Dos sismos provocaron pánico en la ciudad de Christchurch, Nueva Zelandia
WELLINGTON, AFP
Una serie de sismos cimbró este viernes a la ciudad neozelandesa de Christchurch, derribando productos de las estanterías de locales, provocando desprendimientos de rocas y llevando a la huida de residentes, 10 meses después de un terremoto que dejó casi 200 muertos en la ciudad.
La policía de Christchurch dijo que no hubo reportes de víctimas ni de daños extendidos, aunque una persona resultó herida en un centro comercial y fue llevada a un hospital.
El epicentro del sismo inicial, de magnitud 5.8 grados, se ubicó 20 kilómetros al noreste de la ciudad, a una profundidad de apenas ocho kilómetros, según dijo la defensa civil de Nueva Zelandia.
Este fue seguido por una serie de fuertes réplicas, una de magnitud 5.3, pero no se emitió advertencia de tsunami.
Los temblores se produjeron en momentos en que los compradores abarrotaban los centros comerciales en los días previos a la Navidad y llevaron a muchos residentes a huir de la ciudad, originando congestiones de tránsito en las carreteras.
"Fue increíblemente violento", dijo un auditor que llamó a la Radio New Zealand.
"Toda el agua de mi fuente de aves saltó fuera y pude oír como se caía todo dentro de mi casa. Cuando entré, el gato salió corriendo por la puerta, los adornos estaban por el piso, los contenidos de la despensa estaban tirados en el suelo, había unos pocos vidrios rotos y marcos de fotografías tirados", agregó.
Christchurch, la ciudad más grande de la Isla Sur de Nueva Zelandia, se recupera de un terremoto de magnitud 6.3 que dejó 182 muertos en febrero y provocó daños estimados en 20,000 millones de dólares neozelandeses (15,500 millones de dólares estadounidenses).
Un temblor fuerte pero menos dañino golpeó a Christchurch en septiembre del año pasado.
El alcalde de Christchurch, Bob Parker, dijo que la serie de sacudidas había perturbado considerablemente a la gente que había estado volviendo lentamente a la normalidad.
"Ha sido un camino largo y duro, 15 meses (...) y la gente se atrevió a pensar que las réplicas habían terminado", dijo Parker.
"Creo que habrá más daños a los edificios, nada significativo, no colapsos importantes, sólo pequeñas cantidades de escombros adicionales", agregó.
Los servicios de ambulancia dijeron que 18 personas fueron tratadas por ataques de pánico y ansiedad.
El último terremoto provocó el desprendimiento de algunas rocas en las colinas que rodean la ciudad, pero ninguna de ellas cayó sobre casas o carreteras en torno a la cercana localidad portuaria de Lyttelton, que sufrió daños mayores en el terremoto de febrero.
Cuatro personas tuvieron que ser rescatadas tras quedar atrapadas en una playa por un desprendimiento de rocas, informó la policía. Dos edificios dañados en los terremotos anteriores se derrumbaron, agregó la fuerza.
El principal proveedor de energía de la región dijo que hasta 15,000 clientes estaban sin electricidad, la mayoría debido a la activación de interruptores de circuitos.
El aeropuerto internacional de Christchurch fue evacuado como una medida de precaución, mientras se revisaba la terminal y las pistas.
Una serie de sismos cimbró este viernes a la ciudad neozelandesa de Christchurch, derribando productos de las estanterías de locales, provocando desprendimientos de rocas y llevando a la huida de residentes, 10 meses después de un terremoto que dejó casi 200 muertos en la ciudad.
La policía de Christchurch dijo que no hubo reportes de víctimas ni de daños extendidos, aunque una persona resultó herida en un centro comercial y fue llevada a un hospital.
El epicentro del sismo inicial, de magnitud 5.8 grados, se ubicó 20 kilómetros al noreste de la ciudad, a una profundidad de apenas ocho kilómetros, según dijo la defensa civil de Nueva Zelandia.
Este fue seguido por una serie de fuertes réplicas, una de magnitud 5.3, pero no se emitió advertencia de tsunami.
Los temblores se produjeron en momentos en que los compradores abarrotaban los centros comerciales en los días previos a la Navidad y llevaron a muchos residentes a huir de la ciudad, originando congestiones de tránsito en las carreteras.
"Fue increíblemente violento", dijo un auditor que llamó a la Radio New Zealand.
"Toda el agua de mi fuente de aves saltó fuera y pude oír como se caía todo dentro de mi casa. Cuando entré, el gato salió corriendo por la puerta, los adornos estaban por el piso, los contenidos de la despensa estaban tirados en el suelo, había unos pocos vidrios rotos y marcos de fotografías tirados", agregó.
Christchurch, la ciudad más grande de la Isla Sur de Nueva Zelandia, se recupera de un terremoto de magnitud 6.3 que dejó 182 muertos en febrero y provocó daños estimados en 20,000 millones de dólares neozelandeses (15,500 millones de dólares estadounidenses).
Un temblor fuerte pero menos dañino golpeó a Christchurch en septiembre del año pasado.
El alcalde de Christchurch, Bob Parker, dijo que la serie de sacudidas había perturbado considerablemente a la gente que había estado volviendo lentamente a la normalidad.
"Ha sido un camino largo y duro, 15 meses (...) y la gente se atrevió a pensar que las réplicas habían terminado", dijo Parker.
"Creo que habrá más daños a los edificios, nada significativo, no colapsos importantes, sólo pequeñas cantidades de escombros adicionales", agregó.
Los servicios de ambulancia dijeron que 18 personas fueron tratadas por ataques de pánico y ansiedad.
El último terremoto provocó el desprendimiento de algunas rocas en las colinas que rodean la ciudad, pero ninguna de ellas cayó sobre casas o carreteras en torno a la cercana localidad portuaria de Lyttelton, que sufrió daños mayores en el terremoto de febrero.
Cuatro personas tuvieron que ser rescatadas tras quedar atrapadas en una playa por un desprendimiento de rocas, informó la policía. Dos edificios dañados en los terremotos anteriores se derrumbaron, agregó la fuerza.
El principal proveedor de energía de la región dijo que hasta 15,000 clientes estaban sin electricidad, la mayoría debido a la activación de interruptores de circuitos.
El aeropuerto internacional de Christchurch fue evacuado como una medida de precaución, mientras se revisaba la terminal y las pistas.