Custodios ayudaron en fuga de 30 reos de cárcel en México previo a masacre
MONTERREY, AFP
Nueve custodios del penal de Apodaca, en el norte de México, confesaron su complicidad directa en la fuga de 30 presos el pasado domingo previo al asesinato de 44 reos en el interior de la cárcel, dijo el lunes una autoridad local. "Nueve de los 18 custodios ya declararon que participaron activamente en la evasión con lo que se confirma lo que se mencionaba sobre una colusión y una traición de los funcionarios públicos que se aliaron con los maleantes", dijo en conferencia Jorge Domene, vocero de seguridad del estado de Nuevo León, al que pertenece Apodaca.
"Tenemos información de que los reos fugados pertenecen al cártel de Los Zetas, y quienes perdieron la vida, los reos que fueron asesinados, al cártel del Golfo, lo que en principio demuestra que continúa la rivalidad de estos grupos", dijo Rodrigo Medina, gobernador de Nuevo León.
Domene señaló que se continúan las investigaciones y la toma de declaración de los otros nueve custodios investigados, así como de los tres funcionarios del penal que están detenidos en la Agencia Estatal de Investigaciones por el mayor crimen cometido en penales de México.
Agregó que la fuga tuvo lugar entre la 01H00 y 01H30 horas del domingo (07H00 y 07H30 GMT). Posteriormente se inició el ataque, que duró cerca de 90 minutos y fue hasta las 03H00 de la mañana del domingo (09H00 GMT) cuando las autoridades penitenciarias pidieron refuerzos a la policía y a los militares.
Los reos, prosiguió Domene, se fugaron subiendo a una torre de vigilancia, la número 6, que es parte de la barda perimetral, y después cruzaron dos cercas más hechas de malla ciclónica para salir a un terreno abierto donde no hay cámaras.
Según la lista de los reos evadidos dada a conocer por el gobierno, entre ellos se encuentra Óscar Manuel Bernal, apodado "La Araña", quien al momento de su detención, en octubre de 2010, era jefe de Los Zetas en Monterrey, capital de Nuevo León, y estaba ligado al asesinato de un jefe policial.
Bernal es señalado como el responsable de ordenar un ataque en el que murió, en noviembre de 2009, el general Juan Arturo Esparza, jefe de policía del municipio de García, en la zona metropolitana de Nuevo León.
De los reos que consiguieron escapar, 25 purgaban penas por delitos federales y los otros cinco del fuero común, detalló el gobernador Medina, quien dio a conocer a la prensa los nombres y las imágenes de los presos fugados por los que su gobierno ofrece una recompensa de hasta 10 millones de pesos (unos 775.000 dólares) por información que conduzca a su localización y recaptura.
En los asesinatos en el penal de Apodaca, a unos 20 km al norte de Monterrey, se utilizaron armas punzocortantes y otros objetos, según el reporte oficial.
El penal de Apodaca alberga a casi 3.000 reclusos, aunque su capacidad real es para 1.500, en una situación de hacinamiento que se repite en prácticamente todo el sistema carcelario de México.
En octubre pasado siete reos murieron y 12 más resultaron heridos en un enfrentamiento entre grupos rivales en el penal de Cadereyta, también perteneciente a Nuevo León.
Otras cárceles, particularmente en el norte del país, han sido escenario en los últimos años de distintas riñas, motines y fugas.
Las cárceles se han convertido en escenario de confrontaciones entre cárteles en el marco de la ola de violencia que deja 50.000 muertos en México desde que hace cinco años el gobierno ordenó una ofensiva militar contra el narcotráfico.
A principios de enero, 31 presos murieron y 13 resultados heridos en un enfrentamiento en la cárcel de Altamira, en Tamaulipas. En octubre, en el penal de Matamoros, en ese mismo distrito y fronterizo con Brownsville (Texas, Estados Unidos) una riña dejó 20 muertos y 12 heridos.
Nueve custodios del penal de Apodaca, en el norte de México, confesaron su complicidad directa en la fuga de 30 presos el pasado domingo previo al asesinato de 44 reos en el interior de la cárcel, dijo el lunes una autoridad local. "Nueve de los 18 custodios ya declararon que participaron activamente en la evasión con lo que se confirma lo que se mencionaba sobre una colusión y una traición de los funcionarios públicos que se aliaron con los maleantes", dijo en conferencia Jorge Domene, vocero de seguridad del estado de Nuevo León, al que pertenece Apodaca.
"Tenemos información de que los reos fugados pertenecen al cártel de Los Zetas, y quienes perdieron la vida, los reos que fueron asesinados, al cártel del Golfo, lo que en principio demuestra que continúa la rivalidad de estos grupos", dijo Rodrigo Medina, gobernador de Nuevo León.
Domene señaló que se continúan las investigaciones y la toma de declaración de los otros nueve custodios investigados, así como de los tres funcionarios del penal que están detenidos en la Agencia Estatal de Investigaciones por el mayor crimen cometido en penales de México.
Agregó que la fuga tuvo lugar entre la 01H00 y 01H30 horas del domingo (07H00 y 07H30 GMT). Posteriormente se inició el ataque, que duró cerca de 90 minutos y fue hasta las 03H00 de la mañana del domingo (09H00 GMT) cuando las autoridades penitenciarias pidieron refuerzos a la policía y a los militares.
Los reos, prosiguió Domene, se fugaron subiendo a una torre de vigilancia, la número 6, que es parte de la barda perimetral, y después cruzaron dos cercas más hechas de malla ciclónica para salir a un terreno abierto donde no hay cámaras.
Según la lista de los reos evadidos dada a conocer por el gobierno, entre ellos se encuentra Óscar Manuel Bernal, apodado "La Araña", quien al momento de su detención, en octubre de 2010, era jefe de Los Zetas en Monterrey, capital de Nuevo León, y estaba ligado al asesinato de un jefe policial.
Bernal es señalado como el responsable de ordenar un ataque en el que murió, en noviembre de 2009, el general Juan Arturo Esparza, jefe de policía del municipio de García, en la zona metropolitana de Nuevo León.
De los reos que consiguieron escapar, 25 purgaban penas por delitos federales y los otros cinco del fuero común, detalló el gobernador Medina, quien dio a conocer a la prensa los nombres y las imágenes de los presos fugados por los que su gobierno ofrece una recompensa de hasta 10 millones de pesos (unos 775.000 dólares) por información que conduzca a su localización y recaptura.
En los asesinatos en el penal de Apodaca, a unos 20 km al norte de Monterrey, se utilizaron armas punzocortantes y otros objetos, según el reporte oficial.
El penal de Apodaca alberga a casi 3.000 reclusos, aunque su capacidad real es para 1.500, en una situación de hacinamiento que se repite en prácticamente todo el sistema carcelario de México.
En octubre pasado siete reos murieron y 12 más resultaron heridos en un enfrentamiento entre grupos rivales en el penal de Cadereyta, también perteneciente a Nuevo León.
Otras cárceles, particularmente en el norte del país, han sido escenario en los últimos años de distintas riñas, motines y fugas.
Las cárceles se han convertido en escenario de confrontaciones entre cárteles en el marco de la ola de violencia que deja 50.000 muertos en México desde que hace cinco años el gobierno ordenó una ofensiva militar contra el narcotráfico.
A principios de enero, 31 presos murieron y 13 resultados heridos en un enfrentamiento en la cárcel de Altamira, en Tamaulipas. En octubre, en el penal de Matamoros, en ese mismo distrito y fronterizo con Brownsville (Texas, Estados Unidos) una riña dejó 20 muertos y 12 heridos.