El mito de Kim Jong-il, hijo del arco iris
Una potente máquina de propaganda convirtió al líder de Corea del Norte en un semidiós
Pyongyang, El País
Minutos antes de que el pasado 17 de diciembre el líder norcoreano Kim Jong-il muriera de un ataque al corazón, según informó la prensa oficial, una furiosa tormenta de nieve hizo una pausa, el cielo brilló con un deslumbrante color rojo sobre el Monte Paektu, y el hielo en el lago volcánico de esta montaña sagrada, en la que es situada la fundación del primer reino de Corea, se quebró con un rugido atronador.
En la ciudad de Hamhung, una grulla de Manchuria voló en círculos sobre la estatua de Kim Il-sung (padre de Kim Jong-il y presidente eterno), se posó en un árbol, inclinó la cabeza (un gesto de respeto) y echó a volar de nuevo, camino de Pyongyang. La grulla es un símbolo tradicional coreano de longevidad. En otras partes del país, los relatos oficiales hablan de pájaros que se reúnen por docenas en un solo árbol y de otros que limpian de nieve las estatuas del fallecido líder, en señal de duelo.
Los fenómenos sobrenaturales, los mitos y las leyendas acompañaron la existencia del llamado Querido Líder desde su nacimiento, alimentados por una sólida maquinaria de propaganda, que desarrolló un culto a la personalidad, y glorificó y elevó al dirigente a semidiós, al igual que hizo con su padre.
El resplandor en el firmamento y el chasquido del hielo cerraron el círculo de la mística casi religiosa que rodeó la vida de Kim Jong-il. Su biografía oficial asegura que dos arco iris y una nueva estrella de gran brillo anunciaron su llegada al mundo, “enviado por los cielos”, el 16 de febrero de 1942 en una cabaña en un campamento guerrillero secreto en la falda del Monte Paektu, donde su padre estaba luchando contra los invasores japoneses. La televisión norcoreana ha vuelto a mostrar estos días imágenes del refugio.
Cuando murió, una furiosa tormenta de nieve hizo una pausa, el cielo brilló con un deslumbrante color rojo sobre el Monte Paektu
Los expertos creen, sin embargo, que nació en la Unión Soviética, donde Kim Il-sung se encontraba con otros líderes comunistas exiliados, y que ocurrió un año antes, en 1941, pero la historia oficial cambió la fecha para ofrecer una cifra más significativa, 30 años de diferencia con su progenitor.
La familia de Kim Jong-il era "patriótica y revolucionaria en una forma sin precedentes en la historia", y desde pequeño se atribuyeron al futuro dirigente "una inteligencia asombrosa, un agudo poder de observación, una gran capacidad de análisis y una perspicacia extraordinaria", según sus hagiógrafos. “Valiente y ambicioso, tenía un pensamiento creativo, y miraba cada problema con un ojo innovador. Hacía todo a lo grande. Tenía un carácter fuerte y audaz, que le permitía completar cualquier tarea por difícil que fuera, gracias a su propio esfuerzo. Poseía un amor cálido y humano y una mente abierta, siempre era generoso, poco ceremonioso y afectuoso con la gente”.
Tenía "una inteligencia asombrosa
y una perspicacia extraordinaria", según sus hagiógrafos
Este carácter idealizado fue reflejado cuidadosamente por los pintores del régimen, unos pocos elegidos que cultivaron con insistencia una imagen de líder humano, guía económico, y persona cercana al pueblo y benevolente, que trabajaba con intensidad y nunca tenía tiempo para sí mismo. La versión oficial asegura que murió de un ataque al corazón, “debido a una gran tensión mental y física”, según dijo la presentadora de televisión al anunciar la noticia.
Los retratos con los rostros Kim Il-sung y Kim Jong-il, lado a lado o solos, están en Corea del Norte en todas partes, desde edificios oficiales, a colegios, oficinas y viviendas particulares. En otras pinturas, aparecen de pie ante fondos coloridos. En los pueblos, hay grandes murales de mosaicos con sus imágenes, y muchos ciudadanos llevan broches con sus caras sobre el pecho, cerca del corazón. Los cumpleaños del padre y el hijo son las dos fiestas nacionales más importantes.
Se atribuye a Kim Jong-il la reescritura, después de ser designado sucesor, de las principales reglas detrás de la ideología unifamiliar que gobierna Corea del Norte, los llamados Diez Principios. Una de sus revisiones consistió en la construcción del mito alrededor de la familia Kim para convertirla en el centro de la identidad nacional. En este contexto, se explica la rapidez con la que el Gobierno norcoreano está reforzando la imagen del nuevo líder del país –Kim Jong-un, hijo menor de Kim Jong-il-, y el especial énfasis puesto en sus lazos de sangre con la dinastía Kim.
Rodong Sinmun, el periódico oficial del Comité Central del Partido de los Trabajadores de Corea, asegura hoy, miércoles, en un artículo publicado en homenaje al fallecido dirigente que bajo el liderazgo de Kim Jong-ll Corea del Norte ha sido “dignificada como un país que fabricó y lanzó satélites artificiales y accedió a las nucleares”, en referencia al programa de energía atómica. “Gracias a este legado, no nos preocupan nuestro destino y la posteridad en este momento de duelo nacional”.
Según el diario, Corea de Norte pasa ahora al “cálido cuidado” de Kim Jong-un, quien, al igual que su padre, “nació del cielo”. “El líder supremo de nuestro partido y del pueblo Kim Jong-un cuida con cariño a la gente que ha dejado Kim Jong-il. Cada momento de la vida de Kim Jong-un está repleto de tierno cuidado y atención al pueblo”.
