Fórmula Uno: Otro atracón de Red Bull
Un triunfo de Webber cierra un campeonato que será recordado por el implacable dominio de Vettel y el descalabro de Hamilton y Ferrari
Madrid, El País
El Mundial de 2011 puso el cerrojo en Interlagos (Brasil) en un gran premio que será recordado por la 15ª pole de Sebastian Vettel, que le permitió establecer un récord, y por la victoria de Mark Webber, la primera del curso para el australiano, que sacó tajada de un problema que afectó a la caja de cambios del coche del alemán, segundo. Jenson Button terminó tercero y, de ese modo, se aseguró el subcampeonato mientras que Fernando Alonso cruzó la meta el cuarto, el mismo puesto en el que acaba el Mundial. Una carrera intrascendente en un campeonato que Red Bull ha manejado a su antojo, dejando de lado otros aspectos que también se deberían tener en cuenta, como la flojera de Ferrari, el desespero de Hamilton y el contraste entre los dos integrantes de una misma formación.
- Vettel, el despiadado. Nunca nadie había conseguido 15 poles en una temporada y solo Michael Schumacher, en 2004, logró más triunfos (13) que Vettel en esta (11). El alemán, que el año pasado no lideró la tabla de puntos hasta aquella explosiva última carrera de Abu Dabi, en la que se erigió el campeón del mundo más precoz, no ha soltado la batuta del campeonato desde entonces. Nadie tiene ninguna duda de que el RB7 es el prototipo más equilibrado y rápido de la parrilla, pero tampoco hay muchos que se atrevan a cuestionar el salto de calidad como conductor que ha dado este joven rubiales con cara de empollón.
Su segundo título se lo ha trabajado los sábados y los domingos, jornadas en las que ha exhibido su faceta más competitiva y despiadada. "Vettel ha sido el mejor piloto y ha contado con el mejor coche y el mejor equipo. Se merece el título", considera Fernando Alonso. "Se trata del coche más dominador de los que yo he visto", concluye. De hecho, solo dos prototipos, el Red Bull y el McLaren (una vez), han sumado alguna pole.
El caso de Webber es completamente distintos al de Baby Schumi. Condicionado por su forma de pilotar y las penurias que ha atravesado para adaptarse a los nuevos compuestos Pirelli, Webber ha ido hacia atrás, como los cangrejos, y la mayoría de las veces no ha podido sacar partido de la superioridad mecánica que le ofrecía su monoplaza. Los arranques de las carreras se le han atragantado más que a nadie -en total, ha perdido 23 posiciones- y, si tiene en cuenta las plazas que ha ocupado en la parrilla de salida, se observa su involución: en las pruebas que ha terminado, ha perdido globalmente 29 puntos, un botín que le habría dado el subcampeonato.
- Button desquicia a Hamilton. Si hay una escudería que ha ofrecido un contraste sorprendente a lo largo del curso ha sido McLaren. Destaca por encima de cualquier otro aspecto la espiral de calamidades que ha protagonizado Lewis Hamilton (ayer abandonó por un problema en la caja de cambios), uno de los actores principales del circo, puro talento, que ha vivido una situación que le ha llevado al borde del abismo: nunca antes había encontrado a nadie que circulara más rápido que él subido al mismo coche y eso es precisamente lo que ha hecho Jenson Button.
Cada vez que saltaba dentro del MP4-26, el de Tewin ardía por dentro, obsesionado en dejar claro que tenía más calidad que su vecino. Ese deseo se convertía en una precipitación que, al mismo tiempo, degeneraba en acciones arriesgadas: el que más sanciones, seis, ha acumulado.
