Merkel y Sarkozy tratan de acercar posiciones para mantener el euro a flote
La tasa a las transacciones financieras y el nuevo tratado centran la reunión que mantendrán el lunes el presidente francés y la canciller alemana en Berlín
París, El País
“¿Marcará 2012 el fin del euro? Pues ya que lo pregunta, le diré que no lo creo”, respondía el día de Reyes Christine Lagarde, la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), a quien en Sudáfrica se interesaba por la suerte de la moneda única. Lagarde no cree que el euro se vaya a estrellar. ¿Tranquilidad, pues? Tampoco. “2012 no va ser un paseo, sino un año de esfuerzos y de concentración, con una combinación de problemas, el primero de ellos la crisis europea”, continuó la jefa del FMI.
Pasado el receso navideño, los líderes europeos se lanzan a la arena para hacer bueno el pronóstico de Lagarde y responder a sus inquietudes. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, almuerzan el lunes en Berlín para tratar de poner orden en la cacofonía comunitaria, que les ve a ambos en discordancia sobre tantos temas. Ahora, sobre la tasa en las transacciones financieras, asunto en el que la Italia de Mario Monti se alinea con Merkel frente a Sarkozy, al tiempo que se alía con Sarkozy frente a Merkel en lo relativo al activismo del Banco Central Europeo (BCE) en la crisis. Desde fuera, Reino Unido de David Cameron dice que vetará cualquier intento de imponer semejante gravamen a escala comunitaria si el resto del mundo no acepta la misma medida.
La cita berlinesa es la primera del directorio germano-francés en 2012 para concertar posiciones ante el Consejo Europeo del próximo día 30, llamado a aprobar el nuevo tratado que constitucionaliza el rigor y la disciplina presupuestaria en la Unión, conforme al acuerdo político alcanzado hace un mes en Bruselas por todos los socios menos Reino Unido. Ya el viernes, Sarkozy recibió a Monti en el Elíseo, lo mismo que hará Merkel el miércoles en la Cancillería, antes de que el trío se reúna el día 20 en Roma para unificar el frente que las tres primeras economías de la eurozona presentarán a los demás a finales de mes.
Tensiones en el frente
Ahora mismo el frente presenta fisuras y tensiones, como apunta Lagarde, para quien el euro no es el mayor problema. “Es una divisa joven y sólida”, dice a quien la quiera escuchar. “En la eurozona hay serias presiones y problemas pendientes, pero no en relación con la divisa, sino sobre la deuda soberana o la fortaleza del sistema bancario”.
La crisis europea tiene facetas y actores suficientes como para que en cada momento el foco esté puesto en alguno de ellos, dejando en un engañoso segundo plano a todos los demás. Y por si no fueran bastantes los obvios, irrumpen inesperadamente otros. Sobre la mesa del almuerzo de hoy ha caído de forma imprevista la cuestión del gravamen a las transacciones financieras, con Sarkozy empeñado en aprobarlo de forma unilateral en Consejo de Ministros este mes para que entre en vigor este año en Francia.
El principio político fue adoptado en septiembre por la UE (0,1% en las operaciones con bonos y de Bolsa; 0,01%, para derivados) como medida para poner coto a la especulación y, de paso, allegar fondos a las arcas públicas. El proyecto dormía el sueño de los justos hasta que Sarkozy ha dado un paso adelante. Merkel, la gran valedora de la idea, y Monti se han visto sorprendidos por la iniciativa francesa, y creen que la decisión debe aplicarse de consuno en toda la UE.
Consenso
“Francia no esperará que todos los demás estén de acuerdo”, insiste Sarkozy. “Alemania se mantiene en su idea de que la tasa se instaure en toda la Unión”, responde un portavoz de Berlín. “Los países no deben ir en solitario en la aplicación de este impuesto”, tercia Monti.
París Europlace, que agrupa a las sociedades financieras en Francia, se opone a las exigencias del Elíseo por considerar que desviaría negocio a Londres, donde la City, primera plaza financiera de Europa, teme que semejante impuesto lleve a bancos, aseguradoras y otras sociedades de gestión a otras latitudes más comprensivas. “Los franceses son muy libres de hacer lo que quieran y aplicar el impuesto en Francia”, replica David Cameron, haciéndose eco de las objeciones de la City. “Pero no me parece muy buena idea el imponer un impuesto europeo que no existe en ninguna otra parte del mundo. Lo bloquearemos”. La política fiscal funciona por unanimidad en la UE y el veto británico sería decisivo.
Merkel y Sarkozy también debatirán el lunes sobre el tratado que deben aprobar los líderes el día 30 para instaurar en la UE la regla de oro de la absoluta disciplina presupuestaria. La Comisión ha presentado ideas que retocan las anunciadas a finales de año por Herman van Rompuy, presidente del Consejo Europeo. El Ejecutivo comunitario dice que, además del principio de la disciplina presupuestaria, hay que potenciar el crecimiento económico y la cohesión social de Europa. Y también reclama más atribuciones para sí, en particular la de enviar al Tribunal de Justicia de la UE al socio que no respete la disciplina presupuestaria.
En la venidera gobernanza económica de la Unión “la responsabilidad corresponde a los jefes de Estado y de Gobierno”, salta Sarkozy, dispuesto a no ceder un ápice. “Ni una sola nueva competencia va a pasar a ninguna autoridad supranacional”, agrega en referencia expresa a la Comisión, el BCE o el Tribunal de Justicia. Como pronostica Lagarde, 2012 requerirá muchos esfuerzos para responder a la crisis europea.
