Ouattara espera una victoria aplastante en los comicios de Costa de Marfil
Madrid, EP
La coalición de gobierno del presidente de Costa de Marfil, Alassane Ouattara, podría hacerse con una victoria aplastante en las elecciones legislativas que se celebran mañana domingo, las primeras de esta índole en el país africano desde el año 2000 y un nuevo paso en la consolidación democrática tras una década de conflicto armado y político.
También es casi seguro que el partido del depuesto presidente Laurent Gbagbo, el Frente Popular Marfileño (FPI), anunciará su boicot de los comicios, presumiblemente para ahorrarse un resultado humillante. Al menos tres de los ocho grupos de oposición pro Gbagbo no respaldarán el sabotaje electoral del FPI, lo que pone de manifiesto las disensiones en lo que antes era un frente unido a favor del ex dirigente, que ahora comparece como imputado ante el Tribunal Penal Internacional por crímenes contra la Humanidad.
Las elecciones parlamentarias, en las que se repartirán 255 escaños, suponen una prueba de fuego para un país que aún trata de recuperarse de meses de guerra civil desatados precisamente a raíz de otros comicios. Hace un año, la decisión de Gbagbo de no admitir su derrota en las presidenciales desencadenó combates entre sus leales y los seguidores del candidato vencedor y ahora presidente Ouattara, cuyas milicias están acusadas también de cometer atrocidades en un conflicto que se cobró las vidas de más de 3.000 personas y dejó un millón de desplazados.
Los inversores también aguardan expectantes el resultado de los comicios que tienen lugar en el principal productor de cacao del mundo, que el pasado mes de febrero se declaró en situación de impago sobre su eurobono al año 2032, precisamente por culpa del conflicto armado del año pasado. Un triunfo de Ouattara podría ratificar el compromiso del actual Gobierno para reanudar los pagos el año próximo.
UN DESAFÍO DE ESTABILIDAD
A falta de encuestas preliminares, se ha recurrido al sistema de extrapolación de los resultados de las pasadas presidenciales, cuando Ouattara se alzó con la victoria en la segunda vuelta de los comicios. Teniendo en cuenta que Gbagbo solo pudo conseguir un 38 por ciento de los votos, la opción minoritaria fue la del candidato del Partido Democrático de Costa de Marfilm, Henri Konan Bedi, que solo consiguió un 25 por ciento. Con Gbagbo fuera, la victoria de Ouattara se da prácticamente por garantizada.
Los observadores, no obstante, temen una baja participación e incidentes violentos ocasionales en el día de los comicios. Hasta el momento, el suceso más grave durante la campaña tuvo lugar el pasado miércoles, cuando fallecieron tres personas y tres más resultaron heridas debido a la explosión de un cohete lanzado contra un acto de campaña en la localidad de Grand-Lahou, en el suroeste del país, según ha informado este jueves el ministro de Defensa marfileño, Paul Koffi Koffi.
El cohete explosionó en un patio cerca de donde se habían concentrado los seguidores de uno de los candidatos a las elecciones legislativas.
En la explosión fallecieron tres menores, dos niños y una niña, según fuentes oficiales locales. "Podría ser un accidente o un acto de intimidación. La investigación está en marcha y los responsables aún no han sido localizados", indicó la fuente, en declaraciones bajo condición de anonimato.
El jefe de operaciones de la misión de Naciones Unidas en Costa de Marfil (ONUCI, por sus siglas en francés), Bert Koenders, ha instado a las fuerzas de seguridad que garanticen la "máxima protección" a los votantes "en cualquier región en la que depositen su papeleta", según declaró a la cadena británica BBC.
Por su parte, la enviada especial de Naciones Unidas sobre violencia sexual en conflictos, Margot Wallstrom, se ha declarado preocupada por la posibilidad de que vuelvan a repetirse ahora los casos de violaciones a mujeres que se dieron durante los pasados comicios presidenciales.
Un año después, estas elecciones legislativas suponen para el presidente Ouattara la oportunidad de cumplir su promesa de reconciliación entre norte y sur, revivir la que en su día fue la economía más vibrante del oeste de África, y completar "el proceso que ha iniciado para cerrar una década de violencia armada para demostrar que nunca jamás se volverá a repetir", declaró a Reuters el analista político marfileño Maurice Faye.
