La Policía de Brasil intensifica los controles en las favelas que tomará al amanecer del domingo
Río de Janeiro, EFE
La policía intensificó hoy los controles en las vías de acceso a las favelas de la Rocinha y Vidigal, enclavadas entre dos barrios acomodados de Río de Janeiro, como preparación para la toma de esas barriadas, prevista para el amanecer de mañana.
Según las autoridades, la ocupación, que tiene como objetivo expulsar a las bandas de narcotraficantes que durante décadas han controlado la zona, debe comenzar a las 05.00 hora local del domingo (07.00 GMT).
La Gobernación emitió hoy un comunicado en el que señala que centenares de policías "comenzarán en la madrugada del domingo la Operación Choque de Paz, que marca la fase de ocupación de las comunidades de Rocinha, Vidigal y Chácara do Céu".
La Rocinha es la principal de las tres favelas, con una población de 72.458 personas, según el censo de 2010, mientras que Vidigal y en Chácara do Céu, ésta última una barriada menor, tienen 11.321 habitantes, recuerda el comunicado oficial.
Los controles policiales que a lo largo de la semana fueron instalados en las principales vías de acceso a la Rocinha, se intensificaron hoy con la presencia de agentes armados en varios caminos que comunican las partes altas de la barriada con un bosque vecino para impedir la fuga de los delincuentes.
"Estamos listos para lo que ocurra. Si no hay enfrentamientos será mejor para todos. Esperamos que sea pacífica" la operación, dijo el viernes el secretario de Seguridad Pública de Río, José Mariano Beltrame.
Las autoridades esperan que la entrada de los agentes en las dos favelas sea más tranquila que la ocupación, el 28 de noviembre del año pasado, del Complexo do Alemao, que fue la culminación de diez días de violencia callejera protagonizada por bandas de narcotraficantes.
A la aparente calma que precede a la toma de las favelas contribuye el hecho de que el pasado jueves la policía capturó a Antonio Bonfim Lopes, alias "Nem", de 35 años, jefe del narcotráfico de la Rocinha que era el delincuente más buscado de Río de Janeiro, así a como a sus principales lugartenientes.
La ocupación de mañana estará a cargo de la Policía Militarizada de Río de Janeiro, con el apoyo de las policías Civil y Federal y de la Infantería de Marina que, según la prensa, prestará 18 blindados que abrirán el paso a los policías por las estrechas y empinadas callejuelas de las favelas.
Las humildes viviendas de la Rocinha y Vidigal se desparraman por las faldas de dos cerros que a sus pies tienen los barrios acomodados de Gávea y San Conrado.
Según la policía, la Rocinha es el principal punto de comercio de drogas de la zona sur de Río de Janeiro, que además de los citados barrios incluye a Leblón, Copacabana, Arpoador y Botafogo, entre otros.
Las autoridades anunciarán esta tarde cuántos policías entrarán en las favelas, pero algunas fuentes han anticipado que serán cerca de 1.500.
Una vez las autoridades tomen el control de la zona se instalará en el lugar la decimonovena Unidad de Policía Pacificadora (UPP), un modelo que combina la presencia policial con la inversión social y que ha tenido éxito en otras favelas de la ciudad en la que se ha implantado.
La policía intensificó hoy los controles en las vías de acceso a las favelas de la Rocinha y Vidigal, enclavadas entre dos barrios acomodados de Río de Janeiro, como preparación para la toma de esas barriadas, prevista para el amanecer de mañana.
Según las autoridades, la ocupación, que tiene como objetivo expulsar a las bandas de narcotraficantes que durante décadas han controlado la zona, debe comenzar a las 05.00 hora local del domingo (07.00 GMT).
La Gobernación emitió hoy un comunicado en el que señala que centenares de policías "comenzarán en la madrugada del domingo la Operación Choque de Paz, que marca la fase de ocupación de las comunidades de Rocinha, Vidigal y Chácara do Céu".
La Rocinha es la principal de las tres favelas, con una población de 72.458 personas, según el censo de 2010, mientras que Vidigal y en Chácara do Céu, ésta última una barriada menor, tienen 11.321 habitantes, recuerda el comunicado oficial.
Los controles policiales que a lo largo de la semana fueron instalados en las principales vías de acceso a la Rocinha, se intensificaron hoy con la presencia de agentes armados en varios caminos que comunican las partes altas de la barriada con un bosque vecino para impedir la fuga de los delincuentes.
"Estamos listos para lo que ocurra. Si no hay enfrentamientos será mejor para todos. Esperamos que sea pacífica" la operación, dijo el viernes el secretario de Seguridad Pública de Río, José Mariano Beltrame.
Las autoridades esperan que la entrada de los agentes en las dos favelas sea más tranquila que la ocupación, el 28 de noviembre del año pasado, del Complexo do Alemao, que fue la culminación de diez días de violencia callejera protagonizada por bandas de narcotraficantes.
A la aparente calma que precede a la toma de las favelas contribuye el hecho de que el pasado jueves la policía capturó a Antonio Bonfim Lopes, alias "Nem", de 35 años, jefe del narcotráfico de la Rocinha que era el delincuente más buscado de Río de Janeiro, así a como a sus principales lugartenientes.
La ocupación de mañana estará a cargo de la Policía Militarizada de Río de Janeiro, con el apoyo de las policías Civil y Federal y de la Infantería de Marina que, según la prensa, prestará 18 blindados que abrirán el paso a los policías por las estrechas y empinadas callejuelas de las favelas.
Las humildes viviendas de la Rocinha y Vidigal se desparraman por las faldas de dos cerros que a sus pies tienen los barrios acomodados de Gávea y San Conrado.
Según la policía, la Rocinha es el principal punto de comercio de drogas de la zona sur de Río de Janeiro, que además de los citados barrios incluye a Leblón, Copacabana, Arpoador y Botafogo, entre otros.
Las autoridades anunciarán esta tarde cuántos policías entrarán en las favelas, pero algunas fuentes han anticipado que serán cerca de 1.500.
Una vez las autoridades tomen el control de la zona se instalará en el lugar la decimonovena Unidad de Policía Pacificadora (UPP), un modelo que combina la presencia policial con la inversión social y que ha tenido éxito en otras favelas de la ciudad en la que se ha implantado.