En la mayoría de las ocasiones, ese estado de ansiedad se ha traducido en una agresividad excesiva que achicharraba los neumáticos antes de tiempo, un hándicap demasiado importante porque condiciona la primera parada en los garajes. "Hablando con un amigo de lo duro y difícil que ha sido para mí este año, me ha convencido de que ha sido muy enriquecedor. He aprendido muchas cosas. Lo que he sacado en claro no lo olvidaré. Estoy convencido de que, cuando pasen los años, miraré hacia atrás, analizaré esta temporada y pensaré: 'Necesitaba que me pasara algo así", reflexiona el propio Hamilton. Como ocurre la mayor parte de las veces, las estadísticas son el elemento más ilustrativo a la hora de entender la desigualdad entre una pareja de corredores. Comparando su posición en la parrilla y sus resultados finales, el canterano de McLaren ha perdido tres puntos mientras que Button, con el mismo bólido, ha sacado petróleo y ha ganado 45.
- Fiasco de Ferrari. Si hay una estructura obligada a sacar conclusiones para que el descalabro que ha protagonizado no se vuelva a repetir es Ferrari. Fernando Alonso insiste en que este ha sido uno de sus mejores años en la fórmula 1 y, aunque seguramente sea así en cuanto a su rendimiento personal y al crecimiento del equipo, los números acumulados no son propios de la marca de Il Cavallino Rampante, que en ningún momento se ha visto en condiciones de discutir el título a Red Bull. Ferrari ha despedido 2011 con una sola victoria, la que el español consiguió en Silverstone, y 10 podios, todos del propio asturiano. En cuanto a Felipe Massa, el brasileño se ha convertido en el primer corredor de los bólidos rojos que no se sube al cajón ni una sola vez desde Ivan Capelli en 1992.
Después del gatillazo de aquella última cita del año pasado en Abu Dabi, Ferrari inició una revolución interna que se ha ido produciendo durante todo el calendario y que, según anuncian en Maranello, sigue en marcha. Se despidió a Chris Dyer y Aldo Costa y se contrató en su lugar a Pat Fry y Neil Martin, el primero procedente de McLaren y el segundo de Red Bull. "Cuando Schumacher estaba con nosotros, no teníamos límites ni restricciones en ningún aspecto. Podíamos realizar 90.000 kilómetros de ensayos. No teníamos límites presupuestarios ni de efectivos y, en ese contexto, perseguíamos el máximo rendimiento. Ahora el escenario es otro y por eso hay que cambiar la mentalidad, pero eso precisa tiempo", se justifica Stefano Domenicali, el jefe. "Hemos corregido muchos de los errores de 2010: las salidas, algunos fallos de pilotaje, afrontar los fines de semana de forma más agresiva... Todo eso nos ha permitido pelear por el subcampeonato a pesar de no ser competitivos", esgrime Alonso, que ha vuelto a exprimir al máximo el potencial de su monoplaza.
En las carreras que ha terminado (todas menos la de Canadá) ha conseguido 43 puntos más de los que le habrían correspondido por su posición en la parrilla mientras que Massa ha perdido 26.
- Cuenta atrás para Mercedes. Si el objetivo inmediato de Ferrari y McLaren pasa por acercarse a Red Bull, la situación de Mercedes es más desesperada. La marca de la estrella decidió comprar Brawn GP, campeona con Button en 2009, y el curso pasado rompió una ausencia de más de medio siglo en la fórmula 1. Lo hizo a lo grande, contratando a Michael Schumacher, que llevaba tres años en el retiro, y con Ross Brawn como director de orquesta. Dos temporadas y varios cientos de millones de euros después, el fabricante de Stuttgart solo acumula tres podios, todos ellos terceros puestos, de Nico Rosberg y conseguidos en 2010. Los gerifaltes alemanes comienzan a impacientarse.
"Si ganar fuera fácil, la fórmula 1 ya no sería interesante", argumenta Ross Brawn. "Es evidente que no ocupamos la posición que nos gustaría, pero también sabemos que es imposible ganar siempre. Estamos construyendo algo grande, pero cualquier cosa que merezca la pena requiere su tiempo", advierte el técnico, que con vistas a 2012 ha reclutado varios ingenieros rebotados de otros equipos. Además de con él y Nick Fry, Mercedes contará con Aldo Costa (ex de Ferrari), Bob Bell (Renault) y Geoff Willis (Hispania). Si algo está claro es que en la sede de Brackley (Reino Unido) habrá una gran cantidad de masa gris, pero está por ver si habrá espacio para acomodar tantos despachos.
