Irán redobla su desafío a Occidente
El régimen islámico anuncia el lanzamiento de un misil que escapa a los radares y el uso de uranio enriquecido propio para su programa atómico
Teherán, El País
Una de cal y otra de arena. Tras haber declarado su disposición a reanudar las (hasta ahora inútiles) conversaciones nucleares con las grandes potencias, Irán les lanzó hoy un órdago al anunciar sucesivamente el disparo de un misil de alcance medio y que ha probado las primeras barras de combustible nuclear de fabricación nacional. Además, sus generales prevén el lunes unos ejercicios navales para bloquear el estrecho de Ormuz. El nuevo desafío iraní se produce en un momento en que EEUU y la UE están aumentando las sanciones económicas contra el régimen islámico.
Los gobernantes iraníes están jugando con fuego en lo que algunos observadores regionales interpretan como una huida hacia adelante para tapar las tensiones internas que afrontan desde la controvertida reelección del presidente Mahmud Ahmadineyad en junio de 2009. Aunque Irán suele exagerar sus avances en materia nuclear para ganar peso en su pulso con Occidente, el anuncio de que ha logrado fabricar barras de combustible atómico es una clara provocación, ya que el enriquecimiento de uranio es el eje del conflicto que mantiene con la comunidad internacional sobre el objetivo último de su programa nuclear.
Teherán, El País
Una de cal y otra de arena. Tras haber declarado su disposición a reanudar las (hasta ahora inútiles) conversaciones nucleares con las grandes potencias, Irán les lanzó hoy un órdago al anunciar sucesivamente el disparo de un misil de alcance medio y que ha probado las primeras barras de combustible nuclear de fabricación nacional. Además, sus generales prevén el lunes unos ejercicios navales para bloquear el estrecho de Ormuz. El nuevo desafío iraní se produce en un momento en que EEUU y la UE están aumentando las sanciones económicas contra el régimen islámico.
Los gobernantes iraníes están jugando con fuego en lo que algunos observadores regionales interpretan como una huida hacia adelante para tapar las tensiones internas que afrontan desde la controvertida reelección del presidente Mahmud Ahmadineyad en junio de 2009. Aunque Irán suele exagerar sus avances en materia nuclear para ganar peso en su pulso con Occidente, el anuncio de que ha logrado fabricar barras de combustible atómico es una clara provocación, ya que el enriquecimiento de uranio es el eje del conflicto que mantiene con la comunidad internacional sobre el objetivo último de su programa nuclear.
Según la página web de la Organización de la Energía Atómica de Irán (OIEA), los científicos iraníes han introducido esas barras en el reactor de investigación de Teherán. De ser cierto, eso significaría que ha logrado encapsular el uranio enriquecido al 20%, una técnica que realizan pocos países. Irán pasó de enriquecer al 3,5% (el nivel necesario para el combustible de las centrales nucleares) a hacerlo al 20% en febrero de 2010, después de rechazar una propuesta internacional para que Rusia y Francia transformaran el uranio poco enriquecido que estaba produciendo en las citadas barras. Esa actitud alentó la sospecha de que su intención es dominar el proceso hasta alcanzar el 90% de enriquecimiento que requiere una bomba.
El último informe del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) aseguraba el pasado noviembre que Teherán daba la impresión de "haber trabajado en el diseño de un arma nuclear". Los inspectores de esa agencia de la ONU mostraban también su temor de que continuara las investigaciones secretas con esa finalidad.
La República Islámica, que rechaza esas acusaciones y asegura que necesita la energía atómica para generar electricidad, se ha negado hasta ahora a renunciar al enriquecimiento aduciendo que Occidente podría bloquear su acceso al combustible nuclear y que el Tratado de No Proliferación le da ese derecho. Sin embargo, el pasado sábado, sus responsables volvieron a declararse dispuestos a resolver el litigio a través de las conversaciones con los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (EEUU, Rusia, China, Reino Unido y Francia) más Alemania, en vía muerta desde la última reunión en Estambul el año pasado.
No ayuda a convencer de su sinceridad el empeño iraní por exhibir músculo militar. Poco antes de conocerse su último avance atómico, las Fuerzas Armadas emitieron un comunicado en el que daban cuenta del disparo de un misil tierra-aire de alcance intermedio y capaz de evadir el radar.
"El misil que está equipado con las última y más sofisticada tecnología anti radar ha sido probado con éxito", declaró el almirante Mahmud Musaví, vice jefe de la Marina iraní, citado por la agencia oficial Irna. Musaví subrayó que el proyectil había sido "diseñado y fabricado" en Irán. También aseguró que se trataba del primer ensayo con ese tipo de misil.
