Chacón, exministros y cargos territoriales abren la carrera para liderar el PSOE

30 dirigentes socialistas, entre ellos Caamaño, Narbona, Rojo y López Aguilar, firman un manifiesto

Madrid, El País
Todo estaba preparado hace tiempo y se desbocó a primera hora de la tarde del martes. Aplacados los ecos de la investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno de España, una veintena de socialistas lanzó a través de las redes sociales y Twitter un manifiesto de siete páginas como pistoletazo de salida del debate, ahora sí, previo al 38º congreso del PSOE de la primera semana de febrero. La notoriedad del manifiesto se justifica, además de por el contenido sumamente autocrítico con la labor del Gobierno socialista de los últimos cuatro años y del funcionamiento del partido, por la presencia de Carme Chacón. Aunque los consultados por este periódico, firmantes del texto, aseguran que no es por ahora una plataforma de lanzamiento de la ministra de Defensa en funciones hasta el miércoles, tampoco niegan que pueda devenir en una base de apoyo a su candidatura. Ahora bien, la mayoría de los consultados defienden con énfasis una motivación ajena a los liderazgos. “Estábamos tardando ya en dar respuesta a los siete millones que nos han votado de forma crítica y que esperan que debatamos después de que el PSOE está en el peor momento desde la democracia”, asegura Juan Fernando López Aguilar, jefe de filas de los eurodiputados socialistas.

Del manifiesto Mucho PSOE por hacer y de las palabras de López Aguilar se deriva una imperiosa necesidad del PSOE de casi hacer tabla rasa. Se equivocaron en todo, a juzgar por el durísimo alegato. “Antes de que los ciudadanos se alejaran de nosotros, nosotros nos alejamos de los ciudadanos. La pérdida de credibilidad y coherencia ha sido fruto de la erosión de nuestros mecanismos democráticos y del aislamiento social progresivo de nuestro partido”, se lee en este documento.

Entre los firmantes, además de Chacón, el ministro en funciones de Justicia, Francisco Caamaño, que actúa de coordinador del grupo que empezó su trabajo hace semanas. Con ellos, el expresidente del Senado Javier Rojo, los exministros Cristina Narbona (que fue responsable del programa electoral de Alfredo Pérez Rubalcaba) y Josep Borrell; la presidenta del PSOE de Madrid, Delia Blanco; la exalcaldesa de Palma Aina Calvo; el secretario general de los socialistas navarros, Roberto Jiménez; el alcalde de Soria, Carlos Martínez, y el diputado valenciano Ximo Puig. También se ha sumado a la iniciativa Beatriz Corredor, hasta ahora secretaria de Estado de Vivienda.

Aunque lo han firmado en esta primera aparición 25 socialistas, tienen ya las rúbricas de otros setenta que aparecerán escalonadamente. Algunos, hoy mismo, cuando se presente el manifiesto y el grupo en un hotel de Madrid. Luego abrirán un periodo de debates territoriales y decidirán si concretan la lista tras el comité federal del 8 de enero.

“Este documento es el producto de reflexiones y conversaciones de muchas personas que pensamos en la necesidad de cambiar el discurso, más en línea con la socialdemocracia europea”, señala a este periódico Francisco Caamaño. “No se trata de una plataforma de apoyo a nadie”, señala Caamaño en la misma línea que asegura a EL PAÍS López Aguilar. Aunque todos ellos recalcan que hay autocrítica generalizada, lo cierto es que el presidente del Gobierno hasta ayer, José Luis Rodríguez Zapatero y secretario general del PSOE, no sale muy bien parado. Algunos de los reproches más severos obedecen a políticas, gestos y actitudes de Zapatero. En el Gobierno pero también dentro del PSOE.

“No podemos culpar exclusivamente a la crisis de la pérdida de apoyos; también la gestión de la crisis ha sido causa de nuestra derrota. Otro factor ha sido la pérdida de credibilidad sufrida a lo largo de los últimos años”, se dice. Y se recalca el error de no llamar a la crisis por su nombre “cono todos los ciudadanos”.

En este manifiesto se refleja con toda crudeza el comentario confidencial de muchos socialistas cuando afirmaban que las elecciones municipales y autonómicas del 22 de mayo, y las generales del 20 de noviembre, las perdieron “en mayo de 2010”. Es decir, cuando Zapatero adoptó las primeras medidas duras de recorte por imposición de Bruselas. Aunque habrá más documentos, en este primero ya se dice que la política fiscal y económica que defienda el PSOE debe girar a la izquierda. Se trata de ahondar en la línea de la más pura socialdemocracia con una política fiscal dirigida a que paguen más las grandes fortunas y los más pudientes.

Esta ha sido la línea que ha defendido durante la campaña el candidato del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba. También es cierto que los firmantes de ese manifiesto bien en el Gobierno o como miembros del comité federal avalaron todas esas políticas. “Una lealtad mal entendida ha hecho que se omitieran críticas necesarias”, explican los firmantes.

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