Putin se expone a un golpe en las legislativas
Moscú, EP
El partido de Gobierno, Rusia Unida, cederá parte de su inmensa mayoría parlamentaria en las elecciones legislativas de este próximo domingo, percibidas como un ensayo de cara a los comicios presidenciales del año que viene, en los que el primer ministro y líder del partido, Vladimir Putin, recogerá casi con toda probabilidad el testigo de la presidencia de manos de Dimitri Medvedev, con quien intercambiará el cargo.
Las últimas encuestas independientes estiman que Rusia Unida obtendrá entre 252 y 253 escaños en la Duma (la cámara baja del Parlamento), compuesta por un total de 450 asientos, frente a los 315 escaños que ostenta ahora.
La consecuencia más importante es que el partido pierde la mayoría de dos tercios que le facilita inmensamente la aprobación de reformas constitucionales. En realidad, el centro de poder reside en el Ejecutivo, así que cualquier retroceso en la Duma simplemente limitará el margen de maniobra del Gobierno cuando quiera emprender reformas de envergadura.
El propio Putin también se expone a un relativo varapalo. Si bien su popularidad se encuentra en el punto más bajo en años, sigue siendo el político mejor valorado del país. Se desconoce todavía cómo reaccionará el pueblo ruso a largo plazo si se cumplen todos sus planes y, como pronostican los expertos, consolida su poder en Rusia durante la siguiente década, ya que si resulta elegido presidente, podría ostentar el cargo hasta 2024.
"No está perdiendo poder, pero sabe que está perdiendo a la gente", declaró una fuente cercana a Putin quien, con el nombramiento de Medvedev como jefe de Estado en 2008, ha conseguido dar un rodeo al obstáculo constitucional que le impide cumplir tres mandatos consecutivos como presidente del país.
El descenso de popularidad de Putin se debe al hecho de que muchos rusos creen que su tiempo ha pasado y que ignora deliberadamente las posibilidades de crecimiento de Rusia para mantenerse en el poder. "La gente apreció beneficios cuando Putin asumió el cargo. Pero ahora ven que el aislamiento de Rusia va en aumento, que el país no se levanta y cree que están siendo engañados", explicó el analista político Dimitri Oreshkin.
El analista está convencido de que "Rusia Unida ganará estos comicios" pero advierte de que "a largo o medio plazo la decepción seguirá aumentando y podría derrumbar la legitimidad de los comicios a no ser que se hagan cambios".
VENCEDORES
Quizás el otro gran triunfador de los comicios sería el Partido Comunista (PCR) que dirige Gennady Zyuganov, quien aspira a convertirse en la segunda fuerza más votada del país, 20 años después de la disolución de la Unión Soviética.
Sin embargo, los políticos independientes como el ex primer ministro Mijail Kasyanov --a quien se ha prohibido su participación en los comicios-- creen que el resto de partidos siguen, en realidad, el dictado de Putin.
Estos independientes consideran al PCR como una marioneta del Kremlin, que le presenta como una formación radical y exhaltada para asustar a los votantes críticos con Rusia Unida e impedir que voten por otro partido que no sea el del primer ministro.
Un viejo conocido de la política rusa, el ultranacionalista Vladimir Zhirinovski, también se habría rendido a esta táctica. Su formación, el Partido Liberal Democrático de Rusia, estaría rendido a los pies del Kremlin, quien se limitaría a utilizarlo para absorber a los votantes nacionalistas. El propio Zhirinovski ha tenido que desmentir en público los rumores de que el partido fue creado a instancia de los servicios de seguridad del KGB.
MIEDO AL FRAUDE
Putin todavía cuenta con un gran número de simpatizantes que valoran su labor para restablecer el orden en el país tras la caótica salida del poder de Boris Yelstin en 2000, así como por abanderar el crecimiento económico registrado en el país durante la década siguiente, gracias al petróleo y al gas.
"Me gustan las autoridades actuales. Lo están haciendo bien. Me gusta Putin, es un tipo normal y no se mete en mi trabajo", afirmó Vladimir, un dentista de 37 años de edad.
Sin embargo, los expertos apuntan a que la confianza de los inversores nacionales en el país sigue siendo baja. Este año, sin ir más lejos, se estiman fugas de capital en torno a los 80.000 millones de euros, y la inflación se mantiene en torno al 7 por ciento.
Por otro lado, los ingresos han aumentado más del doble desde la llegada de Putin al cargo. Sin embargo, este año han descendido por primera vez desde la crisis financiera de 2008. El salario medio apenas alcanza los 700 euros.
Por otro lado, muchos rusos se han declarado desintersados en los comicios y en la política porque se temen cierto grado de fraude en un país donde la democracia todavía se encuentra en una posición muy precaria tras 70 años de comunismo.
"Creo que es muy ingenuo pensar que mi voto va a contar. Todo está arreglado", declaró Rima, una contable de 32 años residente en Tula.
Los partidos de oposición han sido capaces de tomar parte en debates televisados, pero se han quejado de que ni Putin ni Medvedev han aceptado compartir el foro con ellos.
Los colegios electorales abren a las 21.00 --hora española-- del sábado en la zona horaria más oriental del país. Terminarán en Kaliningrado, en la frontera oeste de Rusia, a las 2.00 de la madrugada del domingo.
