Un alud causado por las lluvias deja 13 muertos y 11 desaparecidos en Brasil
Río de Janeiro, EFE
Las autoridades brasileñas retiraron hoy cinco cadáveres de unas casas sepultadas por un alud en la localidad de Sapucaia (Río de Janeiro), en un nuevo episodio de una tragedia recurrente causada por las lluvias estivales, que cada año dejan un reguero de víctimas en el sureste del país.
Los corrimientos de tierras han causado en total trece muertos y once desaparecidos en este municipio enclavado en la Sierra da Mantiqueira, que divide los estados de Río de Janeiro y Minas Gerais, donde las lluvias también se han cobrado varias víctimas, según los bomberos.
Las búsquedas se concentraron hoy en Sapucaia, municipio de unos 18.000 habitantes a 150 kilómetros de la ciudad de Río de Janeiro, donde este lunes sucedió el mayor alud, que soterró siete viviendas y un automóvil en el que se había refugiado una familia que intentaba huir.
Un destacamento de 30 bomberos, con ayuda de excavadoras, trabajaba en el amasijo de escombros y barro, con la esperanza de encontrar alguna víctima con vida.
Un nuevo deslizamiento de pequeñas proporciones, ocurrido por la inestabilidad del terreno, dificultó las tareas de búsqueda y obligó a los bomberos a salir corriendo de la zona y a suspender los trabajos durante unos minutos.
El ministro de Salud, Alexandre Padilha, sobrevoló hoy la región serrana para ver los desperfectos y visitó los pueblos más afectados por las lluvias en Minas Gerais para acompañar la distribución de medicamentos y otras acciones de asistencia médica a los damnificados.
El Gobierno ha enviado hasta ahora un cargamento de 12 toneladas de medicamentos a los estados de Río de Janeiro, Minas Gerais y Espírito Santo, donde cerca de 2,5 millones de personas han resultado damnificadas.
En los tres estados ya se contabilizan 29 muertos, al menos 14 desaparecidos y cerca de 40.000 personas desalojadas, según los últimos boletines oficiales e incluyendo las víctimas de los aludes de Sapucaia.
Los fuertes aguaceros afectan al sureste de Brasil todos los veranos y este enero se han cebado especialmente con Minas Gerais, donde hay 167 municipios con cuantiosos daños y 116 de ellos han declarado el estado de emergencia.
En Río de Janeiro, además de los deslizamientos de tierra, se han registrado inundaciones por el aumento del caudal del río Muriaé, que la semana pasada ocasionó la ruptura de dos diques y anegó los pueblos de Tres Vendas y Cardoso Moreira, donde la población tuvo que ser desalojada a las prisas.
Los ministros de Integración Nacional, Fernando Bezerra, y de Transportes, Paulo Passos, sobrevolaron hoy las regiones inundadas por el río Muriaé después de visitar Vitoria, capital de Espírito Santo, estado en el que ocho municipios están en estado de emergencia por las lluvias.
El Gobierno de Río de Janeiro anunció hoy inversiones de 950 millones de reales (unos 525 millones de dólares) en medidas de prevención de futuras inundaciones en la ribera del Muriaé y en otras ciudades de la región.
Estos días la prensa brasileña ha criticado a las autoridades nacionales y regionales por incumplir las promesas de invertir en medidas preventivas y por la demora en la reconstrucción de los daños causados por las lluvias estivales del año pasado.
Este martes, el periódico O Globo denunció que las autoridades solo reconstruyeron uno de los 75 puentes que fueron destruidos en la región serrana de Río de Janeiro en las gravísimas inundaciones que causaron cerca de 1.000 muertos en enero de 2011.
En contraste con las lluvias que afectan al sureste, en el extremo sur del país 142 municipios del estado de Río Grande do Sul han decretado el estado de emergencia debido a la sequía.
Las pérdidas de los agricultores de la región alcanzan los 2.000 millones de reales (unos 1.100 millones de dólares) en las cosechas de maíz, fríjol y soja, según cálculos de las autoridades locales.
El Gobierno también ha disminuido sus cálculos para la cosecha de arroz para este año debido a la sequía que afecta a Río Grande do Sul, la mayor región productora del país.