Bélgica estrena nuevo Gobierno y pone fin a año y medio de crisis política
Bruselas, EP
El primer francófono en más de tres décadas que asume la jefatura del Gobierno belga, Elio di Rupo, recibe el relevo de su predecesor, el democristiano flamenco Yves Leterme, quien pese a dimitir en 2010 ha tenido que continuar ocupando su cargo en funciones durante año y medio.
Tras 541 días sin un Gobierno de plenos poderes, Bélgica asiste este martes al juramento del nuevo equipo ante el rey Alberto II, a la foto del traspaso de poderes y al primer consejo de ministros de la era Di Rupo.
El nuevo primer ministro comparecerá el miércoles ante el Parlamento y el jueves comenzará el debate de investidura que será interrumpido a última hora del día para que Di Rupo asista a su primera Cumbre europea. El sábado se retomará el debate que concluirá con un voto de confianza, de acuerdo al calendario del que informan los medios belgas.
El nuevo gabinete suma trece carteras, incluida la de primer ministro, y cuenta con seis ministros valones y seis flamencos, con el objetivo de respetar el obligado equilibrio entre las dos principales comunidades del país. Di Rupo, francófono y líder del Partido Socialista en Valonia, será considerado 'neutral' en la cuestión lingüística.
Hijo de inmigrantes italianos y con 60 años de edad, Di Rupo fue designado por el rey Alberto II de Bélgica para dirigir las difíciles negociaciones entre los partidos para pactar una profunda reforma del Estado que diera mayores competencias a las regiones y resolviera viejas disputas como, por ejemplo, el estatus administrativo de Bruselas y algunas de sus localidades vecinas.
Durante este año y medio, Di Rupo ha amenazado varias veces con dimitir y el partido más votado en los comicios de junio de 2010 --el secesionista flamenco N-VA que dirige Bart de Weber-- ha quedado excluido de la mesa de negociaciones. También se han pactado unos presupuestos para 2012 con importantes ajustes para cumplir los compromisos de déficit asumidos con la UE.
COMPOSICIÓN
El nuevo Ejecutivo reduce de 15 a 13 los cargos ministeriales y de siete a seis las secretarías de Estado. Además mantendrá algunas de las caras conocidas en Gobiernos anteriores, aunque bailarán las carteras.
Así, el hasta ahora ministro de Finanzas, el liberal francófono Didier Reynders, será el nuevo jefe de la diplomacia belga, en sustitución del democristiano flamenco Steven Vanackere, quien en el Gobierno de Di Rupo dirigirá el Ministerio de Finanzas.
Reynders y Vanackere reciben también rango de vicepresidencia, al igual que el socialista flamenco y nuevo ministro de Economía, Johan Vande Lanotte; la democristiana francófona Joëlle Milquet y nueva ministra del Interior; la socialista francófona Laurette Onkelinx, que pasa a ser responsable de Asuntos Sociales y Sanidad y el nuevo titular de Pensiones, el liberal flamenco Vicent Van Quickenborne.
El primer francófono en más de tres décadas que asume la jefatura del Gobierno belga, Elio di Rupo, recibe el relevo de su predecesor, el democristiano flamenco Yves Leterme, quien pese a dimitir en 2010 ha tenido que continuar ocupando su cargo en funciones durante año y medio.
Tras 541 días sin un Gobierno de plenos poderes, Bélgica asiste este martes al juramento del nuevo equipo ante el rey Alberto II, a la foto del traspaso de poderes y al primer consejo de ministros de la era Di Rupo.
El nuevo primer ministro comparecerá el miércoles ante el Parlamento y el jueves comenzará el debate de investidura que será interrumpido a última hora del día para que Di Rupo asista a su primera Cumbre europea. El sábado se retomará el debate que concluirá con un voto de confianza, de acuerdo al calendario del que informan los medios belgas.
El nuevo gabinete suma trece carteras, incluida la de primer ministro, y cuenta con seis ministros valones y seis flamencos, con el objetivo de respetar el obligado equilibrio entre las dos principales comunidades del país. Di Rupo, francófono y líder del Partido Socialista en Valonia, será considerado 'neutral' en la cuestión lingüística.
Hijo de inmigrantes italianos y con 60 años de edad, Di Rupo fue designado por el rey Alberto II de Bélgica para dirigir las difíciles negociaciones entre los partidos para pactar una profunda reforma del Estado que diera mayores competencias a las regiones y resolviera viejas disputas como, por ejemplo, el estatus administrativo de Bruselas y algunas de sus localidades vecinas.
Durante este año y medio, Di Rupo ha amenazado varias veces con dimitir y el partido más votado en los comicios de junio de 2010 --el secesionista flamenco N-VA que dirige Bart de Weber-- ha quedado excluido de la mesa de negociaciones. También se han pactado unos presupuestos para 2012 con importantes ajustes para cumplir los compromisos de déficit asumidos con la UE.
COMPOSICIÓN
El nuevo Ejecutivo reduce de 15 a 13 los cargos ministeriales y de siete a seis las secretarías de Estado. Además mantendrá algunas de las caras conocidas en Gobiernos anteriores, aunque bailarán las carteras.
Así, el hasta ahora ministro de Finanzas, el liberal francófono Didier Reynders, será el nuevo jefe de la diplomacia belga, en sustitución del democristiano flamenco Steven Vanackere, quien en el Gobierno de Di Rupo dirigirá el Ministerio de Finanzas.
Reynders y Vanackere reciben también rango de vicepresidencia, al igual que el socialista flamenco y nuevo ministro de Economía, Johan Vande Lanotte; la democristiana francófona Joëlle Milquet y nueva ministra del Interior; la socialista francófona Laurette Onkelinx, que pasa a ser responsable de Asuntos Sociales y Sanidad y el nuevo titular de Pensiones, el liberal flamenco Vicent Van Quickenborne.