El partido de Gobierno, Rusia Unida, cederá parte de su inmensa mayoría parlamentaria en las elecciones legislativas de este próximo domingo, percibidas como un ensayo de cara a los comicios presidenciales del año que viene, en los que el primer ministro y líder del partido, Vladimir Putin, recogerá casi con toda probabilidad el testigo de la presidencia de manos de Dimitri Medvedev, con quien intercambiará el cargo.
Las últimas encuestas independientes estiman que Rusia Unida obtendrá entre 252 y 253 escaños en la Duma (la cámara baja del Parlamento), compuesta por un total de 450 asientos, frente a los 315 escaños que ostenta ahora.
La consecuencia más importante es que el partido pierde la mayoría de dos tercios que le facilita inmensamente la aprobación de reformas constitucionales. En realidad, el centro de poder reside en el Ejecutivo, así que cualquier retroceso en la Duma simplemente limitará el margen de maniobra del Gobierno cuando quiera emprender reformas de envergadura.
El propio Putin también se expone a un relativo varapalo. Si bien su popularidad se encuentra en el punto más bajo en años, sigue siendo el político mejor valorado del país. Se desconoce todavía cómo reaccionará el pueblo ruso a largo plazo si se cumplen todos sus planes y, como pronostican los expertos, consolida su poder en Rusia durante la siguiente década, ya que si resulta elegido presidente, podría ostentar el cargo hasta 2024.
"No está perdiendo poder, pero sabe que está perdiendo a la gente", declaró una fuente cercana a Putin quien, con el nombramiento de Medvedev como jefe de Estado en 2008, ha conseguido dar un rodeo al obstáculo constitucional que le impide cumplir tres mandatos consecutivos como presidente del país.
El descenso de popularidad de Putin se debe al hecho de que muchos rusos creen que su tiempo ha pasado y que ignora deliberadamente las posibilidades de crecimiento de Rusia para mantenerse en el poder. "La gente apreció beneficios cuando Putin asumió el cargo. Pero ahora ven que el aislamiento de Rusia va en aumento, que el país no se levanta y cree que están siendo engañados", explicó el analista político Dimitri Oreshkin.
El analista está convencido de que "Rusia Unida ganará estos comicios" pero advierte de que "a largo o medio plazo la decepción seguirá aumentando y podría derrumbar la legitimidad de los comicios a no ser que se hagan cambios".
VENCEDORES
Quizás el otro gran triunfador de los comicios sería el Partido Comunista (PCR) que dirige Gennady Zyuganov, quien aspira a convertirse en la segunda fuerza más votada del país, 20 años después de la disolución de la Unión Soviética.
Sin embargo, los políticos independientes como el ex primer ministro Mijail Kasyanov --a quien se ha prohibido su participación en los comicios-- creen que el resto de partidos siguen, en realidad, el dictado de Putin.
Estos independientes consideran al PCR como una marioneta del Kremlin, que le presenta como una formación radical y exhaltada para asustar a los votantes críticos con Rusia Unida e impedir que voten por otro partido que no sea el del primer ministro.
Un viejo conocido de la política rusa, el ultranacionalista Vladimir Zhirinovski, también se habría rendido a esta táctica. Su formación, el Partido Liberal Democrático de Rusia, estaría rendido a los pies del Kremlin, quien se limitaría a utilizarlo para absorber a los votantes nacionalistas. El propio Zhirinovski ha tenido que desmentir en público los rumores de que el partido fue creado a instancia de los servicios de seguridad del KGB.
MIEDO AL FRAUDE
Putin todavía cuenta con un gran número de simpatizantes que valoran su labor para restablecer el orden en el país tras la caótica salida del poder de Boris Yelstin en 2000, así como por abanderar el crecimiento económico registrado en el país durante la década siguiente, gracias al petróleo y al gas.
"Me gustan las autoridades actuales. Lo están haciendo bien. Me gusta Putin, es un tipo normal y no se mete en mi trabajo", afirmó Vladimir, un dentista de 37 años de edad.
Sin embargo, los expertos apuntan a que la confianza de los inversores nacionales en el país sigue siendo baja. Este año, sin ir más lejos, se estiman fugas de capital en torno a los 80.000 millones de euros, y la inflación se mantiene en torno al 7 por ciento.
Por otro lado, los ingresos han aumentado más del doble desde la llegada de Putin al cargo. Sin embargo, este año han descendido por primera vez desde la crisis financiera de 2008. El salario medio apenas alcanza los 700 euros.
Por otro lado, muchos rusos se han declarado desintersados en los comicios y en la política porque se temen cierto grado de fraude en un país donde la democracia todavía se encuentra en una posición muy precaria tras 70 años de comunismo.
"Creo que es muy ingenuo pensar que mi voto va a contar. Todo está arreglado", declaró Rima, una contable de 32 años residente en Tula.
Los partidos de oposición han sido capaces de tomar parte en debates televisados, pero se han quejado de que ni Putin ni Medvedev han aceptado compartir el foro con ellos.
Los colegios electorales abren a las 21.00 --hora española-- del sábado en la zona horaria más oriental del país. Terminarán en Kaliningrado, en la frontera oeste de Rusia, a las 2.00 de la madrugada del domingo.