Pyongyang, El País
Minutos antes de que el pasado 17 de diciembre el líder norcoreano Kim Jong-il muriera de un ataque al corazón, según informó la prensa oficial, una furiosa tormenta de nieve hizo una pausa, el cielo brilló con un deslumbrante color rojo sobre el Monte Paektu, y el hielo en el lago volcánico de esta montaña sagrada, en la que es situada la fundación del primer reino de Corea, se quebró con un rugido atronador.
En la ciudad de Hamhung, una grulla de Manchuria voló en círculos sobre la estatua de Kim Il-sung (padre de Kim Jong-il y presidente eterno), se posó en un árbol, inclinó la cabeza (un gesto de respeto) y echó a volar de nuevo, camino de Pyongyang. La grulla es un símbolo tradicional coreano de longevidad. En otras partes del país, los relatos oficiales hablan de pájaros que se reúnen por docenas en un solo árbol y de otros que limpian de nieve las estatuas del fallecido líder, en señal de duelo.
Los fenómenos sobrenaturales, los mitos y las leyendas acompañaron la existencia del llamado Querido Líder desde su nacimiento, alimentados por una sólida maquinaria de propaganda, que desarrolló un culto a la personalidad, y glorificó y elevó al dirigente a semidiós, al igual que hizo con su padre.
El resplandor en el firmamento y el chasquido del hielo cerraron el círculo de la mística casi religiosa que rodeó la vida de Kim Jong-il. Su biografía oficial asegura que dos arco iris y una nueva estrella de gran brillo anunciaron su llegada al mundo, “enviado por los cielos”, el 16 de febrero de 1942 en una cabaña en un campamento guerrillero secreto en la falda del Monte Paektu, donde su padre estaba luchando contra los invasores japoneses. La televisión norcoreana ha vuelto a mostrar estos días imágenes del refugio.
Cuando murió, una furiosa tormenta de nieve hizo una pausa, el cielo brilló con un deslumbrante color rojo sobre el Monte Paektu
Los expertos creen, sin embargo, que nació en la Unión Soviética, donde Kim Il-sung se encontraba con otros líderes comunistas exiliados, y que ocurrió un año antes, en 1941, pero la historia oficial cambió la fecha para ofrecer una cifra más significativa, 30 años de diferencia con su progenitor.
La familia de Kim Jong-il era "patriótica y revolucionaria en una forma sin precedentes en la historia", y desde pequeño se atribuyeron al futuro dirigente "una inteligencia asombrosa, un agudo poder de observación, una gran capacidad de análisis y una perspicacia extraordinaria", según sus hagiógrafos. “Valiente y ambicioso, tenía un pensamiento creativo, y miraba cada problema con un ojo innovador. Hacía todo a lo grande. Tenía un carácter fuerte y audaz, que le permitía completar cualquier tarea por difícil que fuera, gracias a su propio esfuerzo. Poseía un amor cálido y humano y una mente abierta, siempre era generoso, poco ceremonioso y afectuoso con la gente”.
Tenía "una inteligencia asombrosa
y una perspicacia extraordinaria", según sus hagiógrafos
Este carácter idealizado fue reflejado cuidadosamente por los pintores del régimen, unos pocos elegidos que cultivaron con insistencia una imagen de líder humano, guía económico, y persona cercana al pueblo y benevolente, que trabajaba con intensidad y nunca tenía tiempo para sí mismo. La versión oficial asegura que murió de un ataque al corazón, “debido a una gran tensión mental y física”, según dijo la presentadora de televisión al anunciar la noticia.
Los retratos con los rostros Kim Il-sung y Kim Jong-il, lado a lado o solos, están en Corea del Norte en todas partes, desde edificios oficiales, a colegios, oficinas y viviendas particulares. En otras pinturas, aparecen de pie ante fondos coloridos. En los pueblos, hay grandes murales de mosaicos con sus imágenes, y muchos ciudadanos llevan broches con sus caras sobre el pecho, cerca del corazón. Los cumpleaños del padre y el hijo son las dos fiestas nacionales más importantes.
Se atribuye a Kim Jong-il la reescritura, después de ser designado sucesor, de las principales reglas detrás de la ideología unifamiliar que gobierna Corea del Norte, los llamados Diez Principios. Una de sus revisiones consistió en la construcción del mito alrededor de la familia Kim para convertirla en el centro de la identidad nacional. En este contexto, se explica la rapidez con la que el Gobierno norcoreano está reforzando la imagen del nuevo líder del país –Kim Jong-un, hijo menor de Kim Jong-il-, y el especial énfasis puesto en sus lazos de sangre con la dinastía Kim.
Rodong Sinmun, el periódico oficial del Comité Central del Partido de los Trabajadores de Corea, asegura hoy, miércoles, en un artículo publicado en homenaje al fallecido dirigente que bajo el liderazgo de Kim Jong-ll Corea del Norte ha sido “dignificada como un país que fabricó y lanzó satélites artificiales y accedió a las nucleares”, en referencia al programa de energía atómica. “Gracias a este legado, no nos preocupan nuestro destino y la posteridad en este momento de duelo nacional”.
Según el diario, Corea de Norte pasa ahora al “cálido cuidado” de Kim Jong-un, quien, al igual que su padre, “nació del cielo”. “El líder supremo de nuestro partido y del pueblo Kim Jong-un cuida con cariño a la gente que ha dejado Kim Jong-il. Cada momento de la vida de Kim Jong-un está repleto de tierno cuidado y atención al pueblo”.