Standard & Poor's da un hachazo a los países del euro
La agencia rebaja dos escalones la nota a España, Italia, Portugal y Chipre y despoja de la AAA a Francia y Austria.- La rebaja ha afectado a nueve países de la eurozona
Madrid, El País
La agencia de calificación Standard & Poor's (S&P) ha asestado un hachazo a la zona euro. La firma estadounidense decidió a última hora del viernes una rebaja masiva (a nueve países) de las notas de solvencia en plena crisis de la deuda. Cumple con ello la amenaza que lanzó en vísperas de la última cumbre europea y ante el atasco de los dirigentes de la Unión Europea para encontrar una solución a los problemas de la moneda única.
La rebaja más importante es la que aparta a Francia de los países con la máxima nota, la AAA. Ese recorte, que también sufre Austria, dificulta además la financiación del fondo de rescate que las autoridades europeas habían diseñado como principal arma disuasoria frente a la desconfianza en la solvencia de los países periféricos. Estos últimos también sufren un nuevo recorte de su calificación, de dos grados en el caso de España, Italia, Portugal y Chipre. Además de Francia y Bélgica, también pierden un escalón Malta, eslovaquia y Eslovenia. La agencia, en cambio, sreafirma la calificación de cuatro países con la triple A (Alemania, Holanda, Finlandia y Luxemburgo) y de otros tres con nota inferior (Bélgica, Irlanda y Estonia).
Para España, la decisión supone la pérdida de la doble A. La calificación de la deuda española pasa de AA- a A, una nota que aún es considerada buena, pero que está cinco grados por debajo de la máxima, que España perdió en enero de 2009. La rebaja sitúa la solvencia de España, a ojos de S&P, por detrás de la de países como la República Checa o Chile y al mismo nivel que Polonia.
Falta de respuesta a la crisis
La decisión de Standard & Poor's se debe sobre todo al fracaso europeo para dar una respuesta eficaz a la crisis del euro. Sus analistas creen que los acuerdos de la cumbre del 9 de diciembre pasado no han dado resultados y alertan sobre la crisis política, financiera y monetaria de la zona euro. Pero, además, la agencia toma en cuenta las pobres perspectivas de crecimiento de los países de la moneda única, que se encuentran al borde de una recesión que se da ya por segura en diferentes países, entre ellos España.
En el caso español, además de los factores comunes al conjunto de la zona euro, la agencia pone énfasis en que la dependencia de la financiación exterior amenaza el crecimiento. También alerta de que las medidas de ajuste frenarán la economía y advierte sobre la concentración de vencimientos de deuda en el primer trimestre. Además, mantiene la calificación en perspectiva negativa y amenaza con una nueva rebaja si no se aprueba pronto la reforma laboral, si no hay medidas adicionales para reducir el déficit o si el sector financiero necesita más ayudas de capital por parte del sector público. Las medidas de ajuste adoptadas por el nuevo Gobierno de Mariano Rajoy no han sido suficientes para salvar la nota de España, entre otras cosas porque el ajuste, aunque necesario para equilibrar las cuentas, agravará la recesión.
Fuentes del Ejecutivo consideran que la decisión de S&P es consecuencia de "una herencia del pasado, igual que otras". "El objetivo del Gobierno es recuperar el potencial de crecimiento de la economía española para que esta situación se reconduzca lo antes posible. La política económica está comprometida con el equilibrio presupuestario y las reformas estructurales", añadieron las mismas fuentes.
Habitualmente, la rebaja de la calificación de la deuda encarece la financiación, pues los inversores toman esa nota como un indicador de solvencia. En la actualidad, sin embargo, los mercados han ido por delante de las agencias de calificación y la rentabilidad que los inversores es acorde con notas inferiores incluso a las fijadas ayer tras la rebaja. A eso se une que el recorte se daba ya por seguro en medios financieros. Por eso, aunque la reacción de los mercados al trascender la información fue negativa, tampoco fue dramática. La Bolsa española, de hecho, salvó la jornada con ganancias y la prima de riesgo aumentó solo ligeramente. La tibia reacción fue común en otros países, aunque es cierto que la noticia no llegó a ser oficial con los mercados abiertos. El que más sufrió fue el euro, que cayó a su mínimo de los últimos 16 meses.
Con la nueva normativa europea, las agencias de calificación están obligadas a comunicar a las autoridades con una antelación mínima de 12 horas sus decisiones sobre la calificación de la deuda de los países. Esa obligación se ha convertido en origen de filtraciones. Por eso, la rebaja se conoció antes de hacerse pública e incluso fue confirmada por fuentes oficiales europeas y de varios países.
