El plimel gol del año
Japón, AFP
Hiroki Nakayama quedará en la historia como el autor del primer gol de 2012. Pero... Ocurrió en Japón, en la final de la Copa del Emperador. Su equipo, Kyoto Sanga, ganaba 1-0 aunque el FC Tokyo se lo dio vuelta, lo venció 4-2 y se metió en la Champions asiática.
Lejos estará, y más por estos pagos, de tener el rutinario boom noticioso propio del 1 de enero de cualquier año, de cualquier país. No se tratará, entonces, de conocer qué criatura fue la primera en nacer, o quien pisó Mar del Plata con la pole y el pan dulce después de la hora 0. El cuento, menos trágico que la visita habitual al Santa Lucía para conocer la maléfica estadística de la pirotécnica, es mucho más sencillo. Se trata de hacer mención, ni más ni menos, que al primer gol oficial del 2012. Y claro, ¿por qué no?
Diferencia horaria mediante, ocurrió en Japón. Y no fue un partido más. Como sucede en cada comienzo de año, la final de la Copa del Emperador (que reúne equipos profesionales y amateur, a la Copa Argentina) se define el 1/1. Esta vez ocurrió en estadio Nacional de Tokyo, ante 41.974 espectadores. La situación no fue inédita pero sí particular. El honor de pegar el primer grito 2012 fue para Hiroki Nakayama, oriundo de Kagoshima, 26 años, y volante ofensivo del Kyoto Sanga. Cuando el reloj en la Argentina marcaba las 2.13 (12 horas más en Japón), metía el 1-0 parcial que, en definitiva, sería en vano. Inmediatamente llegaría la remontada del FC Tokyo, quien con goles de Konno, Morishige y un doblete del brasileño Lucas Severino, daría vuelta una historia que ni siquiera el descuento de Kubo pudo torcer. O sea, Nakayama, camiseta 15, festejó pero se quedó sin nada…
La final se dio entre dos equipos que jugaron en Segunda División durante 2011. FC Tokyo, además, se dio el gusto de ascender a la máxima categoría nippona. Con este triunfo, además, se clasificó a la Asian Champions League. Será parte del grupo F, junto con Ulsan Hyundai (Corea del Sur), Brisbane Roar (Australia) y Beijing Guoan (China). Pero esa será otra historia…
Hiroki Nakayama quedará en la historia como el autor del primer gol de 2012. Pero... Ocurrió en Japón, en la final de la Copa del Emperador. Su equipo, Kyoto Sanga, ganaba 1-0 aunque el FC Tokyo se lo dio vuelta, lo venció 4-2 y se metió en la Champions asiática.
Lejos estará, y más por estos pagos, de tener el rutinario boom noticioso propio del 1 de enero de cualquier año, de cualquier país. No se tratará, entonces, de conocer qué criatura fue la primera en nacer, o quien pisó Mar del Plata con la pole y el pan dulce después de la hora 0. El cuento, menos trágico que la visita habitual al Santa Lucía para conocer la maléfica estadística de la pirotécnica, es mucho más sencillo. Se trata de hacer mención, ni más ni menos, que al primer gol oficial del 2012. Y claro, ¿por qué no?
Diferencia horaria mediante, ocurrió en Japón. Y no fue un partido más. Como sucede en cada comienzo de año, la final de la Copa del Emperador (que reúne equipos profesionales y amateur, a la Copa Argentina) se define el 1/1. Esta vez ocurrió en estadio Nacional de Tokyo, ante 41.974 espectadores. La situación no fue inédita pero sí particular. El honor de pegar el primer grito 2012 fue para Hiroki Nakayama, oriundo de Kagoshima, 26 años, y volante ofensivo del Kyoto Sanga. Cuando el reloj en la Argentina marcaba las 2.13 (12 horas más en Japón), metía el 1-0 parcial que, en definitiva, sería en vano. Inmediatamente llegaría la remontada del FC Tokyo, quien con goles de Konno, Morishige y un doblete del brasileño Lucas Severino, daría vuelta una historia que ni siquiera el descuento de Kubo pudo torcer. O sea, Nakayama, camiseta 15, festejó pero se quedó sin nada…
La final se dio entre dos equipos que jugaron en Segunda División durante 2011. FC Tokyo, además, se dio el gusto de ascender a la máxima categoría nippona. Con este triunfo, además, se clasificó a la Asian Champions League. Será parte del grupo F, junto con Ulsan Hyundai (Corea del Sur), Brisbane Roar (Australia) y Beijing Guoan (China). Pero esa será otra historia…