Los socialistas franceses rechazan el triunfalismo de Sarkozy sobre la UE
El presidente francés insiste en que el pacto alcanzado en Bruselas no cede soberanía y es “solidario"
París, El País
Nicolas Sarkozy sostiene que el acuerdo intergubernamental de la zona euro, del que quedó excluido Reino Unido, hará nacer “una nueva Europa”. En una entrevista a Le Monde dedicada al servicio postventa del pacto a 23 (más otros tres países probables) alcanzado el viernes en Bruselas, el presidente francés afirma que es la solución es “más democrática y más solidaria”, y subraya que “no transferirá ni un solo ámbito nuevo de competencias” a Bruselas. Al revés, promete, “reforzaremos nuestra soberanía y nuestra independencia ejerciéndola con nuestros amigos, nuestros aliados y nuestros socios”.
El hábil ejercicio didáctico del presidente francés no persuadió en cualquier caso a la oposición socialista, cuyos votos son necesarios para aprobar la ratificación constitucional de la regla de oro del déficit, que el nuevo tratado paralelo a la UE impone a los países firmantes. El candidato socialista a las presidenciales, François Hollande, favorito en las encuestas, anunció hoy que su partido no votará el acuerdo y agregó que si sale elegido el año próximo renegociará lo pactado en la cumbre. Hollande cree que es necesario “añadir” al compromiso “lo que le falta, es decir la intervención del Banco Central Europeo, los eurobonos y un fondo de salvamento financiero”.
Con la vista de las fuerzas políticas en las presidenciales de abril y mayo, Europa se ha convertido en el asunto central de la batalla electoral, a la que el domingo se sumó de forma inesperada el gran enemigo íntimo de Sarkozy, el ex primer ministro Dominique de Villepin, quien afirmó que Francia vive humillada por la ley de los mercados y la ley de los partidos”.
El jefe del Estado lleva semanas agitando el miedo a la ruptura del euro y su dinamismo en la búsqueda de soluciones como el motor para su reelección, e irónicamente el histórico veto impuesto por su “buen amigo” David Cameron, le permitió traerse de Bruselas un acuerdo intergubernamental, justo lo que deseaba porque permitirá avanzar más deprisa y tener listo el tratado en marzo, un mes antes del primer turno de las presidenciales.
Sarkozy defendió ante Le Monde que el pacto entre Gobiernos, que Merkel asumió solo como segunda opción ya que Berlín prefería un nuevo tratado que escribiera en el mármol comunitario la disciplina fiscal, supone “un avance democrático innegable respecto a la situación anterior, en la que todo se organizaba en torno al Banco Central Europeo, a la Comisión y el Pacto de Estabilidad”.
“La convergencia de las economías, las normas presupuestarias y la fiscalidad” son “el precio que hay que pagar por la estabilidad del continente”, dijo también Sarkozy, que considera que las críticas a sus concesiones a Merkel solo “tratan de avivar la germanofobia”. “¿Quién habría pensado hace dos años que nuestros socios iban a adscribirse a la idea de un gobierno económico organizado en torno a los jefes de Estado y de Gobierno o que iban a suscribir la creación de un fondo monetario europeo? ¡Pues todas esas ideas han venido de Francia!”, enfatizó Sarkozy sin citar los renuncios que Hollande le reprochó.
El caso es que el Partido Socialista intentará retrasará la ratificación todo lo posible para que Sarkozy no la capitalice, sabiendo sin embargo que puede quedarse aislado en Europa si los demás países van aprobando el acuerdo. Mientras tanto, el PS trata de enviar el mensaje de que el pacto a 23 solo ofrece curas parciales inspiradas en la ideología más conservadora. “No nos dejaremos acorralar”, dijo a este diario el portavoz de Hollande, Manuel Valls. “Los franceses no necesitan otra regla de oro, sino un nuevo discurso y una nueva vía económica y política, más equitativa, eficaz y justa”.
El PS está convencido de que si se votara hoy en referéndum el acuerdo de Bruselas, “los pueblos europeos probablemente lo rechazarían”. Y Valls cree que “Sarkozy ha perdido toda su credibilidad con su gestión económica y sus cesiones a Alemania: no ha sido capaz de variar un ápice su posición”.
