Ban recibe con satisfacción el acuerdo con Irak sobre el campo de refugiados de Ashraf

Naciones Unidas, EFE
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, mostró su satisfacción ante el acuerdo alcanzado entre Naciones Unidas y las autoridades iraquíes para reubicar a los refugiados iraníes del campo de Ashraf, del que espera que salga "una solución pacífica y duradera a la situación".

"El secretario general cree que el acuerdo asienta el camino para una solución pacífica y duradera a la situación, que respete tanto la soberanía de Irak como sus obligaciones internacionales en materia humanitaria y de derechos humanos", dijo el portavoz de Ban, Martin Nesirky, en un comunicado publicado hoy en la web de la ONU.

Ban recibió así "con satisfacción" la firma el pasado domingo entre el Gobierno de Irak y la ONU de un acuerdo sobre la reubicación temporal de los más de 3.000 refugiados iraníes del campamento de Ashraf, situado en territorio iraquí y que ahora recibe el nombre de Campamento de Nuevo Irak.

"El secretario general acoge con beneplácito la decisión del Gobierno de Irak de extender el plazo para cerrar el campamento y proveer así más tiempo y espacio para una reubicación voluntaria y pacífica de los residentes", se explicó en el comunicado.

El acuerdo, según el máximo responsable de la ONU, es el resultado "de intensas negociaciones" entre su representante especial para Irak, Martin Kobler, y representantes del Gobierno de Irak, mientras que "también se ha consultado a los habitantes del campamento".

Ban señaló que el Gobierno iraquí tiene "la responsabilidad clara y exclusiva de garantizar la seguridad y protección de los residentes" y subrayó que, al mismo tiempo, "los habitantes del campamento de Nuevo Irak tienen que cumplir las leyes de Irak".

"El secretario general pide a todas las partes que continúen mostrando flexibilidad y buena fe, y que avancen en la rápida puesta en marcha del plan de reubicación", añadió el comunicado, en el que se destacó que "cualquier tipo de violencia o intento de encontrar una solución por la fuerza sería inaceptable".

Ban, quien recordó que la ONU se ha involucrado en el asunto "puramente desde una perspectiva humanitaria" y que ha jugado "el papel de facilitador imparcial", reiteró su petición para que los Estados miembros de la ONU acepten "tan pronto como sea posible" a los residentes del campo que puedan optar "al retorno voluntario o la reubicación".

Los miles de refugiados del campamento forman parte de la organización opositora iraní Muyahedin Jalk, considerada terrorista por Irán y desde la década de 1980 se encuentra en una zona fronteriza de la provincia iraquí de Diyala con el temor a ser devueltos a su país.

La gestión del campamento de Ashraf estuvo a cargo de las fuerzas de Estados Unidos desde la invasión de Irak, en marzo de 2003, hasta 2009, cuando pasó a manos iraquíes.

Desde entonces, los iraníes que residen en el campo han denunciado en varias ocasiones agresiones cometidas por las autoridades de Irak.

En abril pasado, el Gobierno iraquí anunció que daba plazo hasta final de año para que esos opositores iraníes abandonaran Irak.

Tras un llamamiento de la ONU a prolongar la existencia del campamento de Ashraf hasta encontrar una solución para los refugiados, Irak lo aceptó a cambio de que el organismo internacional se comprometa a sacar del país a la mitad de los refugiados durante los próximos meses.

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