Las primarias que quisiera Obama
BBC Mundo
El proceso, sin duda, será observado de cerca por la Casa Blanca, donde el actual mandatario demócrata Barack Obama busca la reelección en medio de la desilusión generalizada por parte de muchos de los que lo aclamaron cuando llegó al poder en 2008. Y de una crisis económica que muchos creen enterrará sus aspiraciones de obtener otros cuatro años en la presidencia.
Sin embargo, incluso frente a ese panorama poco halagador para Obama, son muchos los que piensan que el resultado de las elecciones del próximo 4 de noviembre no estará determinado tanto por lo que los estadounidenses piensen del presidente, sino por la clase de alternativa que presenten los republicanos. Y eso podría salvarlo.
El editor para Norteamérica de la BBC, Mark Mardell, apunta que "buena parte de la suerte del presidente depende de cuál sea el candidato que los republicanos escojan para disputar la presidencia de Estados Unidos". Se sabrá más sobre este tema luego del caucus (asamblea partidista) de Iowa este martes.
Mamíferos y reptiles
Hay quienes piensan que Obama puede beneficiarse del radicalismo ideológico que se le atribuye a varios de sus potenciales contrincantes en el partido republicano.
"Cuando le pregunté a un veterano dirigente republicano sobre quién podría derrotar a Obama, me respondió tranquilamente: 'Cualquier mamífero'. El problema, agregó el político, es que todos los posibles contendores son reptiles", relata nuestro corresponsal.
En el abanico de los aspirantes a la nominación republicana, el exgobernador de Massachussetts Mitt Romney y el exmandatario de Utah Jon Huntsman son frecuentemente señalados como centristas y moderados.
Los demás aspirantes están más a la derecha del espectro ideológico.
"Los sentimientos de los activistas republicanos, especialmente los del Tea Party, han llevado al partido más en esa dirección", apunta Mardell.
Para el editor de Norteamérica de la BBC, luego de su tropiezo electoral en 2008 contra Obama, los republicanos han seguido un patrón común en partidos derrotados. "Al perder simpatizantes en el centro del espectro, el núcleo duro que se mantuvo fiel estaba furioso con sus líderes. Decidieron que el problema era una falta de pureza ideológica".
Y el prolongado proceso de las elecciones primarias sirve para exacerbar esta tendencia, agrega Mardell. "El método estándar para atacar a un rival es señalar cualquier característica que podría hacerlo parecer centrista", señala.
El resultado es un ambiente político polarizado en el que, por ejemplo, Newt Gingrich, expresidente de la Cámara de Representantes y actual aspirante a la candidatura republicana, es criticado en comerciales de televisión por atreverse a decir que el cambio climático es un problema, indica Mardell.
¿El río revuelto para Obama?
Es en este ambiente donde algunos observadores piensan que Obama podría beneficiarse de un clima político en el que el candidato republicano resultante del proceso de las primarias esté tan a la derecha del espectro político que asuste a muchos de los moderados e indecisos que integran una buena parte del electorado estadounidense.
Y que esa circunstancia termine entregándole en bandeja de plata la reelección pese a los múltiples problemas y desilusiones que han caracterizado el mandato del actual presidente.
Según las últimas encuestas, tres candidatos encabezan las preferencias en Iowa.
Mitt Romney, Ron Paul y Rick Santorum son los que aparecen en la delantera. Sin embargo, muchos de los 120.000 ciudadanos de Iowa que se espera participen en las asambleas partidistas del estado están aún indecisos.
Una ventaja contundente para Romney, el más moderado de los tres candidatos, podría retornar a los republicanos a un camino centrista que, en opinión de algunos, haría más fácil al partido presentarse como alternativa frente a Obama.
Por el contrario, una ventaja para Ron Paul, quien se identifica como uno de los "puristas", podría hacer que las posiciones del partido republicano se hagan más radicales de cara a las elecciones presidenciales. La gran pregunta es si eso llevaría a una "inyección de energía" y una movilización de los sectores más activistas del partido, o simplemente espantaría a muchos indecisos hacia el toldo demócrata.
Una desilusión
En cualquier circunstancia, hay una distancia entre el Obama de 2008 que se presentaba como una alternativa revolucionaria en la política estadounidense, y el de 2012, que para muchos es simplemente el mal menor frente a los republicanos.
"Uno de los atractivos principales de Obama era su papel de sanador, de puente, como lo describió una biografía. Él pregonaba un futuro en el que los estadounidenses trabajarían juntos, dejando atrás las divisiones partidistas. Pero en vez de eso, la amargura, la desconfianza y el atasco han empeorado"
Mark Mardell, editor de América del Norte de la BBC
Como indica Mardell, los partidarios de Obama señalarán que ningún mortal podría haber satisfecho las expectativas que se le encomendaron, especialmente cuando le tocó lidiar con las complejas situaciones que encaraba el país. Dicen que Obama salvó al país de la ruina y, al mismo tiempo, aceptan que a nadie se le reconoce el mérito por prevenir un desastre.
"Pero también es cierto que muchos de los que lo apoyaron seriamente -y continuarán apoyándolo- piensan que no ha sido suficientemente audaz y no ha enfrentado a quienes siempre iban a ser sus opositores acérrimos", asegura el editor de la BBC para América del Norte.
"Uno de los atractivos principales de Obama era su papel de sanador, de puente, como lo describió una biografía. Él pregonaba un futuro en el que los estadounidenses trabajarían juntos, dejando atrás las divisiones partidistas. Pero en vez de eso, la amargura, la desconfianza y el atasco han empeorado", asegura Mardell.
Y en ese sentido, concluye nuestro editor, si bien es cierto que Obama puede surgir como la alternativa electoral más moderada y centrista frente a la polarización de sus contrincantes republicanos, la desilusión acumulada en sus años de gobierno hace que el resultado final dependa de quién resulte nominado como su opositor, del también incierto rumbo de la economía, y de las decisiones puntuales que se tomen a lo largo de esta campaña que apenas comienza.