El rehén superviviente de las FARC se salvó por no acatar órdenes

Bogotá, AFP
El rehén de la guerrilla FARC que se salvó el sábado de ser asesinado como cuatro de sus compañeros también rehenes contó este lunes que pudo sobrevivir por no acatar órdenes, que le indicaban que corriera hacia sus captores en caso de que hubiera disparos.

"Lo único que a mí se me ocurrió fue correr hacia el monte", contó Luis Alberto Erazo a Radio Caracol.

"Los sinvergüenzas son mentirosos (...). En días anteriores este comandante Arturo nos había dicho que en caso de disparos no debíamos correr hacia afuera, que debíamos correr hacia el lado de ellos porque ellos nos iban a sacar y entregarnos sanos y salvos a nuestra familia", aseguró el policía, rehén de la guerrilla desde diciembre de 1999.

"Esa era la orden", dijo antes de explicar que los guerrilleros les aseguraron que no les iba "a pasar nada" y les trataban "con amabilidad" aunque a veces los encadenaban entre las seis de la tarde y las seis de la mañana.

"A la hora de la verdad, a la hora de los disparos, a mí se me olvida la consigna... Yo corro hacia el monte y mis compañeros hacia donde ellos y allí fue que los mataron a mansalva", dijo el policía, que no obstante quedó herido en el rostro y en el cuello, según él por esquirlas de granada, y pudo esconderse hasta contactar con militares.

Erazo pudo oír una "granizada de tiros", aunque el ejército aún "no había logrado llegar al sitio donde estaba el guardia". "La reacción (de matar a los rehenes) fue del guardia", dijo antes de explicar que los cinco rehenes eran custodiados por unos tres guerrilleros y a unos 10 metros por una "escuadra de reacción", un grupo que sumaba un poco más de 40 hombres.

Tras los enfrentamientos entre rebeldes y soldados, los militares hallaron el sábado hacia las 10h (15h GMT) los cuerpos de los otros cuatro rehenes de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), tres policías y un militar, asesinados por sus captores, de acuerdo con el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón.

Los restos del coronel Édgar Yesid Duarte y los tenientes Elkin Hernández y Álvaro Moreno, los tres de la Policía, y del sargento del Ejército José Libio Martínez, el más antiguo rehén de la guerrilla, secuestrado el 21 de diciembre de 1997, llegaron la noche del domingo al aeropuerto militar de Bogotá, donde recibieron honores póstumos y también se ofició una misa en su memoria.

Las FARC, con 47 años de lucha armada, mantienen secuestrados todavía a por lo menos 13 policías y militares, que plantean canjear por sus guerrilleros presos. La mayor parte de ellos lleva más de 10 años en cautiverio.

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