París, El País
Nicolas Sarkozy sostiene que el acuerdo intergubernamental de la zona euro, del que quedó excluido Reino Unido, hará nacer “una nueva Europa”. En una entrevista a Le Monde dedicada al servicio postventa del pacto a 23 (más otros tres países probables) alcanzado el viernes en Bruselas, el presidente francés afirma que es la solución es “más democrática y más solidaria”, y subraya que “no transferirá ni un solo ámbito nuevo de competencias” a Bruselas. Al revés, promete, “reforzaremos nuestra soberanía y nuestra independencia ejerciéndola con nuestros amigos, nuestros aliados y nuestros socios”.
El hábil ejercicio didáctico del presidente francés no persuadió en cualquier caso a la oposición socialista, cuyos votos son necesarios para aprobar la ratificación constitucional de la regla de oro del déficit, que el nuevo tratado paralelo a la UE impone a los países firmantes. El candidato socialista a las presidenciales, François Hollande, favorito en las encuestas, anunció hoy que su partido no votará el acuerdo y agregó que si sale elegido el año próximo renegociará lo pactado en la cumbre. Hollande cree que es necesario “añadir” al compromiso “lo que le falta, es decir la intervención del Banco Central Europeo, los eurobonos y un fondo de salvamento financiero”.
Con la vista de las fuerzas políticas en las presidenciales de abril y mayo, Europa se ha convertido en el asunto central de la batalla electoral, a la que el domingo se sumó de forma inesperada el gran enemigo íntimo de Sarkozy, el ex primer ministro Dominique de Villepin, quien afirmó que Francia vive humillada por la ley de los mercados y la ley de los partidos”.
El jefe del Estado lleva semanas agitando el miedo a la ruptura del euro y su dinamismo en la búsqueda de soluciones como el motor para su reelección, e irónicamente el histórico veto impuesto por su “buen amigo” David Cameron, le permitió traerse de Bruselas un acuerdo intergubernamental, justo lo que deseaba porque permitirá avanzar más deprisa y tener listo el tratado en marzo, un mes antes del primer turno de las presidenciales.
Sarkozy defendió ante Le Monde que el pacto entre Gobiernos, que Merkel asumió solo como segunda opción ya que Berlín prefería un nuevo tratado que escribiera en el mármol comunitario la disciplina fiscal, supone “un avance democrático innegable respecto a la situación anterior, en la que todo se organizaba en torno al Banco Central Europeo, a la Comisión y el Pacto de Estabilidad”.
“La convergencia de las economías, las normas presupuestarias y la fiscalidad” son “el precio que hay que pagar por la estabilidad del continente”, dijo también Sarkozy, que considera que las críticas a sus concesiones a Merkel solo “tratan de avivar la germanofobia”. “¿Quién habría pensado hace dos años que nuestros socios iban a adscribirse a la idea de un gobierno económico organizado en torno a los jefes de Estado y de Gobierno o que iban a suscribir la creación de un fondo monetario europeo? ¡Pues todas esas ideas han venido de Francia!”, enfatizó Sarkozy sin citar los renuncios que Hollande le reprochó.
El caso es que el Partido Socialista intentará retrasará la ratificación todo lo posible para que Sarkozy no la capitalice, sabiendo sin embargo que puede quedarse aislado en Europa si los demás países van aprobando el acuerdo. Mientras tanto, el PS trata de enviar el mensaje de que el pacto a 23 solo ofrece curas parciales inspiradas en la ideología más conservadora. “No nos dejaremos acorralar”, dijo a este diario el portavoz de Hollande, Manuel Valls. “Los franceses no necesitan otra regla de oro, sino un nuevo discurso y una nueva vía económica y política, más equitativa, eficaz y justa”.
El PS está convencido de que si se votara hoy en referéndum el acuerdo de Bruselas, “los pueblos europeos probablemente lo rechazarían”. Y Valls cree que “Sarkozy ha perdido toda su credibilidad con su gestión económica y sus cesiones a Alemania: no ha sido capaz de variar un ápice su posición”.