Colombia: dos días de sangre "alejan la posibilidad de paz"
El primer ataque –y el más mortífero, con 11 víctimas fatales- se produjo el miércoles y tuvo como blanco la estación de policía de Tumaco, en el occidental departamento de Nariño.
Y este jueves un ataque con explosivos contra el cuartel de la policía de Villa Rica, Cauca, dejó seis muertos, mientras que una mujer falleció por la detonación de una bomba en un hotel de Cajamarca, Tolima.
Según el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, estas acciones hacen cada vez más difícil la posibilidad de un diálogo con las FARC, la agrupación guerrillera a la que las autoridades responsabilizan por los ataques.
"Que no sean hipócritas, que no hablen de paz por un lado y cometan actos terroristas por el otro", dijo el mandatario durante una visita a Tumaco, en la que anunció la próxima llegada a la zona de 2.500 soldados adicionales y ofreció recompensas millonarias por la captura de los responsables intelectuales del ataque.
"Ese doble juego, esa doble moral no la entiende nadie, la rechaza todo el mundo y además aleja cualquier posibilidad de paz", afirmó.
Los atentados se producen poco depués de que las FARC también anunciaran el aplazamiento de la prometida liberación de seis secuestrados, supuestamente por la militarización de la zona en la que se preveía desarrollar el operativo.
"Algunos dicen que están queriendo ablandar al Gobierno, pero les digo que el efecto es exactamente el contrario", dijo el presidente Santos.
Pero, ¿están acaso las FARC tratando de enviar un mensaje? ¿O es este el inicio de una nueva ofensiva guerrillera?
Territorios complejos
Para el director del Observatorio del Conflicto de la Corporación Nuevo Arcoiris, Ariel Ávila, la respuesta a ambas preguntas es "no".
Y el investigador también advierte sobre los riegos de saltar a conclusiones apresuradas.
"Para empezar, no es seguro que los tres atentados hayan sido de las FARC", le dijo Ávila a BBC Mundo.
"Por el modus operandi uno dice 'son ellos', el gobierno dice 'son ellos', pero allá en las regiones la gente tiene muchas dudas. Mis investigadores de esa zona me han llamado a decirme 'ojo, que aquí hay algo más'", explicó.
"Por el modus operandi uno dice 'son ellos', el gobierno dice 'son ellos', pero allá en las regiones la gente tiene muchas dudas. Mis investigadores de esa zona me han llamado a decirme 'ojo, que aquí hay algo más"
Ariel Avila, director del Observatorio del Conflicto de la Corporación Nuevo Arcoiris.
El caso que más dudas le genera a Ávila es el de Tumaco, ciudad ubicada a la orilla del Océano Pacífico y a corta distancia de la frontera con Ecuador, lo que la ha convertido en un importante puerto de salida de droga y de entrada de armas a Colombia.
De hecho, según las autoridades, el ataque contra la estación de policía fue el resultado de una alianza entre las FARC y los Rastrojos, una importante banda de narcotraficantes de origen paramilitar.
"Las FARC en una alianza con los Rastrojos están defendiendo ni más ni menos, que la ruta del narcotráfico de esa zona del Pacífico", dijo este jueves el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón.
"En la medida en que la Fuerza Pública empieza a dar unos pasos concretos para actuar en esa zona, esta organización inmediatamente acude al terrorismo indiscriminado, con la idea de que con eso se quitan la presión", explicó Pinzón.
Pero, según Ávila, "la supuesta alianza FARC-Rastrojos no existe".
"Allá lo que hay es una alianza FARC-Urabeños combatiendo contra Los Rastrojos", advirtió.
"Además los Urabeños dicen que la policía es cercana a los Rastrojos, mientras que los Rastrojos dicen que el ejército es cercano a los Urabeños. Y los atentados han sido todos en contra de estaciones de policía…", le dijo a BBC Mundo.
"No es una ofensiva"
El director del Observatorio del Conflicto también cree que las complejas dinámicas del territorio -en el que también opera la guerrilla del ELN y varios grupos privados de seguridad del narcotráfico- ofrecen una mejor explicación de las posibles motivaciones de las FARC, si es que estas son efectivamente responsables del atentado de Tumaco.
"Después de la muerte de Raúl Reyes las FARC perdieron gran parte de la frontera (con Ecuador), y desde julio han venido fortaleciéndose (en la región)", explicó.
"Así que, si esto lo hicieron las FARC, no es ni una ofensiva, ni es coyuntural, ni es por las liberaciones, ni retaliaciones por(la muerte de Alfonso) Cano. Nada de eso tiene que ver", le dijo Ávila a BBC Mundo.
De hecho, ya en octubre pasado otro atentado en Tumaco acabó con la vida de 10 policías, en un ejemplo más del nuevo tipo de guerra que está librando la guerrilla más grande y antigua de Colombia.
Y, desde esta perspectiva, los últimos atentados serían -en la opinión del analista- un ejemplo más de los esfuerzos de las FARC por mostrar algo de fortaleza, por decirle a la comunidad internacional y a sus adversarios en el territorio: "nosotros estamos aquí, no estamos acabados ni rendidos".
Ávila, sin embargo, cree que hay que relativizar este tipo de "expresiones de fuerza".
"Estamos ante un tipo de conflicto diferente, donde se utilizan más carros bombas, explosivos a orillas de la carretera; es decir de unas FARC diferentes, unos grupos armados ilegales diferentes, y la fuerza pública ha tenido problemas en adaptarse", le dijo a BBC Mundo.
"Pero, ¿significa eso que vamos a regresar a los años 90, con las FARC atacando municipios? No.", concluyó.