: "La homofobia me produce horror", ha afirmado, "usar esas palabras a estas alturas nos rebaja a todos".

El anuncio oficial, que los franceses llevaban semanas esperando, ha sido anticipado por la mañana vía Twitter a través de la nueva cuenta personal de Sarkozy. Para hacerlo más solemne, el presidente ha elegido la cadena más vista del país y la hora de máxima audiencia. El líder ha llegado a TF1 acompañado por su esposa, Carla Bruni, y acompañado por la euforia de los hasta ahora deprimidos ministros y seguidores de la UMP.

A la salida del consejo de ministros, todo han sido parabienes para el jefe del Estado. "Está en plena forma”, dijo el ministro de Defensa, Gérard Longuet. “Va maravillosamente bien”, ha añadido Valérie Pécresse, portavoz del Gobierno y titular de Hacienda.

En realidad, el presidente ha acelerado su presentación, prevista para marzo, porque las encuestas siguen siendo favorables a su principal rival, el socialista François Hollande. Sarkozy inicia la batalla entre cinco y siete puntos por detrás del favorito para la primera vuelta, y con la mayor desventaja de la historia a estas alturas para el segundo turno (58-42). Uno de sus asesores ha declarado gráficamente en Le Monde: “Si no consigue recuperar dos o tres puntos en diez días, está jodido”.

Su principal problema estribará en cómo tapar durante la campaña el pésimo balance del desempleo. En cinco años, Francia ha perdido 750.000 empleos industriales y un millón neto de puestos de trabajo, dejando el dato global muy cerca del 10%, un récord absoluto desde 1999.

La ofensiva será especialmente agresiva en esta primera semana. El nuevo candidato planea dar su primer mitin el jueves ante 3.500 personas en Annecy, inaugurar el sábado su cuartel general en el distrito XV de París, y cerrar el domingo con una demostración de fuerza en Marsella, una de las zonas del país más azotadas por la inmigración, la inseguridad y el paro, y por tanto vivero de votos del Frente Nacional.

Faltan 66 días para el día D, hay un 38% de indecisos y todo puede pasar. Sarkozy ha elegido la estrategia de 2007, presentarse como el candidato de “la gente normal” y “de tanta gente razonable que cree que no podemos gastar más de lo que tenemos”, según ha dicho esta noche replicando a quienes le acusan de haber dirigido el Estado pensando sobre todo en sus amigos empresarios y en los millonarios.

Según ha revelado a los suyos, su creencia es que “la primera vez hace falta seducir, la segunda te eligen porque eres el menos malo”. La táctica intenta pasar de puntillas sobre el pasado, y proponer un cuerpo a cuerpo con Hollande en el que Sarkozy sería el responsable y Hollande el aventurero. Pese a lo dicho anoche, se trata de resaltar la debilidad de su adversario, dibujándolo como un representante del sistema sin la menor experiencia de Gobierno, cosa esta totalmente cierta.

Contraprogramación de Hollande


El candidato socialista, mientras tanto, ha intentado hacer un poco de contraprogramación y dio su segundo gran mitin en Ruán, su ciudad natal. Más agresivo que de costumbre, pero bastante más aburrido que en Le Boorget, Hollande definió como un “fiasco” el balance de Sarkozy, y ha reiterado que “solo ha favorecido a los más favorecidos".

Sobre la candidatura, ha ironizado: "El presidente candidato es ahora candidato presidente. ¡Menuda novedad!, lleva siendo candidato cinco años, desde que fue elegido empezó a pensar en la reelección, desde que entró era ya candidato”.

“Es el secreto de Pulcinella”, ha añadido Martine Aubry, la secretaria general del PS. “Se trata más bien de una confirmación porque ya conocemos incluso su programa. Al menos permitirá que el presidente deje de utilizar de manera desleal los recursos de la República”.

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