Alí Abdalá Saleh pone fin a 33 años de mandato con traspaso del poder a Hadi
Saná, EFE
En una ceremonia que duró media hora en el Palacio Presidencial en Saná, Saleh entregó a Hadi una bandera yemení, como símbolo de la transferencia de poder.
“Entrego la libertad, la seguridad, el pueblo y el país a unas manos seguras” , afirmó Saleh, de 69 años, en su discurso, en el que se comprometió a apoyar al nuevo presidente en su misión, que calificó de “inmensa” .
El ya exmandatario manifestó su tristeza por los sufrimientos “innecesarios” que los yemeníes han sufrido en el último año y les pidió que trabajen junto al nuevo líder para solventar la crisis, desencadenada por las protestas de la oposición contra su régimen.
Al acto de hoy acudieron el secretario general de la Liga rabe, Nabil al Arabi, el enviado especial de la ONU para el Yemen, Yamal Benomar, y embajadores de países europeos y de la región.
Hadi, de 66 años, destacó en su alocución que con esta ceremonia se han puesto los fundamentos para la alternancia pacífica del poder en el Yemen: “Una base que esperamos que siga, porque surgió a petición del pueblo yemení de trabajar con la democracia” , apuntó.
Hadi reconoció “los duros desafíos” a los que se enfrenta, debido a la etapa complicada por la que pasa el país, donde hay que trabajar para recuperar la seguridad y la estabilidad.
“La seguridad y la estabilidad son la base del desarrollo. La crisis que ha atravesado el Yemen y que aún atraviesa es complicada y difícil, y necesita la cooperación de todos los dignatarios del país, del nuevo liderazgo y del Gobierno de unidad nacional durante los próximos dos años” , subrayó.
Pese a la exitosa transición hasta el momento, el país se encuentra todavía ante una explosiva coyuntura, con un pujante movimiento separatista que reclama la secesión del sur, la rebelión chií de los hutíes en el norte y una muy importante presencia de Al Qaeda, que controla áreas enteras del país.
Hadi expresó su compromiso con la aplicación del plan de transición del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) , que ha posibilitado el traspaso pacífico del poder.
“Espero cumplir con todos los artículos de la iniciativa del Golfo y que nos reunamos después de dos años en esta sala para recibir al nuevo presidente” , aseguró Hadi, que ocupaba el cargo de vicepresidente desde 1994.
El sábado, Hadi juró el cargo ante el Parlamento, después de ganar con un 99,8 por ciento de los votos los comicios presidenciales del pasado día 21, a los que concurrió como único candidato.
La iniciativa del CCG -integrado por Arabia Saudí, Kuwait, Catar, Emiratos rabes Unidos, Baréin y Omán- establece que el nuevo jefe de Estado presida el país por un periodo de dos años, durante el cual se deberá modificar la Constitución y celebrar elecciones generales.
Saleh firmó ese plan en noviembre pasado en Riad y desde entonces Hadi había administrado en la práctica los asuntos del país.
Sin embargo, la principal plataforma opositora yemení, el Encuentro Compartido, boicoteó la ceremonia de hoy que calificó de “provocación e irritante” al considerar que la transferencia del poder es del pueblo al nuevo presidente y no de Saleh a Hadi.
De hecho, miles de personas se manifestaron hoy en Saná para pedir a Saleh que respetara la voluntad del pueblo y no asistiera el acto.
Uno de los organizadores de las marchas, Ahmad al Uafi, dijo que la ceremonia “es un intento por parte de Saleh de fingir ante sus seguidores que ha entregado el poder voluntariamente y no ha sido derrocado para mantener su dignidad” .
Al Uafi subrayó que la investidura de Hadi fue oficial cuando juró su cargo el sábado ante el Parlamento.
El propio primer ministro del gobierno de unidad nacional formado tras la aplicación del plan del CCG, el líder opositor Mohamed Salem Basandawa, boicoteó la ceremonia de hoy en desacuerdo por la presencia de Saleh.
El ya expresidente regresó al Yemen el viernes pasado para asistir al nombramiento de Hadi, ya que se encontraba en EE. UU. para recibir tratamiento médico de las heridas sufridas en junio pasado en un atentado contra él en el palacio presidencial en la capital yemení.
