El regreso de las dudas lleva al euro a tocar mínimos de 16 meses frente al dólar
La divisa europea pierde posiciones frente al resto de divisas de referencia como la libra o el yen
Madrid, El País
El reavivamiento de las dudas sobre la crisis fiscal del euro a la espera de que los líderes europeos avancen en la solución a la crisis ha llevado a mínimos a la moneda europea. A media sesión, el euro se ha intercambiado a 1,283 dólares, un nivel desconocido en los últimos 16 meses. Y bajando.
El origen de esta tendencia a la baja, que ha cogido fuerza con el arranque del año, está en las dudas que siguen presentes en los inversores una pronta salida a la crisis. Tras la mejora que trajeron consigo las medidas extraordinarias de liquidez a la banca puestas en marcha en diciembre por el BCE, ahora los inversores han retomado la presión contra la divisa y la deuda de los periféricos. Hasta fin de mes no está prevista la siguiente reunión entre los líderes europeos para poner en marcha las medidas de gobernanza económica avanzadas en la pasada cumbre europea del 9 de diciembre.
"Aunque es posible un rebote a corto plazo por posicionamientos, la presión al euro continúa y no podemos ser optimistas sobre su potencial de subida", ha comentado a Reuters Koji Fukaya, analista jefe de divisas de Credit Suisse en Tokio. Precisamente, la divisa única se intercambiaba por 99,21 yenes después de haber caído a un mínimo de los últimos 11 años de 98,71 el lunes. Frente al dólar, el euro estaba en 1,2927, no lejos de un mínimo de una semana de 1,2896. Una bajada por debajo de 1,2856 dólares llevaría al euro a niveles no vistos desde septiembre de 2010.
Entre las consecuencias directas que tiene la depreciación del euro, para España la más inmediata es que encarece la factura energética por el alto volumen de importaciones de petróleo que precisa. Por el lado contrario, abarata las exportaciones, aunque dado que aproximadamente el 52% de las ventas en el exterior se realizan a la eurozona, no afecta a buena parte de las mismas.
Dentro de la Unión Monetaria, la mayor beneficiada del descenso del euro motivado por la falta de soluciones a la crisis es Alemania, cuyo Gobierno ha sido precisamente el que ha marcado el paso al resto -a veces un paso demasiado lento, a tenor del castigo recibido desde los mercados- a la hora de tomar las decisiones esenciales para superar las turbulencias. La primera potencia europea tiene en las exportaciones a países de fuera de la eurozona uno de los puntales de su economía.
Madrid, El País
El reavivamiento de las dudas sobre la crisis fiscal del euro a la espera de que los líderes europeos avancen en la solución a la crisis ha llevado a mínimos a la moneda europea. A media sesión, el euro se ha intercambiado a 1,283 dólares, un nivel desconocido en los últimos 16 meses. Y bajando.
El origen de esta tendencia a la baja, que ha cogido fuerza con el arranque del año, está en las dudas que siguen presentes en los inversores una pronta salida a la crisis. Tras la mejora que trajeron consigo las medidas extraordinarias de liquidez a la banca puestas en marcha en diciembre por el BCE, ahora los inversores han retomado la presión contra la divisa y la deuda de los periféricos. Hasta fin de mes no está prevista la siguiente reunión entre los líderes europeos para poner en marcha las medidas de gobernanza económica avanzadas en la pasada cumbre europea del 9 de diciembre.
"Aunque es posible un rebote a corto plazo por posicionamientos, la presión al euro continúa y no podemos ser optimistas sobre su potencial de subida", ha comentado a Reuters Koji Fukaya, analista jefe de divisas de Credit Suisse en Tokio. Precisamente, la divisa única se intercambiaba por 99,21 yenes después de haber caído a un mínimo de los últimos 11 años de 98,71 el lunes. Frente al dólar, el euro estaba en 1,2927, no lejos de un mínimo de una semana de 1,2896. Una bajada por debajo de 1,2856 dólares llevaría al euro a niveles no vistos desde septiembre de 2010.
Entre las consecuencias directas que tiene la depreciación del euro, para España la más inmediata es que encarece la factura energética por el alto volumen de importaciones de petróleo que precisa. Por el lado contrario, abarata las exportaciones, aunque dado que aproximadamente el 52% de las ventas en el exterior se realizan a la eurozona, no afecta a buena parte de las mismas.
Dentro de la Unión Monetaria, la mayor beneficiada del descenso del euro motivado por la falta de soluciones a la crisis es Alemania, cuyo Gobierno ha sido precisamente el que ha marcado el paso al resto -a veces un paso demasiado lento, a tenor del castigo recibido desde los mercados- a la hora de tomar las decisiones esenciales para superar las turbulencias. La primera potencia europea tiene en las exportaciones a países de fuera de la eurozona uno de los puntales de su economía.