Diez razones para ser el lobo del cuento...

Curiosidades
Entre todos los villanos de cuento, el que más mal parado sale es el lobo de la historia de Caperucita Roja.
En serio, el final de Caperucita Roja es muy gore. Al menos, el final que ha llegado a la cultura popular, que tiene varias diferencias respecto al de Perrault o al de los hermanos Grimm. El que contaban en mi generación acababa con el lobo abierto en canal con unas tijeras por un leñador, que extraía a Caperucita y a la abuela de su barriga y a cambio le dejaba varios kilos de piedras.

Al despertarse, el lobo intentaba salir corriendo de aquella casa de locos, pero las piedras le impedían moverse. Total, que el pobre animal acababa muriendo entre terribles dolores (imagino) y el leñador aprovechaba para hacerse un abrigo con su piel. Terrorífico. Si la moraleja debía ser que no te puedes fiar de los extraños, tampoco hacía falta ensañarse de esa manera con el lobo, ¿no? En fin...
La fábula de la indefensa Caperucita y el lobo ha dado lugar a otras interpretaciones algo más... adultas, hasta el punto que la imagen de Caperucita con su vestido rojo se ha convertido en un fetiche. Y son muchas las mujeres que han posado en plan sexy disfrazadas con el atuendo de la protagonista. Por eso, aunque nos sepamos el aterrador final de la historia, aunque conozcamos la agonía del villano, hay veces que merece la pena ser el lobo del cuento y comerse a Caperucita...

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