La televisión estatal difundió imágenes del supuesto lanzamiento en las cercanías del estrecho de Ormuz, donde las fuerzas navales iraníes realizan maniobras desde el pasado 24 de diciembre. Esos ejercicios han elevado la tensión a raíz de que el vicepresidente iraní Mohamed Reza Rahimí amenazara con cerrar esa vía marítima por la que transita un 40% del petróleo mundial.
Rahimí respondía así a la posibilidad de que la UE se sume a la prohibición estadounidense de importar petróleo iraní. La V Flota de EEUU, con base en Bahréin, le advirtió que no va a tolerar ninguna disrupción del tráfico marítimo. A pesar de lo cual, los iraníes van a terminar sus maniobras el lunes con un ejercicio destinado a mostrar la capacidad de sus fuerzas navales para cerrar ese estrecho estratégico, según anunció el almirante Musaví.
Sin embargo, Irán ha retrasado una anunciada prueba de misiles de largo alcance "hasta que estén listos". El vector de mayor alcance que se le conoce es el Sajjil 2, una versión modificada del Shahab 3 que llegaría hasta los 2.400 kilómetros, una distancia que todos los comunicados se encargan de recordar le permitiría alcanzar Israel, la bestia negra de los dirigentes iraníes.
Bajo el carácter desafiante de sus declaraciones, se intuye sin embargo que las sanciones económicas y financieras que EEUU ha intensificado desde 2005 empiezan a hacer mella. Ahmadineyad ha afirmado que el Banco Central de Irán va a reaccionar con energía a las últimas medidas estadounidenses, pero en la calle el rial se desplomó hoy hasta cambiarse a 16.000 por dólar frente a los 11.000 de la tasa oficial.
El último informe del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) aseguraba el pasado noviembre que Teherán daba la impresión de "haber trabajado en el diseño de un arma nuclear". Los inspectores de esa agencia de la ONU mostraban también su temor de que continuara las investigaciones secretas con esa finalidad.
La República Islámica, que rechaza esas acusaciones y asegura que necesita la energía atómica para generar electricidad, se ha negado hasta ahora a renunciar al enriquecimiento aduciendo que Occidente podría bloquear su acceso al combustible nuclear y que el Tratado de No Proliferación le da ese derecho. Sin embargo, el pasado sábado, sus responsables volvieron a declararse dispuestos a resolver el litigio a través de las conversaciones con los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (EEUU, Rusia, China, Reino Unido y Francia) más Alemania, en vía muerta desde la última reunión en Estambul el año pasado.
No ayuda a convencer de su sinceridad el empeño iraní por exhibir músculo militar. Poco antes de conocerse su último avance atómico, las Fuerzas Armadas emitieron un comunicado en el que daban cuenta del disparo de un misil tierra-aire de alcance intermedio y capaz de evadir el radar.
"El misil que está equipado con las última y más sofisticada tecnología anti radar ha sido probado con éxito", declaró el almirante Mahmud Musaví, vice jefe de la Marina iraní, citado por la agencia oficial Irna. Musaví subrayó que el proyectil había sido "diseñado y fabricado" en Irán. También aseguró que se trataba del primer ensayo con ese tipo de misil.
La televisión estatal difundió imágenes del supuesto lanzamiento en las cercanías del estrecho de Ormuz, donde las fuerzas navales iraníes realizan maniobras desde el pasado 24 de diciembre. Esos ejercicios han elevado la tensión a raíz de que el vicepresidente iraní Mohamed Reza Rahimí amenazara con cerrar esa vía marítima por la que transita un 40% del petróleo mundial.
Rahimí respondía así a la posibilidad de que la UE se sume a la prohibición estadounidense de importar petróleo iraní. La V Flota de EEUU, con base en Bahréin, le advirtió que no va a tolerar ninguna disrupción del tráfico marítimo. A pesar de lo cual, los iraníes van a terminar sus maniobras el lunes con un ejercicio destinado a mostrar la capacidad de sus fuerzas navales para cerrar ese estrecho estratégico, según anunció el almirante Musaví.
Sin embargo, Irán ha retrasado una anunciada prueba de misiles de largo alcance "hasta que estén listos". El vector de mayor alcance que se le conoce es el Sajjil 2, una versión modificada del Shahab 3 que llegaría hasta los 2.400 kilómetros, una distancia que todos los comunicados se encargan de recordar le permitiría alcanzar Israel, la bestia negra de los dirigentes iraníes.
Bajo el carácter desafiante de sus declaraciones, se intuye sin embargo que las sanciones económicas y financieras que EEUU ha intensificado desde 2005 empiezan a hacer mella. Ahmadineyad ha afirmado que el Banco Central de Irán va a reaccionar con energía a las últimas medidas estadounidenses, pero en la calle el rial se desplomó hoy hasta cambiarse a 16.000 por dólar frente a los 11.000 de la tasa oficial.