En una ceremonia que duró media hora en el Palacio Presidencial en Saná, Saleh entregó a Hadi una bandera yemení, como símbolo de la transferencia de poder.
“Entrego la libertad, la seguridad, el pueblo y el país a unas manos seguras” , afirmó Saleh, de 69 años, en su discurso, en el que se comprometió a apoyar al nuevo presidente en su misión, que calificó de “inmensa” .
El ya exmandatario manifestó su tristeza por los sufrimientos “innecesarios” que los yemeníes han sufrido en el último año y les pidió que trabajen junto al nuevo líder para solventar la crisis, desencadenada por las protestas de la oposición contra su régimen.
Al acto de hoy acudieron el secretario general de la Liga rabe, Nabil al Arabi, el enviado especial de la ONU para el Yemen, Yamal Benomar, y embajadores de países europeos y de la región.
Hadi, de 66 años, destacó en su alocución que con esta ceremonia se han puesto los fundamentos para la alternancia pacífica del poder en el Yemen: “Una base que esperamos que siga, porque surgió a petición del pueblo yemení de trabajar con la democracia” , apuntó.
Hadi reconoció “los duros desafíos” a los que se enfrenta, debido a la etapa complicada por la que pasa el país, donde hay que trabajar para recuperar la seguridad y la estabilidad.
“La seguridad y la estabilidad son la base del desarrollo. La crisis que ha atravesado el Yemen y que aún atraviesa es complicada y difícil, y necesita la cooperación de todos los dignatarios del país, del nuevo liderazgo y del Gobierno de unidad nacional durante los próximos dos años” , subrayó.
Pese a la exitosa transición hasta el momento, el país se encuentra todavía ante una explosiva coyuntura, con un pujante movimiento separatista que reclama la secesión del sur, la rebelión chií de los hutíes en el norte y una muy importante presencia de Al Qaeda, que controla áreas enteras del país.
Hadi expresó su compromiso con la aplicación del plan de transición del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) , que ha posibilitado el traspaso pacífico del poder.
“Espero cumplir con todos los artículos de la iniciativa del Golfo y que nos reunamos después de dos años en esta sala para recibir al nuevo presidente” , aseguró Hadi, que ocupaba el cargo de vicepresidente desde 1994.
El sábado, Hadi juró el cargo ante el Parlamento, después de ganar con un 99,8 por ciento de los votos los comicios presidenciales del pasado día 21, a los que concurrió como único candidato.
La iniciativa del CCG -integrado por Arabia Saudí, Kuwait, Catar, Emiratos rabes Unidos, Baréin y Omán- establece que el nuevo jefe de Estado presida el país por un periodo de dos años, durante el cual se deberá modificar la Constitución y celebrar elecciones generales.
Saleh firmó ese plan en noviembre pasado en Riad y desde entonces Hadi había administrado en la práctica los asuntos del país.
Sin embargo, la principal plataforma opositora yemení, el Encuentro Compartido, boicoteó la ceremonia de hoy que calificó de “provocación e irritante” al considerar que la transferencia del poder es del pueblo al nuevo presidente y no de Saleh a Hadi.
De hecho, miles de personas se manifestaron hoy en Saná para pedir a Saleh que respetara la voluntad del pueblo y no asistiera el acto.
Uno de los organizadores de las marchas, Ahmad al Uafi, dijo que la ceremonia “es un intento por parte de Saleh de fingir ante sus seguidores que ha entregado el poder voluntariamente y no ha sido derrocado para mantener su dignidad” .
Al Uafi subrayó que la investidura de Hadi fue oficial cuando juró su cargo el sábado ante el Parlamento.
El propio primer ministro del gobierno de unidad nacional formado tras la aplicación del plan del CCG, el líder opositor Mohamed Salem Basandawa, boicoteó la ceremonia de hoy en desacuerdo por la presencia de Saleh.
El ya expresidente regresó al Yemen el viernes pasado para asistir al nombramiento de Hadi, ya que se encontraba en EE. UU. para recibir tratamiento médico de las heridas sufridas en junio pasado en un atentado contra él en el palacio presidencial en la capital yemení.