GBAGBO, ANTE EL TPI
Las heridas del conflicto se cierran también fuera de las fronteras del país. Esta semana, la sala de instrucción número tres del Tribunal Penal Internacional (TPI) confirmó este lunes los cuatro cargos de crímenes contra la Humanidad que pesan contra Laurent Gbagbo y anunció, durante la primera comparecencia del expresidente marfileño, que el juicio propiamente dicho comenzará el 18 de junio de 2012.
Durante la primera vista del exmandatario, en presencia de los fiscales y de la defensa --representada por el abogado Emmanuel Altit--, la sala confirmó la identidad de Gbagbo y comprobó que éste ha sido claramente informado de los cargos y de sus derechos en virtud del Estatuto de Roma, la norma que rige el TPI.
La confirmación de los cargos tiene como objetivo determinar si hay suficientes evidencias para suponer que el procesado cometió los crímenes de que se le acusa. En tal caso, la sala de instrucción remitirá el caso a la sala de audiencias, en la que se llevará a cargo el juicio.
La sala de instrucción número tres cree que hay "motivos razonables" para creer que Gbagbo tiene "responsabilidad criminal individual, como coautor indirecto", en cuatro cartos de crímenes contra la Humanidad, concretamente por homicidio, violación y otros delitos sexuales, persecución y otros actos inhumanos que habrían sido perpetrados en el contexto de la violencia postelectoral que sufrió Costa de Marfil entre el 16 de diciembre de 2010 y el 12 de abril de 2011.
LA VIOLENCIA
Más concretamente, la sala ha concluido que hay "motivos razonables" para creer que desde el 28 de noviembre de 2010, día de las elecciones presidenciales, "las fuerzas de Gbagbo atacaron a la población civil en Abiyán (segunda ciudad y capital de hecho de Costa de Marfil) y en el oeste del país". El objetivo de las fuerzas del expresidente eran "los civiles a los que consideraban partidarios del candidato de la oposición", el actual presidente Alassane Ouattara.
La misma sala de instrucción ha concluido que hay "motivos razonables" para creer que Laurent Gbagbo y su entorno inmediato "habían acordado un plan y eran conscientes de que la puesta en marcha de este plan conduciría a la perpetración de los crímenes denunciados". Los acusados "habrían ejercido un control conjunto sobre los crímenes" que se cometían "y aportado una contribición coordinada y esencial para la realización del plan".
La coalición de gobierno del presidente de Costa de Marfil, Alassane Ouattara, podría hacerse con una victoria aplastante en las elecciones legislativas que se celebran mañana domingo, las primeras de esta índole en el país africano desde el año 2000 y un nuevo paso en la consolidación democrática tras una década de conflicto armado y político.
También es casi seguro que el partido del depuesto presidente Laurent Gbagbo, el Frente Popular Marfileño (FPI), anunciará su boicot de los comicios, presumiblemente para ahorrarse un resultado humillante. Al menos tres de los ocho grupos de oposición pro Gbagbo no respaldarán el sabotaje electoral del FPI, lo que pone de manifiesto las disensiones en lo que antes era un frente unido a favor del ex dirigente, que ahora comparece como imputado ante el Tribunal Penal Internacional por crímenes contra la Humanidad.
Las elecciones parlamentarias, en las que se repartirán 255 escaños, suponen una prueba de fuego para un país que aún trata de recuperarse de meses de guerra civil desatados precisamente a raíz de otros comicios. Hace un año, la decisión de Gbagbo de no admitir su derrota en las presidenciales desencadenó combates entre sus leales y los seguidores del candidato vencedor y ahora presidente Ouattara, cuyas milicias están acusadas también de cometer atrocidades en un conflicto que se cobró las vidas de más de 3.000 personas y dejó un millón de desplazados.
Los inversores también aguardan expectantes el resultado de los comicios que tienen lugar en el principal productor de cacao del mundo, que el pasado mes de febrero se declaró en situación de impago sobre su eurobono al año 2032, precisamente por culpa del conflicto armado del año pasado. Un triunfo de Ouattara podría ratificar el compromiso del actual Gobierno para reanudar los pagos el año próximo.
UN DESAFÍO DE ESTABILIDAD
A falta de encuestas preliminares, se ha recurrido al sistema de extrapolación de los resultados de las pasadas presidenciales, cuando Ouattara se alzó con la victoria en la segunda vuelta de los comicios. Teniendo en cuenta que Gbagbo solo pudo conseguir un 38 por ciento de los votos, la opción minoritaria fue la del candidato del Partido Democrático de Costa de Marfilm, Henri Konan Bedi, que solo consiguió un 25 por ciento. Con Gbagbo fuera, la victoria de Ouattara se da prácticamente por garantizada.
