Fracasa la evacuación de los heridos de Homs en la víspera del referendo
Damasco, EFE
La Cruz Roja y la Media Luna Roja no pudieron hoy evacuar a más heridos de la ciudad siria de Homs, entre los que hay periodistas extranjeros, la víspera del referendo sobre la nueva Constitución, que finaliza con el monopolio del partido Baaz, del presidente sirio, Bachar al Asad.
Las negociaciones para continuar con el proceso de evacuación iniciado la víspera fracasaron, mientras en Homs y poblaciones vecinas perecieron en esta jornada de nuevos bombardeos más de una treintena de personas, según los opositores.
El portavoz del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en Siria, Saleh Dabakeh, dijo a Efe que su organización y la Media Luna Roja negociaron todo el día con las autoridades y los grupos opositores, pero "las discusiones no llevaron a ningún resultado concreto".
"Esta noche no habrá evacuaciones urgentes", agregó el responsable, que apuntó que los contactos continuarán para "intentar entrar en Baba Amro y salvar la vida de las personas afectadas".
El viernes por la noche llegaron a este barrio voluntarios de la Media Luna Roja siria, que evacuaron, según Dabakeh, a siete heridos, que requerían "atención médica urgente", y a veinte mujeres y niños enfermos.
Los reporteros occidentales heridos, la francesa Edith Bouvier y el británico Paul Conroy, continúan en Baba Amro, así como los cadáveres de los dos fallecidos en un bombardeo el pasado miércoles, la periodista estadounidense Marie Colvin y el fotógrafo francés Rémi Ochlik.
El portavoz del CICR aseguró que están en contacto "con todos quienes necesiten ayuda y, entre ellos, figuran los periodistas", pero no especificó cuándo tienen previsto poder evacuarlos y repatriar los cadáveres.
A principios de esta semana, el CICR anunció que mantenía contactos con el régimen de Al Asad y los opositores para lograr un cese en las hostilidades y llevar ayuda humanitaria a las poblaciones más afectadas.
Homs es blanco de una ofensiva militar desde hace más de veinte días, pero otros bastiones opositores también sufrieron hoy bombardeos, entre ellos la provincia central de Hama, donde murieron veinte personas.
El resto de víctimas mortales se registró, según los opositores Comités de Coordinación Local (CCL) en las regiones septentrionales de Idleb (trece) y Alepo (siete), y en la meridional de Deraa, donde fallecieron cinco personas.
Este recrudecimiento de la violencia coincide con la celebración mañana del plebiscito sobre la nueva Carta Magna, al que están llamados a votar más de 14 millones de electores y que cuenta con el boicot de la oposición.
La viabilidad de esta jornada de votación sin precedentes levanta serias dudas debido a la inseguridad y el derramamiento de sangre que vive el país desde hace un año, un tiempo en el que, según los opositores, han muerto más de 8.500 personas.
La redacción de una nueva Constitución era una de las principales demandas al inicio del levantamiento popular contra el régimen sirio el pasado marzo, pero la sangrienta represión ha llevado a los opositores a exigir la renuncia del presidente.
Para los CCL, el referéndum es una táctica del régimen de Damasco para "encubrir sus masacres" y una Carta Magna no puede ser preparada a menos que "todas las fuerzas políticas y los grupos sociales participen en su redacción por medio de una comisión elegida".
El borrador de la futura Constitución, elaborado por una comisión designada por Al Asad, acaba con el monopolio del partido gobernante Al Baaz, que dirige Siria desde 1963, abre las puertas al multipartidismo y pone límite al mandato del presidente, de siete años y solo renovable una vez.
Según el texto, Siria es un "Estado democrático y civil" en el que se respetan "todas las religiones", pero la confesión del presidente es el islam y la fuente principal de la legislación es la jurisprudencia musulmana.
Este artículo no ha gustado a la comunidad cristiana siria, que representa un diez por ciento de la población, ni a los musulmanes seculares, aunque ninguno de estos grupos ha anunciado su boicot al referendo.
El sacerdote maronita (católico de rito oriental) Toni Dora dijo a Efe que ese artículo es una "puñalada por la espalda" a todos los cristianos, que quedan relegados a "nacionales de segunda" o "ciudadanos inferiores".
La figura del presidente en la nueva Carta Magna también levanta polémica ya que como el texto se aplicaría cuando termine el mandato de Al Asad, en 2014, este podría optar a la elección dos veces más y permanecer en el poder hasta 2028.
Además, prohíbe la participación de candidatos que no hayan vivido en Siria durante los últimos diez años, lo que deja fuerza del juego político a los principales líderes de la oposición en el exilio, que en la actualidad buscan reconocimiento internacional para relegar a Al Asad.
