Yapacaní vela sus muertos tras jornada de violencia en pueblo boliviano
YAPACANI, AFP
Los cuerpos de los tres muertos registrados en graves enfrentamientos entre manifestantes y policía en el poblado boliviano de Yapacaní (este), en el marco de disputas por el control de la alcaldía local, eran velados este jueves en medio de críticas al gobierno y pedidos de renuncia del ministro del Interior. Los restos de dos de los fallecidos por disparos de armas de fuego eran velados en el coliseo municipal de Yapacaní, mientras que el de la tercera víctima, que pereció electrocutado en un ataque a la estación policial, lo era en su domicilio.
La calma predominaba este jueves en el poblado de unos 30.000 habitantes, nicho electoral del presidente Evo Morales en una región oriental cuyas élites son adversarias del mandatario, aunque los pedidos de justicia y sanción a los responsables de la violencia son crecientes.
La cifra oficial de víctimas es de tres muertos y más de 60 heridos, entre estos 17 policías, y medios locales sostienen que uno de los heridos se debate entre la vida y la muerte.
En consonancia con la calma que prevalecía en Yapacaní, la representación de las Naciones Unidas en Bolivia emitió un comunicado en el que pide "restablecer un clima de paz, de convivencia social y de respeto a las leyes" en la zona, según un comunicado entregado a la AFP.
"Dada la gravedad de los hechos, manifestamos nuestro apoyo a la decisión de una apertura de investigación y esperamos que la misma establezca responsabilidades con eficiencia y transparencia", añadió.
Previamente, el fiscal general interino, Beimar Guzmán, instruyó desde su sede en Sucre, capital de Bolivia, el inicio de la investigación de los hechos. "Es responsabilidad del Ministerio Público cumplir en atribución de lo que señala la Ley, (por lo que) se ha dispuesto el proceso investigativo", destacó.
En un alegato en favor de la policía, en el ojo de la tormenta por la cantidad de muertos y heridos, el ministro de Gobierno (Interior), Wilfredo Chávez, dijo esta madrugada que en los choques se emplearon "armas blancas y escopeta", las cuales no utilizan los uniformados.
La violencia estalló la tarde del miércoles en Yapacaní tras la decisión de la justicia de restituir en el cargo al alcalde David Carvajal, resistido por la población, quien finalmente tuvo que renunciar al cargo.
En medio de una persistente lluvia, la viuda de Maicol Sosa, de 23 años, que recibió impactos de arma de fuego en el pecho, relató que su esposo "todavía estaba vivo en el hospital de primer nivel, no pudieron hacer nada, ellos no hicieron nada, son unos ineptos los del hospital".
En un ambiente de luto en el coliseo municipal, Iver Campero, vocero del Comité Interinstitucional de Yapacaní, que agrupa a las organizaciones civiles de ese poblado, señaló: "No estamos contentos con la renuncia de Carvajal sino que pedimos la del ministro (Chávez), queremos la cabeza de quienes dispararon", añadió.
Entre los autores de los tiros, acusó a "la propia comandante (de la Policía de Santa Cruz, coronela) Lily Cortez (quien) ha sido quien ha realizado el primer disparo que ocasionó el fallecimiento del señor Abel (Rocha)".
El Comité Interinstitucional también exigió la renuncia del ministro Chávez, encargado de la seguridad interna del país, a quien considera responsable de haber ordenado "esta masacre (...) porque aquí la policía no ha venido a resguardar la alcaldía, ha venido a matar y a masacrar", apuntó Campero.
Morales atraviesa uno de sus peores momentos con la caída de su popularidad
desde el 70% en enero de 2010 al 35%.
Los cuerpos de los tres muertos registrados en graves enfrentamientos entre manifestantes y policía en el poblado boliviano de Yapacaní (este), en el marco de disputas por el control de la alcaldía local, eran velados este jueves en medio de críticas al gobierno y pedidos de renuncia del ministro del Interior. Los restos de dos de los fallecidos por disparos de armas de fuego eran velados en el coliseo municipal de Yapacaní, mientras que el de la tercera víctima, que pereció electrocutado en un ataque a la estación policial, lo era en su domicilio.
La calma predominaba este jueves en el poblado de unos 30.000 habitantes, nicho electoral del presidente Evo Morales en una región oriental cuyas élites son adversarias del mandatario, aunque los pedidos de justicia y sanción a los responsables de la violencia son crecientes.
La cifra oficial de víctimas es de tres muertos y más de 60 heridos, entre estos 17 policías, y medios locales sostienen que uno de los heridos se debate entre la vida y la muerte.
En consonancia con la calma que prevalecía en Yapacaní, la representación de las Naciones Unidas en Bolivia emitió un comunicado en el que pide "restablecer un clima de paz, de convivencia social y de respeto a las leyes" en la zona, según un comunicado entregado a la AFP.
"Dada la gravedad de los hechos, manifestamos nuestro apoyo a la decisión de una apertura de investigación y esperamos que la misma establezca responsabilidades con eficiencia y transparencia", añadió.
Previamente, el fiscal general interino, Beimar Guzmán, instruyó desde su sede en Sucre, capital de Bolivia, el inicio de la investigación de los hechos. "Es responsabilidad del Ministerio Público cumplir en atribución de lo que señala la Ley, (por lo que) se ha dispuesto el proceso investigativo", destacó.
En un alegato en favor de la policía, en el ojo de la tormenta por la cantidad de muertos y heridos, el ministro de Gobierno (Interior), Wilfredo Chávez, dijo esta madrugada que en los choques se emplearon "armas blancas y escopeta", las cuales no utilizan los uniformados.
La violencia estalló la tarde del miércoles en Yapacaní tras la decisión de la justicia de restituir en el cargo al alcalde David Carvajal, resistido por la población, quien finalmente tuvo que renunciar al cargo.
En medio de una persistente lluvia, la viuda de Maicol Sosa, de 23 años, que recibió impactos de arma de fuego en el pecho, relató que su esposo "todavía estaba vivo en el hospital de primer nivel, no pudieron hacer nada, ellos no hicieron nada, son unos ineptos los del hospital".
En un ambiente de luto en el coliseo municipal, Iver Campero, vocero del Comité Interinstitucional de Yapacaní, que agrupa a las organizaciones civiles de ese poblado, señaló: "No estamos contentos con la renuncia de Carvajal sino que pedimos la del ministro (Chávez), queremos la cabeza de quienes dispararon", añadió.
Entre los autores de los tiros, acusó a "la propia comandante (de la Policía de Santa Cruz, coronela) Lily Cortez (quien) ha sido quien ha realizado el primer disparo que ocasionó el fallecimiento del señor Abel (Rocha)".
El Comité Interinstitucional también exigió la renuncia del ministro Chávez, encargado de la seguridad interna del país, a quien considera responsable de haber ordenado "esta masacre (...) porque aquí la policía no ha venido a resguardar la alcaldía, ha venido a matar y a masacrar", apuntó Campero.
Morales atraviesa uno de sus peores momentos con la caída de su popularidad
desde el 70% en enero de 2010 al 35%.