El BCE reclama ampliar el fondo de rescate por si Francia pierde la triple A
Draghi asegura que sus esfuerzos se centran en financiar a los bancos para evitar la recesión - Los países del euro aportarán 150.000 millones al FMI
Bruselas, El País
El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, aseguró ayer que los esfuerzos de la entidad van encaminados a facilitar la financiación de los bancos para no acabar en una recesión. "Lo que ciertamente queremos evitar", dijo, "es una seria restricción crediticia que podría inducir a un bajón del crecimiento e incluso a una recesión". En su comparecencia ante el Parlamento Europeo, Draghi restó relevancia a la posible pérdida de la máxima calificación (AAA) por parte de Francia y apuntó como mejor respuesta la aceleración de la puesta en marcha y capitalización del fondo de rescate permanente, el Mecanismo Europeo de Estabilidad.
En paralelo, los ministros de Economía de los Veintisiete mantuvieron una teleconferencia para decidir sus aportaciones al Fondo Monetario Internacional, (FMI) para fortalecer los instrumentos de defensa de la zona euro. Los ministros decidieron que los países de la zona euro aportarán unos 150.000 millones al FMI. Al término de la teleconferencia, Jean-Claude Juncker, presidente del Eurogrupo, manifestó que "los ministros confirmaron que como parte de un esfuerzo internacional más amplio para mejorar la disponibilidad de recursos del FMI, los Estados miembros de la eurozona aportarán recursos adicionales por valor de 150.000 millones en forma de préstamos adicionales". República Checa, Dinamarca, Polonia y Suecia indicaron su voluntad de tomar parte en el proceso. El Reino Unido lo decidirá a principios de año. Según un desglose "indicativo", España tendrá que aportar 14.860 millones. El plan es que la aportación de los países europeos alcance los 200.000 millones con la esperanza que el resto de países no europeos participe con una cifra similar.
La idea de pedir ayuda al FMI para apoyar a los países de la zona euro en dificultades ha sido consecuencia de la escasa efectividad del fondo temporal, Fondo Europeo de Estabilidad Financieras, (FEEF) para captar los recursos necesarios para acometer las tareas encomendadas el pasado julio (comprar bonos en los mercados secundarios, recapitalizar a los bancos y ayudar a los países de manera preventiva). En cualquier caso, habrá que tener en cuenta que las futuras ayudas del FMI a cualquier país con dificultades irán acompañadas de un paquete de severas condiciones.
A lo largo de su dilatada intervención en la Eurocámara, de casi tres horas de duración, Draghi expresó reiteradamente su preocupación por las dificultades de financiación por las que están atravesando los bancos. En este sentido expresó su preocupación por el aumento de las tensiones "durante el primer trimestre de 2012, pero no solo el primer trimestre sino durante todo el año". Draghi indicó que el primer trimestre del próximo año se deberán refinanciar unos 230.000 millones de obligaciones bancarias; entre 250.000 y 300.000 de millones de deuda soberana y unos 200.000 millones o más de CDO (obligaciones de deuda garantizada) de las empresas. El presidente del banco emisor del euro destacó que para evitar una situación de restricción crediticia (credit crunch) el consejo del BCE había acordado conceder una línea de crédito de financiación ilimitada a tres años a los bancos para que no se secara el crédito.
Tras recordar que desde hace varios meses el mercado de bonos bancarios está completamente cerrado por falta de confianza entre sí de las entidades, el objetivo del BCE es que los bancos destinen estos recursos principalmente a la concesión de créditos a las pequeñas y medianas empresas.
El presidente recibió numerosas preguntas sobre las posibilidades de aumentar las compras de bonos en el mercado secundario y la posibilidad de crear eurobonos. Sobre las compras, que ya alcanzan los 211.000 millones, tras los 3.662 millones adquiridos la semana pasada, admitió que "no había un límite", pero reiteró que "no eran infinitas ni eternas". En relación a la creación de eurobonos, admitió que "si hubiera una unión fiscal tendría más ventajas la creación de eurobonos". En su opinión, lo que no es posible "es que los países asuman las deudas de los demás de manera solidaria y luego cada uno tenga la posibilidad de gastar lo que quiera".