Madrid, El País
El Mundial de 2011 puso el cerrojo en Interlagos (Brasil) en un gran premio que será recordado por la 15ª pole de Sebastian Vettel, que le permitió establecer un récord, y por la victoria de Mark Webber, la primera del curso para el australiano, que sacó tajada de un problema que afectó a la caja de cambios del coche del alemán, segundo. Jenson Button terminó tercero y, de ese modo, se aseguró el subcampeonato mientras que Fernando Alonso cruzó la meta el cuarto, el mismo puesto en el que acaba el Mundial. Una carrera intrascendente en un campeonato que Red Bull ha manejado a su antojo, dejando de lado otros aspectos que también se deberían tener en cuenta, como la flojera de Ferrari, el desespero de Hamilton y el contraste entre los dos integrantes de una misma formación.
- Vettel, el despiadado. Nunca nadie había conseguido 15 poles en una temporada y solo Michael Schumacher, en 2004, logró más triunfos (13) que Vettel en esta (11). El alemán, que el año pasado no lideró la tabla de puntos hasta aquella explosiva última carrera de Abu Dabi, en la que se erigió el campeón del mundo más precoz, no ha soltado la batuta del campeonato desde entonces. Nadie tiene ninguna duda de que el RB7 es el prototipo más equilibrado y rápido de la parrilla, pero tampoco hay muchos que se atrevan a cuestionar el salto de calidad como conductor que ha dado este joven rubiales con cara de empollón.
Su segundo título se lo ha trabajado los sábados y los domingos, jornadas en las que ha exhibido su faceta más competitiva y despiadada. "Vettel ha sido el mejor piloto y ha contado con el mejor coche y el mejor equipo. Se merece el título", considera Fernando Alonso. "Se trata del coche más dominador de los que yo he visto", concluye. De hecho, solo dos prototipos, el Red Bull y el McLaren (una vez), han sumado alguna pole.
El caso de Webber es completamente distintos al de Baby Schumi. Condicionado por su forma de pilotar y las penurias que ha atravesado para adaptarse a los nuevos compuestos Pirelli, Webber ha ido hacia atrás, como los cangrejos, y la mayoría de las veces no ha podido sacar partido de la superioridad mecánica que le ofrecía su monoplaza. Los arranques de las carreras se le han atragantado más que a nadie -en total, ha perdido 23 posiciones- y, si tiene en cuenta las plazas que ha ocupado en la parrilla de salida, se observa su involución: en las pruebas que ha terminado, ha perdido globalmente 29 puntos, un botín que le habría dado el subcampeonato.
- Button desquicia a Hamilton. Si hay una escudería que ha ofrecido un contraste sorprendente a lo largo del curso ha sido McLaren. Destaca por encima de cualquier otro aspecto la espiral de calamidades que ha protagonizado Lewis Hamilton (ayer abandonó por un problema en la caja de cambios), uno de los actores principales del circo, puro talento, que ha vivido una situación que le ha llevado al borde del abismo: nunca antes había encontrado a nadie que circulara más rápido que él subido al mismo coche y eso es precisamente lo que ha hecho Jenson Button.
Cada vez que saltaba dentro del MP4-26, el de Tewin ardía por dentro, obsesionado en dejar claro que tenía más calidad que su vecino. Ese deseo se convertía en una precipitación que, al mismo tiempo, degeneraba en acciones arriesgadas: el que más sanciones, seis, ha acumulado.
En la mayoría de las ocasiones, ese estado de ansiedad se ha traducido en una agresividad excesiva que achicharraba los neumáticos antes de tiempo, un hándicap demasiado importante porque condiciona la primera parada en los garajes. "Hablando con un amigo de lo duro y difícil que ha sido para mí este año, me ha convencido de que ha sido muy enriquecedor. He aprendido muchas cosas. Lo que he sacado en claro no lo olvidaré. Estoy convencido de que, cuando pasen los años, miraré hacia atrás, analizaré esta temporada y pensaré: 'Necesitaba que me pasara algo así", reflexiona el propio Hamilton. Como ocurre la mayor parte de las veces, las estadísticas son el elemento más ilustrativo a la hora de entender la desigualdad entre una pareja de corredores. Comparando su posición en la parrilla y sus resultados finales, el canterano de McLaren ha perdido tres puntos mientras que Button, con el mismo bólido, ha sacado petróleo y ha ganado 45.