Las autoridades europeas esperaban a que la decisión de Standard & Poor's fuese oficial para responder. El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schaeuble, llamó a no "sobrevalorar" la decisión de la agencia.
Madrid, El País
La agencia de calificación Standard & Poor's (S&P) ha asestado un hachazo a la zona euro. La firma estadounidense decidió a última hora del viernes una rebaja masiva (a nueve países) de las notas de solvencia en plena crisis de la deuda. Cumple con ello la amenaza que lanzó en vísperas de la última cumbre europea y ante el atasco de los dirigentes de la Unión Europea para encontrar una solución a los problemas de la moneda única.
La rebaja más importante es la que aparta a Francia de los países con la máxima nota, la AAA. Ese recorte, que también sufre Austria, dificulta además la financiación del fondo de rescate que las autoridades europeas habían diseñado como principal arma disuasoria frente a la desconfianza en la solvencia de los países periféricos. Estos últimos también sufren un nuevo recorte de su calificación, de dos grados en el caso de España, Italia, Portugal y Chipre. Además de Francia y Bélgica, también pierden un escalón Malta, eslovaquia y Eslovenia. La agencia, en cambio, sreafirma la calificación de cuatro países con la triple A (Alemania, Holanda, Finlandia y Luxemburgo) y de otros tres con nota inferior (Bélgica, Irlanda y Estonia).
Para España, la decisión supone la pérdida de la doble A. La calificación de la deuda española pasa de AA- a A, una nota que aún es considerada buena, pero que está cinco grados por debajo de la máxima, que España perdió en enero de 2009. La rebaja sitúa la solvencia de España, a ojos de S&P, por detrás de la de países como la República Checa o Chile y al mismo nivel que Polonia.
Falta de respuesta a la crisis
La decisión de Standard & Poor's se debe sobre todo al fracaso europeo para dar una respuesta eficaz a la crisis del euro. Sus analistas creen que los acuerdos de la cumbre del 9 de diciembre pasado no han dado resultados y alertan sobre la crisis política, financiera y monetaria de la zona euro. Pero, además, la agencia toma en cuenta las pobres perspectivas de crecimiento de los países de la moneda única, que se encuentran al borde de una recesión que se da ya por segura en diferentes países, entre ellos España.
En el caso español, además de los factores comunes al conjunto de la zona euro, la agencia pone énfasis en que la dependencia de la financiación exterior amenaza el crecimiento. También alerta de que las medidas de ajuste frenarán la economía y advierte sobre la concentración de vencimientos de deuda en el primer trimestre. Además, mantiene la calificación en perspectiva negativa y amenaza con una nueva rebaja si no se aprueba pronto la reforma laboral, si no hay medidas adicionales para reducir el déficit o si el sector financiero necesita más ayudas de capital por parte del sector público. Las medidas de ajuste adoptadas por el nuevo Gobierno de Mariano Rajoy no han sido suficientes para salvar la nota de España, entre otras cosas porque el ajuste, aunque necesario para equilibrar las cuentas, agravará la recesión.
Fuentes del Ejecutivo consideran que la decisión de S&P es consecuencia de "una herencia del pasado, igual que otras". "El objetivo del Gobierno es recuperar el potencial de crecimiento de la economía española para que esta situación se reconduzca lo antes posible. La política económica está comprometida con el equilibrio presupuestario y las reformas estructurales", añadieron las mismas fuentes.
Habitualmente, la rebaja de la calificación de la deuda encarece la financiación, pues los inversores toman esa nota como un indicador de solvencia. En la actualidad, sin embargo, los mercados han ido por delante de las agencias de calificación y la rentabilidad que los inversores es acorde con notas inferiores incluso a las fijadas ayer tras la rebaja. A eso se une que el recorte se daba ya por seguro en medios financieros. Por eso, aunque la reacción de los mercados al trascender la información fue negativa, tampoco fue dramática. La Bolsa española, de hecho, salvó la jornada con ganancias y la prima de riesgo aumentó solo ligeramente. La tibia reacción fue común en otros países, aunque es cierto que la noticia no llegó a ser oficial con los mercados abiertos. El que más sufrió fue el euro, que cayó a su mínimo de los últimos 16 meses.
Con la nueva normativa europea, las agencias de calificación están obligadas a comunicar a las autoridades con una antelación mínima de 12 horas sus decisiones sobre la calificación de la deuda de los países. Esa obligación se ha convertido en origen de filtraciones. Por eso, la rebaja se conoció antes de hacerse pública e incluso fue confirmada por fuentes oficiales europeas y de varios países.
Las autoridades europeas esperaban a que la decisión de Standard & Poor's fuese oficial para responder. El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schaeuble, llamó a no "sobrevalorar" la decisión de la agencia.