Bruselas, El País
El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, aseguró ayer que los esfuerzos de la entidad van encaminados a facilitar la financiación de los bancos para no acabar en una recesión. "Lo que ciertamente queremos evitar", dijo, "es una seria restricción crediticia que podría inducir a un bajón del crecimiento e incluso a una recesión". En su comparecencia ante el Parlamento Europeo, Draghi restó relevancia a la posible pérdida de la máxima calificación (AAA) por parte de Francia y apuntó como mejor respuesta la aceleración de la puesta en marcha y capitalización del fondo de rescate permanente, el Mecanismo Europeo de Estabilidad.
En paralelo, los ministros de Economía de los Veintisiete mantuvieron una teleconferencia para decidir sus aportaciones al Fondo Monetario Internacional, (FMI) para fortalecer los instrumentos de defensa de la zona euro. Los ministros decidieron que los países de la zona euro aportarán unos 150.000 millones al FMI. Al término de la teleconferencia, Jean-Claude Juncker, presidente del Eurogrupo, manifestó que "los ministros confirmaron que como parte de un esfuerzo internacional más amplio para mejorar la disponibilidad de recursos del FMI, los Estados miembros de la eurozona aportarán recursos adicionales por valor de 150.000 millones en forma de préstamos adicionales". República Checa, Dinamarca, Polonia y Suecia indicaron su voluntad de tomar parte en el proceso. El Reino Unido lo decidirá a principios de año. Según un desglose "indicativo", España tendrá que aportar 14.860 millones. El plan es que la aportación de los países europeos alcance los 200.000 millones con la esperanza que el resto de países no europeos participe con una cifra similar.
La idea de pedir ayuda al FMI para apoyar a los países de la zona euro en dificultades ha sido consecuencia de la escasa efectividad del fondo temporal, Fondo Europeo de Estabilidad Financieras, (FEEF) para captar los recursos necesarios para acometer las tareas encomendadas el pasado julio (comprar bonos en los mercados secundarios, recapitalizar a los bancos y ayudar a los países de manera preventiva). En cualquier caso, habrá que tener en cuenta que las futuras ayudas del FMI a cualquier país con dificultades irán acompañadas de un paquete de severas condiciones.
A lo largo de su dilatada intervención en la Eurocámara, de casi tres horas de duración, Draghi expresó reiteradamente su preocupación por las dificultades de financiación por las que están atravesando los bancos. En este sentido expresó su preocupación por el aumento de las tensiones "durante el primer trimestre de 2012, pero no solo el primer trimestre sino durante todo el año". Draghi indicó que el primer trimestre del próximo año se deberán refinanciar unos 230.000 millones de obligaciones bancarias; entre 250.000 y 300.000 de millones de deuda soberana y unos 200.000 millones o más de CDO (obligaciones de deuda garantizada) de las empresas. El presidente del banco emisor del euro destacó que para evitar una situación de restricción crediticia (credit crunch) el consejo del BCE había acordado conceder una línea de crédito de financiación ilimitada a tres años a los bancos para que no se secara el crédito.
Tras recordar que desde hace varios meses el mercado de bonos bancarios está completamente cerrado por falta de confianza entre sí de las entidades, el objetivo del BCE es que los bancos destinen estos recursos principalmente a la concesión de créditos a las pequeñas y medianas empresas.
El presidente recibió numerosas preguntas sobre las posibilidades de aumentar las compras de bonos en el mercado secundario y la posibilidad de crear eurobonos. Sobre las compras, que ya alcanzan los 211.000 millones, tras los 3.662 millones adquiridos la semana pasada, admitió que "no había un límite", pero reiteró que "no eran infinitas ni eternas". En relación a la creación de eurobonos, admitió que "si hubiera una unión fiscal tendría más ventajas la creación de eurobonos". En su opinión, lo que no es posible "es que los países asuman las deudas de los demás de manera solidaria y luego cada uno tenga la posibilidad de gastar lo que quiera".