Se eleva a 30 el número de muertos por la violencia del régimen en Siria
El Cairo, EFE
Al menos 30 personas han muerto hoy en Siria por la violencia de las fuerzas del régimen del presidente Bachar al Asad, la mayoría de ellas en la castigada provincia de Homs (centro), según informó la oposición.
Los Comités de Coordinación Local explicaron que 18 de los fallecidos se registraron en Homs, otros ocho en Idleb (norte), además de uno, respectivamente, en las localidades de Madaya, Qatana (Rif Damasco), Deraa (sur) y Sahl al Ghab (Hama, centro).
Entre los muertos hoy hasta ahora se cuentan cuatro reclutas que habían desertado de las fuerzas armadas sirias, una mujer, un joven discapacitado y dos menores.
Cuatro de los fallecidos en Idleb murieron por la explosión de un artefacto, supuestamente instalado por el régimen, bajo un microbús.
Los Comités informaron también en un breve comunicado de la puesta en libertad del dirigente opositor Najati Tayara en Homs tras meses de detención.
Mientras, en la localidad de Yisr al Shugur, en Idleb, se vive hoy una jornada de huelga general en medio de un amplio despliegue de las fuerzas de seguridad.
En Latakia, junto a la costa mediterránea, efectivos de seguridad y "shabiha" irrumpieron en una plaza y rodearon una mezquita en el barrio de Raml Yanobi, coincidiendo con la llegada de observadores de la Liga Árabe.
Estas informaciones no han podido ser verificadas de forma independiente debido a las restricciones impuestas por el régimen a los periodistas para trabajar.
Ayer, un portavoz de la ONU anunció que el organismo internacional iba a comenzar en los próximos días, a petición de la Liga Árabe, el entrenamiento de observadores en Siria con el fin de asistirles en su evaluación de la situación.
Los observadores tienen como misión comprobar el cumplimiento de la iniciativa árabe para dar una salida a la crisis en este país, que estipula, entre otros, el fin de la violencia y la retirada de las tropas de las calles.
Los observadores se quedarán allí hasta la reunión de los titulares de Exteriores el próximo domingo y los jefes de las diplomacias deberán decidir sobre si extender la misión o retirarla.
Aun así, la violencia persiste en Siria, donde, según la ONU, más de 5.000 personas han perdido la vida desde que comenzaron a mediados de marzo del año pasado las protestas contra el régimen de Al Asad, que acusa a "grupos armados terroristas" de estar detrás de ellas.
Al menos 30 personas han muerto hoy en Siria por la violencia de las fuerzas del régimen del presidente Bachar al Asad, la mayoría de ellas en la castigada provincia de Homs (centro), según informó la oposición.
Los Comités de Coordinación Local explicaron que 18 de los fallecidos se registraron en Homs, otros ocho en Idleb (norte), además de uno, respectivamente, en las localidades de Madaya, Qatana (Rif Damasco), Deraa (sur) y Sahl al Ghab (Hama, centro).
Entre los muertos hoy hasta ahora se cuentan cuatro reclutas que habían desertado de las fuerzas armadas sirias, una mujer, un joven discapacitado y dos menores.
Cuatro de los fallecidos en Idleb murieron por la explosión de un artefacto, supuestamente instalado por el régimen, bajo un microbús.
Los Comités informaron también en un breve comunicado de la puesta en libertad del dirigente opositor Najati Tayara en Homs tras meses de detención.
Mientras, en la localidad de Yisr al Shugur, en Idleb, se vive hoy una jornada de huelga general en medio de un amplio despliegue de las fuerzas de seguridad.
En Latakia, junto a la costa mediterránea, efectivos de seguridad y "shabiha" irrumpieron en una plaza y rodearon una mezquita en el barrio de Raml Yanobi, coincidiendo con la llegada de observadores de la Liga Árabe.
Estas informaciones no han podido ser verificadas de forma independiente debido a las restricciones impuestas por el régimen a los periodistas para trabajar.
Ayer, un portavoz de la ONU anunció que el organismo internacional iba a comenzar en los próximos días, a petición de la Liga Árabe, el entrenamiento de observadores en Siria con el fin de asistirles en su evaluación de la situación.
Los observadores tienen como misión comprobar el cumplimiento de la iniciativa árabe para dar una salida a la crisis en este país, que estipula, entre otros, el fin de la violencia y la retirada de las tropas de las calles.
Los observadores se quedarán allí hasta la reunión de los titulares de Exteriores el próximo domingo y los jefes de las diplomacias deberán decidir sobre si extender la misión o retirarla.
Aun así, la violencia persiste en Siria, donde, según la ONU, más de 5.000 personas han perdido la vida desde que comenzaron a mediados de marzo del año pasado las protestas contra el régimen de Al Asad, que acusa a "grupos armados terroristas" de estar detrás de ellas.