WikiLeaks divulga los datos de empresas que se dedican al espionaje
Internet, CNN
WikiLeaks divulgó este jueves 287 documentos que nombró como “los documentos espía”, una serie de archivos que expone el alcance de la industria del espionaje en el mundo.
Los documentos —folletos, manuales, catálogos y otras publicaciones— ofrecen una visión del mundo clandestino de la tecnología de espionaje utilizada por los gobiernos y las empresas que los proveen.
Aunque parte de la información se publicó anteriormente en un artículo del Wall Street Journal sobre el crecimiento de los instrumentos de vigilancia en el mercado, la liberación de la información de este jueves junto con otras seis organizaciones muestra lo difícil que es para los ciudadanos del mundo proteger su privacidad.
En la presentación se mostró un video donde Hacking Team realiza una promoción de un “sistema oculto para atacar, infectar ordenadores y vigilar teléfonos inteligentes”.
Mientras tanto, el Washington Post, una de las organizaciones con las que WikiLeaks dijo que estaba trabajando para descubrir la vigilancia en el mercado, escribió detalles sobre un bazar de espionaje de alta tecnología. Fue llamado el Ball de Wiretappers, que se celebró en octubre en un hotel de Bethesda, en Maryland.
Al evento asistieron representantes de 43 países y varios organismos del gobierno de Estados Unidos, incluido el FBI, el Servicio Secreto, el IRS, incluso el Servicio de Pesca y Vida Silvestre, que se presentaron como clientes, según los informes.
Mientras que las técnicas de “interceptación legal” siguen en debate en Estados Unidos, muchas de estas y los medios más grandes de vigilancia están negociando a través de medios públicos, pero de forma controlada, de acuerdo con el diario.
“La gente está moralmente indignada por el comercio tradicional de armas, pero no se dan cuenta que la venta de software y equipos que permiten regímenes opresivos para vigilar los movimientos, las comunicaciones y la actividad en internet de toda la población, es más peligroso”, dijo Eric King, de Privacidad Internacional, un grupo de defensa de Gran Bretaña a favor de la vigilancia estatal limitada, dijo al Washington Post.
En octubre, WikiLeaks anunció que suspendería temporalmente las publicaciones por una “agresiva recaudación de fondos”.
Desde la publicación de una serie de cables confidenciales diplomáticos de Estados Unidos a finales del año pasado, el sitio ha sido paralizado por un bloqueo financiero aprobado por Bank of America, VISA, MasterCard, PayPal y Western Union.
Los últimos datos de WikiLeaks se producen días antes de que el fundador del sitio, Julian Assange, comparezca ante el Tribunal Supremo de Gran Bretaña. La audiencia sería la tercera etapa de la apelación del australiano de 40 años, en contra de la extradición para hacer frente a las acusaciones de violación, acoso sexual y coerción ilegal por dos mujeres que conoció en una visita a Estocolmo en agosto de 2010.
WikiLeaks divulgó este jueves 287 documentos que nombró como “los documentos espía”, una serie de archivos que expone el alcance de la industria del espionaje en el mundo.
Los documentos —folletos, manuales, catálogos y otras publicaciones— ofrecen una visión del mundo clandestino de la tecnología de espionaje utilizada por los gobiernos y las empresas que los proveen.
Aunque parte de la información se publicó anteriormente en un artículo del Wall Street Journal sobre el crecimiento de los instrumentos de vigilancia en el mercado, la liberación de la información de este jueves junto con otras seis organizaciones muestra lo difícil que es para los ciudadanos del mundo proteger su privacidad.
En la presentación se mostró un video donde Hacking Team realiza una promoción de un “sistema oculto para atacar, infectar ordenadores y vigilar teléfonos inteligentes”.
Mientras tanto, el Washington Post, una de las organizaciones con las que WikiLeaks dijo que estaba trabajando para descubrir la vigilancia en el mercado, escribió detalles sobre un bazar de espionaje de alta tecnología. Fue llamado el Ball de Wiretappers, que se celebró en octubre en un hotel de Bethesda, en Maryland.
Al evento asistieron representantes de 43 países y varios organismos del gobierno de Estados Unidos, incluido el FBI, el Servicio Secreto, el IRS, incluso el Servicio de Pesca y Vida Silvestre, que se presentaron como clientes, según los informes.
Mientras que las técnicas de “interceptación legal” siguen en debate en Estados Unidos, muchas de estas y los medios más grandes de vigilancia están negociando a través de medios públicos, pero de forma controlada, de acuerdo con el diario.
“La gente está moralmente indignada por el comercio tradicional de armas, pero no se dan cuenta que la venta de software y equipos que permiten regímenes opresivos para vigilar los movimientos, las comunicaciones y la actividad en internet de toda la población, es más peligroso”, dijo Eric King, de Privacidad Internacional, un grupo de defensa de Gran Bretaña a favor de la vigilancia estatal limitada, dijo al Washington Post.
En octubre, WikiLeaks anunció que suspendería temporalmente las publicaciones por una “agresiva recaudación de fondos”.
Desde la publicación de una serie de cables confidenciales diplomáticos de Estados Unidos a finales del año pasado, el sitio ha sido paralizado por un bloqueo financiero aprobado por Bank of America, VISA, MasterCard, PayPal y Western Union.
Los últimos datos de WikiLeaks se producen días antes de que el fundador del sitio, Julian Assange, comparezca ante el Tribunal Supremo de Gran Bretaña. La audiencia sería la tercera etapa de la apelación del australiano de 40 años, en contra de la extradición para hacer frente a las acusaciones de violación, acoso sexual y coerción ilegal por dos mujeres que conoció en una visita a Estocolmo en agosto de 2010.