París, El País
“¿Marcará 2012 el fin del euro? Pues ya que lo pregunta, le diré que no lo creo”, respondía el día de Reyes Christine Lagarde, la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), a quien en Sudáfrica se interesaba por la suerte de la moneda única. Lagarde no cree que el euro se vaya a estrellar. ¿Tranquilidad, pues? Tampoco. “2012 no va ser un paseo, sino un año de esfuerzos y de concentración, con una combinación de problemas, el primero de ellos la crisis europea”, continuó la jefa del FMI.
Pasado el receso navideño, los líderes europeos se lanzan a la arena para hacer bueno el pronóstico de Lagarde y responder a sus inquietudes. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, almuerzan el lunes en Berlín para tratar de poner orden en la cacofonía comunitaria, que les ve a ambos en discordancia sobre tantos temas. Ahora, sobre la tasa en las transacciones financieras, asunto en el que la Italia de Mario Monti se alinea con Merkel frente a Sarkozy, al tiempo que se alía con Sarkozy frente a Merkel en lo relativo al activismo del Banco Central Europeo (BCE) en la crisis. Desde fuera, Reino Unido de David Cameron dice que vetará cualquier intento de imponer semejante gravamen a escala comunitaria si el resto del mundo no acepta la misma medida.
La cita berlinesa es la primera del directorio germano-francés en 2012 para concertar posiciones ante el Consejo Europeo del próximo día 30, llamado a aprobar el nuevo tratado que constitucionaliza el rigor y la disciplina presupuestaria en la Unión, conforme al acuerdo político alcanzado hace un mes en Bruselas por todos los socios menos Reino Unido. Ya el viernes, Sarkozy recibió a Monti en el Elíseo, lo mismo que hará Merkel el miércoles en la Cancillería, antes de que el trío se reúna el día 20 en Roma para unificar el frente que las tres primeras economías de la eurozona presentarán a los demás a finales de mes.
Tensiones en el frente
Ahora mismo el frente presenta fisuras y tensiones, como apunta Lagarde, para quien el euro no es el mayor problema. “Es una divisa joven y sólida”, dice a quien la quiera escuchar. “En la eurozona hay serias presiones y problemas pendientes, pero no en relación con la divisa, sino sobre la deuda soberana o la fortaleza del sistema bancario”.
La crisis europea tiene facetas y actores suficientes como para que en cada momento el foco esté puesto en alguno de ellos, dejando en un engañoso segundo plano a todos los demás. Y por si no fueran bastantes los obvios, irrumpen inesperadamente otros. Sobre la mesa del almuerzo de hoy ha caído de forma imprevista la cuestión del gravamen a las transacciones financieras, con Sarkozy empeñado en aprobarlo de forma unilateral en Consejo de Ministros este mes para que entre en vigor este año en Francia.
El principio político fue adoptado en septiembre por la UE (0,1% en las operaciones con bonos y de Bolsa; 0,01%, para derivados) como medida para poner coto a la especulación y, de paso, allegar fondos a las arcas públicas. El proyecto dormía el sueño de los justos hasta que Sarkozy ha dado un paso adelante. Merkel, la gran valedora de la idea, y Monti se han visto sorprendidos por la iniciativa francesa, y creen que la decisión debe aplicarse de consuno en toda la UE.
Consenso
“Francia no esperará que todos los demás estén de acuerdo”, insiste Sarkozy. “Alemania se mantiene en su idea de que la tasa se instaure en toda la Unión”, responde un portavoz de Berlín. “Los países no deben ir en solitario en la aplicación de este impuesto”, tercia Monti.
París Europlace, que agrupa a las sociedades financieras en Francia, se opone a las exigencias del Elíseo por considerar que desviaría negocio a Londres, donde la City, primera plaza financiera de Europa, teme que semejante impuesto lleve a bancos, aseguradoras y otras sociedades de gestión a otras latitudes más comprensivas. “Los franceses son muy libres de hacer lo que quieran y aplicar el impuesto en Francia”, replica David Cameron, haciéndose eco de las objeciones de la City. “Pero no me parece muy buena idea el imponer un impuesto europeo que no existe en ninguna otra parte del mundo. Lo bloquearemos”. La política fiscal funciona por unanimidad en la UE y el veto británico sería decisivo.
Merkel y Sarkozy también debatirán el lunes sobre el tratado que deben aprobar los líderes el día 30 para instaurar en la UE la regla de oro de la absoluta disciplina presupuestaria. La Comisión ha presentado ideas que retocan las anunciadas a finales de año por Herman van Rompuy, presidente del Consejo Europeo. El Ejecutivo comunitario dice que, además del principio de la disciplina presupuestaria, hay que potenciar el crecimiento económico y la cohesión social de Europa. Y también reclama más atribuciones para sí, en particular la de enviar al Tribunal de Justicia de la UE al socio que no respete la disciplina presupuestaria.
En la venidera gobernanza económica de la Unión “la responsabilidad corresponde a los jefes de Estado y de Gobierno”, salta Sarkozy, dispuesto a no ceder un ápice. “Ni una sola nueva competencia va a pasar a ninguna autoridad supranacional”, agrega en referencia expresa a la Comisión, el BCE o el Tribunal de Justicia. Como pronostica Lagarde, 2012 requerirá muchos esfuerzos para responder a la crisis europea.