Japón presenta un “traje-robot” inspirado en Avatar
Japón, AFP
Un robot capaz de imitar los gestos de un ser humano que lo controla a distancia a través de una técnica de "captura de movimientos", que evoca la película "Avatar", funciona con éxito en el laboratorio de realidad virtual de la Universidad de Keio.
El operador del robot "Telesar V" es equipado con un casco, un traje y guantes especiales que le permiten no solamente accionar el androide sino también ver y escuchar las mismas cosas que la máquina.
"Cuando me coloco los guantes y el casco dotado con una pantalla, veo mis manos substituidas por las del robot. Cuando muevo la cabeza, tengo una visión que corresponde a la del robot. Es una experiencia extraña y uno se pregunta si realmente se ha convertido en un robot", explicó el investigador Sho Kamuro.
Según el profesor Susumu Tachi, especialista en ingeniería y en realidad virtual de la Universidad Keio, el traje sensible vestido por el operador envía instrucciones detalladas al robot, que reproduce de inmediato cada movimiento del usuario.
Al mismo tiempo, diversos sensores colocados en el androide transmiten informaciones que provocan sensaciones en el operador.
Los finos guantes de poliéster que utiliza Tachi son en realidad una red de circuitos y micro motores que le permiten "sentir" lo que las manos mecánicas tocan, ya sea una superficie lisa o rugosa, o aún el frío o el calor.
Los "ojos" del robot son en realidad cámaras que transmiten las imágenes a las pantallas colocadas en el casco. Así, el operador puede "ver", en tres dimensiones, todo lo que el robot mira.
El humanoide recoge también sonidos con la ayuda de micrófonos y reproduce la voz del operador a través de parlantes.
El "Telesar" aún está muy lejos de las criaturas futuristas que aparecen en la película "Avatar", del director estadounidense James Cameron, en la que terrícolas controlan a distancia los seres del planeta Pandora, individuos híbridos creados por el cruce de DNA humano con el de extraterrestres.
Sin embargo, según el profesor Tachi, el robot podría ser utilizado en operaciones reales, en ambientes donde los seres humanos no puedan penetrar debido a los riesgos, como en el interior de la central nuclear destruida de Fukushima.
"Pienso que luego de investigaciones y mejoras suplementarias, será capaz de llegar a lugares demasiado peligrosos para los humanos y cumplir tareas que requieran una habilidad humana", dijo.
En la visión de este experto, el "mito de la seguridad" en el sector de la energía nuclear ha frenado el desarrollo de investigaciones en materia de máquinas capaces de intervenir en casos de catástrofe.
Tachi consideró que el largo y delicado proceso de desmantelamiento de los reactores de Fukushima, que podría durar 40 años, ofrecerá en el futuro posibilidades para este tipo de robot.
Pero otras actividades más próximas de la vida cotidiana, como la salud, podrían igualmente beneficiarse de esta tecnología.
"El robot podría permitir crear un lazo con su abuelo o abuela que viven en un región aislada, y le permitiría a uno verlos a la distancia", especuló el investigador.
Un robot capaz de imitar los gestos de un ser humano que lo controla a distancia a través de una técnica de "captura de movimientos", que evoca la película "Avatar", funciona con éxito en el laboratorio de realidad virtual de la Universidad de Keio.
El operador del robot "Telesar V" es equipado con un casco, un traje y guantes especiales que le permiten no solamente accionar el androide sino también ver y escuchar las mismas cosas que la máquina.
"Cuando me coloco los guantes y el casco dotado con una pantalla, veo mis manos substituidas por las del robot. Cuando muevo la cabeza, tengo una visión que corresponde a la del robot. Es una experiencia extraña y uno se pregunta si realmente se ha convertido en un robot", explicó el investigador Sho Kamuro.
Según el profesor Susumu Tachi, especialista en ingeniería y en realidad virtual de la Universidad Keio, el traje sensible vestido por el operador envía instrucciones detalladas al robot, que reproduce de inmediato cada movimiento del usuario.
Al mismo tiempo, diversos sensores colocados en el androide transmiten informaciones que provocan sensaciones en el operador.
Los finos guantes de poliéster que utiliza Tachi son en realidad una red de circuitos y micro motores que le permiten "sentir" lo que las manos mecánicas tocan, ya sea una superficie lisa o rugosa, o aún el frío o el calor.
Los "ojos" del robot son en realidad cámaras que transmiten las imágenes a las pantallas colocadas en el casco. Así, el operador puede "ver", en tres dimensiones, todo lo que el robot mira.
El humanoide recoge también sonidos con la ayuda de micrófonos y reproduce la voz del operador a través de parlantes.
El "Telesar" aún está muy lejos de las criaturas futuristas que aparecen en la película "Avatar", del director estadounidense James Cameron, en la que terrícolas controlan a distancia los seres del planeta Pandora, individuos híbridos creados por el cruce de DNA humano con el de extraterrestres.
Sin embargo, según el profesor Tachi, el robot podría ser utilizado en operaciones reales, en ambientes donde los seres humanos no puedan penetrar debido a los riesgos, como en el interior de la central nuclear destruida de Fukushima.
"Pienso que luego de investigaciones y mejoras suplementarias, será capaz de llegar a lugares demasiado peligrosos para los humanos y cumplir tareas que requieran una habilidad humana", dijo.
En la visión de este experto, el "mito de la seguridad" en el sector de la energía nuclear ha frenado el desarrollo de investigaciones en materia de máquinas capaces de intervenir en casos de catástrofe.
Tachi consideró que el largo y delicado proceso de desmantelamiento de los reactores de Fukushima, que podría durar 40 años, ofrecerá en el futuro posibilidades para este tipo de robot.
Pero otras actividades más próximas de la vida cotidiana, como la salud, podrían igualmente beneficiarse de esta tecnología.
"El robot podría permitir crear un lazo con su abuelo o abuela que viven en un región aislada, y le permitiría a uno verlos a la distancia", especuló el investigador.