Secretario de Defensa de EE.UU. llegó a Irak para la salida de las tropas
BAGDAD, AFP
El secretario norteamericano de Defensa, Leon Panetta, llegó este jueves a Irak para presenciar la ceremonia de retiro de las tropas estadounidenses tras más de ocho años de presencia en el país, comprobó la AFP.
El jefe del Pentágono aterrizó al mediodía y debe participar en una ceremonia cerca de Bagdad en la que se va a arriar la bandera estadounidense, acto que simbolizará el final de la misión de combate en Irak.
Esta ceremonia debe marcar el fin de un episodio histórico, agitado y sangriento, durante el cual Estados Unidos creyó que eliminando al dictador Sadam Husein, ganaría automáticamente la conciencia y los espíritus de los iraquíes.
Pero este guión fracasó rápidamente debido a sus errores - en particular el desmantelamiento del ejército y de los servicios secretos o la depuración sin piedad de los ex miembros del Baas, el ex partido del poder.
De esta manera dejaron el campo libre a una muy violenta insurrección y no pudieron impedir una sangrienta guerra confesional entre chiitas y sunitas.
El miércoles, el Presidente estadounidense Barack Obama saludó "un triunfo extraordinario, que llevó nueve años", y destacó "el duro trabajo y el sacrificio" que fueron necesarios.
Poco más de 4.000 militares estadounidenses permanecen aún en Irak y deberán haber abandonado el territorio antes de fin de año.
El secretario norteamericano de Defensa, Leon Panetta, llegó este jueves a Irak para presenciar la ceremonia de retiro de las tropas estadounidenses tras más de ocho años de presencia en el país, comprobó la AFP.
El jefe del Pentágono aterrizó al mediodía y debe participar en una ceremonia cerca de Bagdad en la que se va a arriar la bandera estadounidense, acto que simbolizará el final de la misión de combate en Irak.
Esta ceremonia debe marcar el fin de un episodio histórico, agitado y sangriento, durante el cual Estados Unidos creyó que eliminando al dictador Sadam Husein, ganaría automáticamente la conciencia y los espíritus de los iraquíes.
Pero este guión fracasó rápidamente debido a sus errores - en particular el desmantelamiento del ejército y de los servicios secretos o la depuración sin piedad de los ex miembros del Baas, el ex partido del poder.
De esta manera dejaron el campo libre a una muy violenta insurrección y no pudieron impedir una sangrienta guerra confesional entre chiitas y sunitas.
El miércoles, el Presidente estadounidense Barack Obama saludó "un triunfo extraordinario, que llevó nueve años", y destacó "el duro trabajo y el sacrificio" que fueron necesarios.
Poco más de 4.000 militares estadounidenses permanecen aún en Irak y deberán haber abandonado el territorio antes de fin de año.