El Gobierno argentino denuncia un "boicot" de los controladores aéreos
Buenos Aires, EFE
El ministro argentino de Defensa, Arturo Puricelli, acusó hoy a controladores aéreos de generar un "verdadero boicot" en los dos principales aeropuertos del país, cuyas operaciones continúan con demoras tras permanecer anoche paralizadas durante más de una hora.
"Es lisa y llanamente un boicot al normal desarrollo del tráfico aéreo porque alteran la prestación del servicio sin ninguna razonabilidad", afirmó Puricelli en declaraciones radiales, en medio del enfrentamiento que mantiene el Gobierno con sindicatos del sector aeroportuario.
Frente a la paralización de las operaciones, el Gobierno presentó una denuncia judicial para que se investiguen los hechos ya que "quien atenta contra un servicio público esencial puede ser objeto de un proceso penal", dijo el ministro.
Los vuelos internacionales y locales se vieron afectados anoche en el aeropuerto internacional de Ezeiza, a las afueras de Buenos Aires, y en el Aeroparque porteño a raíz del conflicto, que ya había motivado el pasado fin de semana la suspensión durante dos días de las operaciones de Aerolíneas Argentinas, controlada por el Estado.
Según Puricelli, "los controladores que debían ingresar ayer a las 18 horas dijeron que no estaban en condiciones anímicas o físicas de prestar el servicio, lo que hizo que prestaran servicio quienes venían del turno anterior, pero no más allá de dos horas, de acuerdo a las normas reglamentarias".
"El centro de control debió cerrar hasta que tres controladores se hicieron cargo del servicio, después de ser revisados y darles el apto físico, junto a otros controladores que se hicieron presentes", continuó.
Ricardo Cirielli, líder de la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA), que agrupa a controladores aéreos, advirtió sin embargo a la prensa que "al personal autorizado para operar en la torre no les dejaron ingresar".
En tanto, las operaciones internacionales y locales en los dos aeropuertos bonaerenses registraban este jueves varias demoras y cancelaciones tras la paralización de anoche.
Los problemas en los aeropuertos se produjeron luego de que la presidenta argentina, Cristina Fernández, estableciera el pasado lunes por decreto que los controladores aéreos, que desde hace cuatros años estaban a cargo de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), vuelvan a depender de la Fuerza Aérea.
La medida oficial fue tomada en medio de la suspensión de vuelos establecida por Aerolíneas Argentinas debido a una medida de fuerza presuntamente impulsada por APTA.
Aunque el sindicato rechazó tener algo que ver con las medidas de fuerza, el Gobierno lo denunció este lunes ante la Justicia por negarse a acatar la conciliación obligatoria dictada para tratar de solucionar el conflicto.
El Ministerio de Trabajo informó además en un comunicado que solicitó la suspensión de la personería gremial del sindicato.
"Detrás del boicot puede haber intereses de distinta naturaleza, desde cambiar la conducción de la empresa (Aerolíneas Argentinas) hasta llevarla a querer privatizarla", opinó Puricelli.
Tanto el sindicato de los técnicos como el de los pilotos de Aerolíneas Argentinas, bajo control estatal desde 2008, tras la gestión de la española Marsans, han realizado en las últimas semanas fuertes críticas a la gestión del presidente de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde, un hombre cercano a la reelegida presidenta argentina.
El ministro argentino de Defensa, Arturo Puricelli, acusó hoy a controladores aéreos de generar un "verdadero boicot" en los dos principales aeropuertos del país, cuyas operaciones continúan con demoras tras permanecer anoche paralizadas durante más de una hora.
"Es lisa y llanamente un boicot al normal desarrollo del tráfico aéreo porque alteran la prestación del servicio sin ninguna razonabilidad", afirmó Puricelli en declaraciones radiales, en medio del enfrentamiento que mantiene el Gobierno con sindicatos del sector aeroportuario.
Frente a la paralización de las operaciones, el Gobierno presentó una denuncia judicial para que se investiguen los hechos ya que "quien atenta contra un servicio público esencial puede ser objeto de un proceso penal", dijo el ministro.
Los vuelos internacionales y locales se vieron afectados anoche en el aeropuerto internacional de Ezeiza, a las afueras de Buenos Aires, y en el Aeroparque porteño a raíz del conflicto, que ya había motivado el pasado fin de semana la suspensión durante dos días de las operaciones de Aerolíneas Argentinas, controlada por el Estado.
Según Puricelli, "los controladores que debían ingresar ayer a las 18 horas dijeron que no estaban en condiciones anímicas o físicas de prestar el servicio, lo que hizo que prestaran servicio quienes venían del turno anterior, pero no más allá de dos horas, de acuerdo a las normas reglamentarias".
"El centro de control debió cerrar hasta que tres controladores se hicieron cargo del servicio, después de ser revisados y darles el apto físico, junto a otros controladores que se hicieron presentes", continuó.
Ricardo Cirielli, líder de la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA), que agrupa a controladores aéreos, advirtió sin embargo a la prensa que "al personal autorizado para operar en la torre no les dejaron ingresar".
En tanto, las operaciones internacionales y locales en los dos aeropuertos bonaerenses registraban este jueves varias demoras y cancelaciones tras la paralización de anoche.
Los problemas en los aeropuertos se produjeron luego de que la presidenta argentina, Cristina Fernández, estableciera el pasado lunes por decreto que los controladores aéreos, que desde hace cuatros años estaban a cargo de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), vuelvan a depender de la Fuerza Aérea.
La medida oficial fue tomada en medio de la suspensión de vuelos establecida por Aerolíneas Argentinas debido a una medida de fuerza presuntamente impulsada por APTA.
Aunque el sindicato rechazó tener algo que ver con las medidas de fuerza, el Gobierno lo denunció este lunes ante la Justicia por negarse a acatar la conciliación obligatoria dictada para tratar de solucionar el conflicto.
El Ministerio de Trabajo informó además en un comunicado que solicitó la suspensión de la personería gremial del sindicato.
"Detrás del boicot puede haber intereses de distinta naturaleza, desde cambiar la conducción de la empresa (Aerolíneas Argentinas) hasta llevarla a querer privatizarla", opinó Puricelli.
Tanto el sindicato de los técnicos como el de los pilotos de Aerolíneas Argentinas, bajo control estatal desde 2008, tras la gestión de la española Marsans, han realizado en las últimas semanas fuertes críticas a la gestión del presidente de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde, un hombre cercano a la reelegida presidenta argentina.