Los observadores, no obstante, temen una baja participación e incidentes violentos ocasionales en el día de los comicios. Hasta el momento, el suceso más grave durante la campaña tuvo lugar el pasado miércoles, cuando fallecieron tres personas y tres más resultaron heridas debido a la explosión de un cohete lanzado contra un acto de campaña en la localidad de Grand-Lahou, en el suroeste del país, según ha informado este jueves el ministro de Defensa marfileño, Paul Koffi Koffi.
El cohete explosionó en un patio cerca de donde se habían concentrado los seguidores de uno de los candidatos a las elecciones legislativas.
En la explosión fallecieron tres menores, dos niños y una niña, según fuentes oficiales locales. "Podría ser un accidente o un acto de intimidación. La investigación está en marcha y los responsables aún no han sido localizados", indicó la fuente, en declaraciones bajo condición de anonimato.
El jefe de operaciones de la misión de Naciones Unidas en Costa de Marfil (ONUCI, por sus siglas en francés), Bert Koenders, ha instado a las fuerzas de seguridad que garanticen la "máxima protección" a los votantes "en cualquier región en la que depositen su papeleta", según declaró a la cadena británica BBC.
Por su parte, la enviada especial de Naciones Unidas sobre violencia sexual en conflictos, Margot Wallstrom, se ha declarado preocupada por la posibilidad de que vuelvan a repetirse ahora los casos de violaciones a mujeres que se dieron durante los pasados comicios presidenciales.
Un año después, estas elecciones legislativas suponen para el presidente Ouattara la oportunidad de cumplir su promesa de reconciliación entre norte y sur, revivir la que en su día fue la economía más vibrante del oeste de África, y completar "el proceso que ha iniciado para cerrar una década de violencia armada para demostrar que nunca jamás se volverá a repetir", declaró a Reuters el analista político marfileño Maurice Faye.
GBAGBO, ANTE EL TPI
Las heridas del conflicto se cierran también fuera de las fronteras del país. Esta semana, la sala de instrucción número tres del Tribunal Penal Internacional (TPI) confirmó este lunes los cuatro cargos de crímenes contra la Humanidad que pesan contra Laurent Gbagbo y anunció, durante la primera comparecencia del expresidente marfileño, que el juicio propiamente dicho comenzará el 18 de junio de 2012.
Durante la primera vista del exmandatario, en presencia de los fiscales y de la defensa --representada por el abogado Emmanuel Altit--, la sala confirmó la identidad de Gbagbo y comprobó que éste ha sido claramente informado de los cargos y de sus derechos en virtud del Estatuto de Roma, la norma que rige el TPI.
La confirmación de los cargos tiene como objetivo determinar si hay suficientes evidencias para suponer que el procesado cometió los crímenes de que se le acusa. En tal caso, la sala de instrucción remitirá el caso a la sala de audiencias, en la que se llevará a cargo el juicio.
La sala de instrucción número tres cree que hay "motivos razonables" para creer que Gbagbo tiene "responsabilidad criminal individual, como coautor indirecto", en cuatro cartos de crímenes contra la Humanidad, concretamente por homicidio, violación y otros delitos sexuales, persecución y otros actos inhumanos que habrían sido perpetrados en el contexto de la violencia postelectoral que sufrió Costa de Marfil entre el 16 de diciembre de 2010 y el 12 de abril de 2011.
LA VIOLENCIA
Más concretamente, la sala ha concluido que hay "motivos razonables" para creer que desde el 28 de noviembre de 2010, día de las elecciones presidenciales, "las fuerzas de Gbagbo atacaron a la población civil en Abiyán (segunda ciudad y capital de hecho de Costa de Marfil) y en el oeste del país". El objetivo de las fuerzas del expresidente eran "los civiles a los que consideraban partidarios del candidato de la oposición", el actual presidente Alassane Ouattara.
La misma sala de instrucción ha concluido que hay "motivos razonables" para creer que Laurent Gbagbo y su entorno inmediato "habían acordado un plan y eran conscientes de que la puesta en marcha de este plan conduciría a la perpetración de los crímenes denunciados". Los acusados "habrían ejercido un control conjunto sobre los crímenes" que se cometían "y aportado una contribición coordinada y esencial para la realización del plan".