- Fiasco de Ferrari. Si hay una estructura obligada a sacar conclusiones para que el descalabro que ha protagonizado no se vuelva a repetir es Ferrari. Fernando Alonso insiste en que este ha sido uno de sus mejores años en la fórmula 1 y, aunque seguramente sea así en cuanto a su rendimiento personal y al crecimiento del equipo, los números acumulados no son propios de la marca de Il Cavallino Rampante, que en ningún momento se ha visto en condiciones de discutir el título a Red Bull. Ferrari ha despedido 2011 con una sola victoria, la que el español consiguió en Silverstone, y 10 podios, todos del propio asturiano. En cuanto a Felipe Massa, el brasileño se ha convertido en el primer corredor de los bólidos rojos que no se sube al cajón ni una sola vez desde Ivan Capelli en 1992.
Después del gatillazo de aquella última cita del año pasado en Abu Dabi, Ferrari inició una revolución interna que se ha ido produciendo durante todo el calendario y que, según anuncian en Maranello, sigue en marcha. Se despidió a Chris Dyer y Aldo Costa y se contrató en su lugar a Pat Fry y Neil Martin, el primero procedente de McLaren y el segundo de Red Bull. "Cuando Schumacher estaba con nosotros, no teníamos límites ni restricciones en ningún aspecto. Podíamos realizar 90.000 kilómetros de ensayos. No teníamos límites presupuestarios ni de efectivos y, en ese contexto, perseguíamos el máximo rendimiento. Ahora el escenario es otro y por eso hay que cambiar la mentalidad, pero eso precisa tiempo", se justifica Stefano Domenicali, el jefe. "Hemos corregido muchos de los errores de 2010: las salidas, algunos fallos de pilotaje, afrontar los fines de semana de forma más agresiva... Todo eso nos ha permitido pelear por el subcampeonato a pesar de no ser competitivos", esgrime Alonso, que ha vuelto a exprimir al máximo el potencial de su monoplaza.
En las carreras que ha terminado (todas menos la de Canadá) ha conseguido 43 puntos más de los que le habrían correspondido por su posición en la parrilla mientras que Massa ha perdido 26.
- Cuenta atrás para Mercedes. Si el objetivo inmediato de Ferrari y McLaren pasa por acercarse a Red Bull, la situación de Mercedes es más desesperada. La marca de la estrella decidió comprar Brawn GP, campeona con Button en 2009, y el curso pasado rompió una ausencia de más de medio siglo en la fórmula 1. Lo hizo a lo grande, contratando a Michael Schumacher, que llevaba tres años en el retiro, y con Ross Brawn como director de orquesta. Dos temporadas y varios cientos de millones de euros después, el fabricante de Stuttgart solo acumula tres podios, todos ellos terceros puestos, de Nico Rosberg y conseguidos en 2010. Los gerifaltes alemanes comienzan a impacientarse.
"Si ganar fuera fácil, la fórmula 1 ya no sería interesante", argumenta Ross Brawn. "Es evidente que no ocupamos la posición que nos gustaría, pero también sabemos que es imposible ganar siempre. Estamos construyendo algo grande, pero cualquier cosa que merezca la pena requiere su tiempo", advierte el técnico, que con vistas a 2012 ha reclutado varios ingenieros rebotados de otros equipos. Además de con él y Nick Fry, Mercedes contará con Aldo Costa (ex de Ferrari), Bob Bell (Renault) y Geoff Willis (Hispania). Si algo está claro es que en la sede de Brackley (Reino Unido) habrá una gran cantidad de masa gris, pero está por ver si habrá espacio para acomodar tantos despachos.