La Cruz Roja y la Media Luna Roja no pudieron hoy evacuar a más heridos de la ciudad siria de Homs, entre los que hay periodistas extranjeros, la víspera del referendo sobre la nueva Constitución, que finaliza con el monopolio del partido Baaz, del presidente sirio, Bachar al Asad.
Las negociaciones para continuar con el proceso de evacuación iniciado la víspera fracasaron, mientras en Homs y poblaciones vecinas perecieron en esta jornada de nuevos bombardeos más de una treintena de personas, según los opositores.
El portavoz del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en Siria, Saleh Dabakeh, dijo a Efe que su organización y la Media Luna Roja negociaron todo el día con las autoridades y los grupos opositores, pero "las discusiones no llevaron a ningún resultado concreto".
"Esta noche no habrá evacuaciones urgentes", agregó el responsable, que apuntó que los contactos continuarán para "intentar entrar en Baba Amro y salvar la vida de las personas afectadas".
El viernes por la noche llegaron a este barrio voluntarios de la Media Luna Roja siria, que evacuaron, según Dabakeh, a siete heridos, que requerían "atención médica urgente", y a veinte mujeres y niños enfermos.
Los reporteros occidentales heridos, la francesa Edith Bouvier y el británico Paul Conroy, continúan en Baba Amro, así como los cadáveres de los dos fallecidos en un bombardeo el pasado miércoles, la periodista estadounidense Marie Colvin y el fotógrafo francés Rémi Ochlik.
El portavoz del CICR aseguró que están en contacto "con todos quienes necesiten ayuda y, entre ellos, figuran los periodistas", pero no especificó cuándo tienen previsto poder evacuarlos y repatriar los cadáveres.
A principios de esta semana, el CICR anunció que mantenía contactos con el régimen de Al Asad y los opositores para lograr un cese en las hostilidades y llevar ayuda humanitaria a las poblaciones más afectadas.
Homs es blanco de una ofensiva militar desde hace más de veinte días, pero otros bastiones opositores también sufrieron hoy bombardeos, entre ellos la provincia central de Hama, donde murieron veinte personas.
El resto de víctimas mortales se registró, según los opositores Comités de Coordinación Local (CCL) en las regiones septentrionales de Idleb (trece) y Alepo (siete), y en la meridional de Deraa, donde fallecieron cinco personas.
Este recrudecimiento de la violencia coincide con la celebración mañana del plebiscito sobre la nueva Carta Magna, al que están llamados a votar más de 14 millones de electores y que cuenta con el boicot de la oposición.
La viabilidad de esta jornada de votación sin precedentes levanta serias dudas debido a la inseguridad y el derramamiento de sangre que vive el país desde hace un año, un tiempo en el que, según los opositores, han muerto más de 8.500 personas.
La redacción de una nueva Constitución era una de las principales demandas al inicio del levantamiento popular contra el régimen sirio el pasado marzo, pero la sangrienta represión ha llevado a los opositores a exigir la renuncia del presidente.
Para los CCL, el referéndum es una táctica del régimen de Damasco para "encubrir sus masacres" y una Carta Magna no puede ser preparada a menos que "todas las fuerzas políticas y los grupos sociales participen en su redacción por medio de una comisión elegida".
El borrador de la futura Constitución, elaborado por una comisión designada por Al Asad, acaba con el monopolio del partido gobernante Al Baaz, que dirige Siria desde 1963, abre las puertas al multipartidismo y pone límite al mandato del presidente, de siete años y solo renovable una vez.
Según el texto, Siria es un "Estado democrático y civil" en el que se respetan "todas las religiones", pero la confesión del presidente es el islam y la fuente principal de la legislación es la jurisprudencia musulmana.
Este artículo no ha gustado a la comunidad cristiana siria, que representa un diez por ciento de la población, ni a los musulmanes seculares, aunque ninguno de estos grupos ha anunciado su boicot al referendo.
El sacerdote maronita (católico de rito oriental) Toni Dora dijo a Efe que ese artículo es una "puñalada por la espalda" a todos los cristianos, que quedan relegados a "nacionales de segunda" o "ciudadanos inferiores".
La figura del presidente en la nueva Carta Magna también levanta polémica ya que como el texto se aplicaría cuando termine el mandato de Al Asad, en 2014, este podría optar a la elección dos veces más y permanecer en el poder hasta 2028.
Además, prohíbe la participación de candidatos que no hayan vivido en Siria durante los últimos diez años, lo que deja fuerza del juego político a los principales líderes de la oposición en el exilio, que en la actualidad buscan reconocimiento internacional para relegar a Al Asad.