Las FARC instan a defender la libertad y la decencia frente a la inutilidad de la guerra
Bogotá, EFE
La guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se declaró hoy dispuesta a continuar en su lucha por "la defensa de la libertad y la decencia" frente a la "inutilidad" de la guerra.
"Al precio de nuestra sangre y sufrimiento hemos defendido por diez años la libertad y la decencia", señaló ese grupo rebelde en un comunicado del llamado Secretariado del Estado Mayor Central y fechado en las "Montañas de Colombia" el 20 de febrero de 2012.
El comunicado, titulado "Diez años después", alude al fin de la zona neutral de 42.000 kilómetros en el sur de país que declaró entre 1998 y 2002 el entonces presidente Andrés Pastrana para las fallidas negociaciones de paz.
Esa lucha proseguirá, añade el texto "hasta que el pueblo colombiano se levante imbatible a cambiar el régimen. O hasta que el Establecimiento comprenda la inutilidad de su guerra, y acepte sentarse a dialogar".
Ese diálogo debe girar, según los rebeldes, "sobre la única salida política que excluye en definitiva la confrontación: la eliminación de las causas estructurales del conflicto. Sin garrotes ni zanahorias, con respeto por el pueblo de Colombia".
El Gobierno de Andrés Pastrana, indica el escrito, decidió cerrar las puertas del diálogo y apostar por la guerra total".
"Fuimos acusados de todas las perversidades del mundo", señala el mismo comunicado rebelde, difundido en la página de las FARC en internet.
Añade esa guerrilla que "hordas inmensas de soldados mercenarios entrenados por asesores gringos fueron enviadas a aplastarnos" y "helicópteros artillados y aviones de todos los tipos partieron con el fin de reducirnos a cenizas" en las selvas de la zona neutral en los departamentos sureños del Meta y Caquetá.
Según esa organización armada, por entonces, en febrero de 2002, seguía "insistiendo en la discusión de la Agenda Común acordada, en la remoción de las causas que originaban el conflicto armado".
El Establecimiento en cambio, añade el comunicado, "tan sólo quería escuchar de rendición y entrega" y "ostentaba del enorme incremento de su gasto militar, y se esmeraba por hacernos entender lo que nos esperaba si rechazábamos la última oportunidad que nos concedía para someternos".
Por entonces también, según las FARC, "millones de colombianos eran víctimas del terror estatal en campos y ciudades" y "los mismos medios de comunicación que denigraban de la insurgencia revolucionaria, se obstinaban en presentar como salvadores de la patria a los principales cabecillas del paramilitarismo".
Más adelante el mismo texto rebelde indica: "como gentes del pueblo, los guerrilleros asumimos la responsabilidad que nos imponía la historia: defender con las armas las ideas de vida, soberanía nacional, democracia, y justicia social que terminaron por ser prohibidas y ridiculizadas por completo en el lenguaje oficial".
Denuncia también que "todas las voces de la ultraderecha, apertrechadas en el militarismo 'santista' y ahítas gracias a la hartura que obtienen de sus locomotoras corruptas, depredadoras y elitistas, se encuentran empeñadas en clamar porque se propine a las FARC el golpe de gracia o se las someta a la más humillante rendición".
Y concluye que "se ve que no son ellos ni sus hijos quienes marchan a morir en combate. Como sea, ha sido muy larga nuestra firme resistencia como para asustarnos por eso".
El comunicado fue divulgado un día antes de que el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, encabece en San Vicente del Caguán, el principal de los cinco municipios de la zona neutral, un consejo de ministros.
La guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se declaró hoy dispuesta a continuar en su lucha por "la defensa de la libertad y la decencia" frente a la "inutilidad" de la guerra.
"Al precio de nuestra sangre y sufrimiento hemos defendido por diez años la libertad y la decencia", señaló ese grupo rebelde en un comunicado del llamado Secretariado del Estado Mayor Central y fechado en las "Montañas de Colombia" el 20 de febrero de 2012.
El comunicado, titulado "Diez años después", alude al fin de la zona neutral de 42.000 kilómetros en el sur de país que declaró entre 1998 y 2002 el entonces presidente Andrés Pastrana para las fallidas negociaciones de paz.
Esa lucha proseguirá, añade el texto "hasta que el pueblo colombiano se levante imbatible a cambiar el régimen. O hasta que el Establecimiento comprenda la inutilidad de su guerra, y acepte sentarse a dialogar".
Ese diálogo debe girar, según los rebeldes, "sobre la única salida política que excluye en definitiva la confrontación: la eliminación de las causas estructurales del conflicto. Sin garrotes ni zanahorias, con respeto por el pueblo de Colombia".
El Gobierno de Andrés Pastrana, indica el escrito, decidió cerrar las puertas del diálogo y apostar por la guerra total".
"Fuimos acusados de todas las perversidades del mundo", señala el mismo comunicado rebelde, difundido en la página de las FARC en internet.
Añade esa guerrilla que "hordas inmensas de soldados mercenarios entrenados por asesores gringos fueron enviadas a aplastarnos" y "helicópteros artillados y aviones de todos los tipos partieron con el fin de reducirnos a cenizas" en las selvas de la zona neutral en los departamentos sureños del Meta y Caquetá.
Según esa organización armada, por entonces, en febrero de 2002, seguía "insistiendo en la discusión de la Agenda Común acordada, en la remoción de las causas que originaban el conflicto armado".
El Establecimiento en cambio, añade el comunicado, "tan sólo quería escuchar de rendición y entrega" y "ostentaba del enorme incremento de su gasto militar, y se esmeraba por hacernos entender lo que nos esperaba si rechazábamos la última oportunidad que nos concedía para someternos".
Por entonces también, según las FARC, "millones de colombianos eran víctimas del terror estatal en campos y ciudades" y "los mismos medios de comunicación que denigraban de la insurgencia revolucionaria, se obstinaban en presentar como salvadores de la patria a los principales cabecillas del paramilitarismo".
Más adelante el mismo texto rebelde indica: "como gentes del pueblo, los guerrilleros asumimos la responsabilidad que nos imponía la historia: defender con las armas las ideas de vida, soberanía nacional, democracia, y justicia social que terminaron por ser prohibidas y ridiculizadas por completo en el lenguaje oficial".
Denuncia también que "todas las voces de la ultraderecha, apertrechadas en el militarismo 'santista' y ahítas gracias a la hartura que obtienen de sus locomotoras corruptas, depredadoras y elitistas, se encuentran empeñadas en clamar porque se propine a las FARC el golpe de gracia o se las someta a la más humillante rendición".
Y concluye que "se ve que no son ellos ni sus hijos quienes marchan a morir en combate. Como sea, ha sido muy larga nuestra firme resistencia como para asustarnos por eso".
El comunicado fue divulgado un día antes de que el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, encabece en San Vicente del Caguán, el principal de los cinco municipios de la zona neutral, un consejo de ministros.