Mallkus dan 30 días al Gobierno para solucionar problemas en museo de Tiwanaku
La Paz, ERBOL
Los mallkus de Tiwanaku otorgaron este jueves un plazo de 30 días a las autoridades del Estado boliviano para dar solución a los problemas -goteras, humedad y filtraciones de agua- que presenta el Museo Lítico.
La determinación de los mallkus fue tomada luego que la Fiscalía de Distrito y autoridades del Ministerio de Culturas, además de los representantes de la empresa constructora del museo, realizaron una inspección de las salas que exponen las esculturas milenarias de piedra.
El mallku cantonal, Félix Yupanqui, en declaraciones a la Red Erbol, anunció que si las autoridades no solucionan los problemas de Tiwanaku en el plazo establecido, los pobladores de esta región asumirán medidas de presión en la ciudad de La Paz.
“Nosotros tenemos que pagar los platos rotos de otras autoridades que no cumplieron con la fiscalización respectiva cuando se edificaba el museo”, aseveró Yupanqui.
El fiscal Aldo Ortiz, durante la inspección, pidió una serie de explicaciones referidas a la infraestructura del museo y a la instalación museográfica. También estuvieron representante de la empresa constructora Rah Gómez, Raúl Gómez, el supervisor de la obra, Freddy Montero y el ex director de la Unidad Nacional de Arqueología (UNAR) del Ministerio de Culturas, Javier Escalante.
En cada una de las cuatro salas –sólo una de ellas abierta al público– se pudo comprobar la existencia de humedad y filtraciones de agua que provienen del suelo, el techo y algunas de las paredes del Museo Lítico, que en su tercera fase de construcción, iniciada en 2005, se invirtió cerca de medio de millón de dólares y aún no fue concluida.
Gómez justificó que su empresa recibió el diseño de la infraestructura de las autoridades de culturas, por lo que procedió a realizar la edificación. Además, argumentó que a través de recomendaciones continuas solicitó que se cumpla con la limpieza de las canaletas y el techo del museo, donde se acumula el agua proveniente de las lluvias.
Se conoció también que la museografía del repositorio y la instalación de las esculturas líticas no cumplen con las normas mínimas de seguridad porque se encuentran sólo sobre pedestales de cemento cubiertos con telas de colores y corren el riesgo de caer por la falta de estabilidad.
La colección lítica de Tiwanaku fue categorizada como de las más importantes de Suramérica por expertos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Intervención
Por su parte, la ministra de Culturas, Elizabeth Sakguero, no descartó una intervención al repositorio de parte del Estado, principalmente para preservar el patrimonio lítico de la civilización de Tiwanaku.
“Inicialmente debió cumplirse con un estudio de suelos antes de edificar la infraestructura. Es necesario que la Fiscalía determine si se procede con la intervención con el plan de preservar el patrimonio arqueológico”; sostuvo Salguero.
La autoridad anunció que se cuenta con un espacio para trasladar las piezas líticas y de esa manera evitar que sigan siendo afectadas por la humedad que proviene del suelo.
Los mallkus de Tiwanaku otorgaron este jueves un plazo de 30 días a las autoridades del Estado boliviano para dar solución a los problemas -goteras, humedad y filtraciones de agua- que presenta el Museo Lítico.
La determinación de los mallkus fue tomada luego que la Fiscalía de Distrito y autoridades del Ministerio de Culturas, además de los representantes de la empresa constructora del museo, realizaron una inspección de las salas que exponen las esculturas milenarias de piedra.
El mallku cantonal, Félix Yupanqui, en declaraciones a la Red Erbol, anunció que si las autoridades no solucionan los problemas de Tiwanaku en el plazo establecido, los pobladores de esta región asumirán medidas de presión en la ciudad de La Paz.
“Nosotros tenemos que pagar los platos rotos de otras autoridades que no cumplieron con la fiscalización respectiva cuando se edificaba el museo”, aseveró Yupanqui.
El fiscal Aldo Ortiz, durante la inspección, pidió una serie de explicaciones referidas a la infraestructura del museo y a la instalación museográfica. También estuvieron representante de la empresa constructora Rah Gómez, Raúl Gómez, el supervisor de la obra, Freddy Montero y el ex director de la Unidad Nacional de Arqueología (UNAR) del Ministerio de Culturas, Javier Escalante.
En cada una de las cuatro salas –sólo una de ellas abierta al público– se pudo comprobar la existencia de humedad y filtraciones de agua que provienen del suelo, el techo y algunas de las paredes del Museo Lítico, que en su tercera fase de construcción, iniciada en 2005, se invirtió cerca de medio de millón de dólares y aún no fue concluida.
Gómez justificó que su empresa recibió el diseño de la infraestructura de las autoridades de culturas, por lo que procedió a realizar la edificación. Además, argumentó que a través de recomendaciones continuas solicitó que se cumpla con la limpieza de las canaletas y el techo del museo, donde se acumula el agua proveniente de las lluvias.
Se conoció también que la museografía del repositorio y la instalación de las esculturas líticas no cumplen con las normas mínimas de seguridad porque se encuentran sólo sobre pedestales de cemento cubiertos con telas de colores y corren el riesgo de caer por la falta de estabilidad.
La colección lítica de Tiwanaku fue categorizada como de las más importantes de Suramérica por expertos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Intervención
Por su parte, la ministra de Culturas, Elizabeth Sakguero, no descartó una intervención al repositorio de parte del Estado, principalmente para preservar el patrimonio lítico de la civilización de Tiwanaku.
“Inicialmente debió cumplirse con un estudio de suelos antes de edificar la infraestructura. Es necesario que la Fiscalía determine si se procede con la intervención con el plan de preservar el patrimonio arqueológico”; sostuvo Salguero.
La autoridad anunció que se cuenta con un espacio para trasladar las piezas líticas y de esa manera evitar que sigan siendo afectadas por la humedad que proviene del suelo.