Bolivia descarta "pisar el freno" para desacelerar crecimiento de economía como recomendó el FMI
Santa Cruz, Abi
El ministro de Economía y Finanzas Públicas, Luis Arce, descartó el jueves "pisar el freno" para desacelerar el crecimiento de la economía nacional como sugirió el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Arce asistió a la presentación del Informe Perspectivas Económicas: Las Américas, octubre 2011 - Regional Economic Outlook (REO, en inglés), presentado el subdirector del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Gilbert Terrier, en la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno de la ciudad de Santa Cruz.
En su presentación, Terrier sostuvo que en temporadas de precios altos de las materias primas, países como Bolivia no deberían "entusiasmarse" ni empezar a gastar y, más bien, "pisar el freno" para desacelerar su crecimiento económico.
En contrapartida, Arce señaló que "eso significaría, en términos muy sencillos, para nuestras economías que los países vayamos empezando a pisar el freno a las economías. Enfriar nuestras economías. Esa es otra de las discrepancias con las recomendaciones del Fondo Monetario".
El Ministro recordó que en Bolivia no sólo es importante el tema macroeconómico, sino también el social, que incluye a la pobreza, "un problema que hemos heredado" y "que se ha profundizado en el periodo neoliberal".
"Pisar el freno significaría postergar y no resolver los problemas y las necesidades de ciertos sectores de nuestra población, y significaría no aprovechar (?) la posibilidad de hacer política redistributiva del ingreso, como lo estamos haciendo desde el 2006, producto de la aplicación del nuevo modelo económico en nuestro país", argumentó.
Arce explicó que la política de redistribución de ingresos implica la entrega de bonos como el Juancito Pinto, Juana Azurduy y Renta Dignidad, que permitieron disminuir los índices de pobreza en Bolivia.
Por otro lado, el Subdirector del FMI recomendó también una mayor flexibilización del tipo de cambio de la moneda boliviana respecto del dólar estadounidense.
"Para los países que tienen situación cambiaria, es importante mantenerla porque eso es un instrumento adecuado para enfrentar choques externos para los regímenes cambiarios fuertemente administrados, lo importante es asegurarse que el tipo de cambio se mueva en línea con los fundamentales de la economía, por supuesto, que si los precios de commoditties siguen cayendo, es importante adecuar la tasa de cambio con esa situación nueva y también como parte de las recomendaciones es acompañar esas políticas", dijo Terrier.
A lo que Arce Catacora respondió que hasta el momento el proceso de apreciación de la moneda nacional respecto a la divisa estadounidense siguió un patrón de 0,14 a 0,15 por ciento, de acuerdo con las necesidades de la economía boliviana.
Sin embargo, dijo que para Bolivia escuchar las recomendaciones del FMI implicaría "una apreciación de más de 5 por ciento, 6 por ciento" o según lo que disponga el mercado e iría en desmedro del sector exportador.
Recalcó que en este tema, la política económica del Gobierno va en otro sentido frente a las recetas sugeridas por el FMI para los países de la región.
El ministro de Economía y Finanzas Públicas, Luis Arce, descartó el jueves "pisar el freno" para desacelerar el crecimiento de la economía nacional como sugirió el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Arce asistió a la presentación del Informe Perspectivas Económicas: Las Américas, octubre 2011 - Regional Economic Outlook (REO, en inglés), presentado el subdirector del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Gilbert Terrier, en la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno de la ciudad de Santa Cruz.
En su presentación, Terrier sostuvo que en temporadas de precios altos de las materias primas, países como Bolivia no deberían "entusiasmarse" ni empezar a gastar y, más bien, "pisar el freno" para desacelerar su crecimiento económico.
En contrapartida, Arce señaló que "eso significaría, en términos muy sencillos, para nuestras economías que los países vayamos empezando a pisar el freno a las economías. Enfriar nuestras economías. Esa es otra de las discrepancias con las recomendaciones del Fondo Monetario".
El Ministro recordó que en Bolivia no sólo es importante el tema macroeconómico, sino también el social, que incluye a la pobreza, "un problema que hemos heredado" y "que se ha profundizado en el periodo neoliberal".
"Pisar el freno significaría postergar y no resolver los problemas y las necesidades de ciertos sectores de nuestra población, y significaría no aprovechar (?) la posibilidad de hacer política redistributiva del ingreso, como lo estamos haciendo desde el 2006, producto de la aplicación del nuevo modelo económico en nuestro país", argumentó.
Arce explicó que la política de redistribución de ingresos implica la entrega de bonos como el Juancito Pinto, Juana Azurduy y Renta Dignidad, que permitieron disminuir los índices de pobreza en Bolivia.
Por otro lado, el Subdirector del FMI recomendó también una mayor flexibilización del tipo de cambio de la moneda boliviana respecto del dólar estadounidense.
"Para los países que tienen situación cambiaria, es importante mantenerla porque eso es un instrumento adecuado para enfrentar choques externos para los regímenes cambiarios fuertemente administrados, lo importante es asegurarse que el tipo de cambio se mueva en línea con los fundamentales de la economía, por supuesto, que si los precios de commoditties siguen cayendo, es importante adecuar la tasa de cambio con esa situación nueva y también como parte de las recomendaciones es acompañar esas políticas", dijo Terrier.
A lo que Arce Catacora respondió que hasta el momento el proceso de apreciación de la moneda nacional respecto a la divisa estadounidense siguió un patrón de 0,14 a 0,15 por ciento, de acuerdo con las necesidades de la economía boliviana.
Sin embargo, dijo que para Bolivia escuchar las recomendaciones del FMI implicaría "una apreciación de más de 5 por ciento, 6 por ciento" o según lo que disponga el mercado e iría en desmedro del sector exportador.
Recalcó que en este tema, la política económica del Gobierno va en otro sentido frente a las recetas sugeridas por el FMI para los países de la región.