Túnez culmina la 'Revolución de los Jazmines' con unos comicios históricos
Madrid, EP
Túnez celebra mañana domingo unas históricas elecciones en las que casi 11.000 candidatos aspiran a confeccionar los 217 escaños de la nueva la Asamblea Constituyente que dará forma a la nueva Carta Magna, elegirá al nuevo Gobierno interino y convocará finalmente elecciones presidenciales y legislativas.
Se trata de los primeros comicios que tendrán lugar en uno de los países de la llamada Primavera Árabe, nueve meses después del derrocamiento del presidente Zine El Abidine Ben Ali, y a los que comparecerán más de un centenar de partidos políticos recientemente legalizados por el Gobierno interino.
Uno de ellos es el partido islamista Ennahda, principal favorito para hacerse con el mayor número de votos, según las encuestas. Su líder, Rachid Ghannouchi, se ha apresurado a acallar las voces que temen una radicalización de la política tunecina y ha prometido un programa "realista" y de consenso que en última instancia perseguirá estrechar la relación con la Unión Europea.
"El de mañana será un gran día para los tunecinos, ya sean islámicos o laicos", escribió Ghannouchi en el diario 'The Guardian', donde apostó por seguir el camino de la democracia "dentro de la tendencia general del Islam político", con el modelo turco como bandera.
La fecha inicial de los comicios estaba prevista para el pasado mes de julio, pero las autoridades decidieron posponerla al entender que el país todavía no estaba preparado. No obstante, los analistas aseguran que, aunque el país todavía se enfrenta a obstáculos como una elevada tasa de pobreza y un entorno político fragmentado, Túnez se encuentra por delante de Egipto en su recorrido hacia una democracia estable.
Mientras la población se enfrenta, entre la esperanza y el escepticismo, a un escenario político inaudito en más de 40 años, las autoridades piden que se vote "sin miedo" y los analistas han depositado su confianza en la inteligente transición que se está desarrollando en el país, que antes de la llegada de Ben Alí contaba con la Constitución más progresista del mundo árabe.
EL TEMOR A LOS ISLAMISTAS
El partido de Ghannouchi, que según las encuestas aspira a obtener entre un 30 y un 35 por ciento de los votos, goza de las simpatías de la conservadora y subdesarrollada sociedad periférica tunecina gracias a los programas sociales que el partido contribuyó a financiar, aun estando ilegalizado y perseguido por las fuerzas de Ben Alí.
Su rápida reemergencia ha alarmado a sus rivales laicos, como el potente Partido Democrático y Progresista (PDP) y el Foro Democrático para el Trabajo y la Libertades(FDLL) que ahora compiten para ganar los votos de los jóvenes tunecinos y competir así contra Ennhada.
Las mujeres se encuentran especialmente preocupadas. Túnez es el único país árabe que prohibe la poligamia. Los derechos de la mujer han gozado de un estatus privilegiado, incluyendo la posibilidad del divorcio unilateral y el uso opcional del pañuelo. La tasa de alfabetización femenina supera el 80 por ciento, y las mujeres conforman más de la mitad de la población de estudiantes, y temen que la victoria de Ennhada signifique el inicio de la restricción de las libertades.
Desde el partido islamista se rechaza esta campaña negativa, alimentada durante décadas por el presidente Ben Alí y continuada durante la transición por una "minoría reticente a aceptar una transición demócratica que emplea tácticas de terror heredadas" del derrocado dirigente, lamentó Ghannouchi.
"Nuestro manifiesto subraya nuestra defensa de los derechos de la mujer y el respaldo al sistema de participación que fija la igualdad de hombres y mujeres. Las mujeres juegan un papel importante a todos los niveles de nuestro partido, como cabría esperarse de cualquier formación democrática", aclaró.
Ghannouchi ya ha avanzado el compromiso de su partido "para fortalecer la relación con los vecinos de Europa" y su intención de alcanzar para Túnez el estatus de socio avanzado de la Unión Europea, dentro de un plan "realista" a nivel social, político y económico marcado por la moderación. "La corriente mayoritaria del Islam político", concluyó, "es el mejor sistema para protegerse de las injusticias y el autoritarismo".
SIN MIEDO
El primer ministro interino de Túnez, Beji Caid Sebsi, ha instado a la población a votar "sin miedo" en unas elecciones que se desarrollarán sin la más mínima sombra de fraude. "Nadie podrá dudar, porque la manipulación no será posible. Las urnas estarán abiertas para todo el mundo", ha aseverado, al tiempo que ha enviado un mensaje de tranquilidad. "El Estado no permitirá la violencia. El proceso va a ser ejemplar", ha garantizado.
Las tensiones entre islamistas y liberales adquirieron un cariz violento la semana pasada, donde policía y manifestantes se enfrentaron ante la decisión del Gobierno de transición de mantener la prohibición del velo o niqab en las universidades.
También se registradon protestas por la retransmisión del film 'Persepolis', que describe la infancia y adolescencia bajo el régimen de los ayatolás iraníes y que es considerado por los islamistas como una afrenta al Islam. El partido Ennhada ha condenado ambas manifestaciones violentas.
EL FUTURO
La sociedad tunecina acude a las urnas por primera vez en décadas. Para una generación se trata de un episodio insólito en sus vidas y muchos de sus ciudadanos tienen problemas para entender un sencillo mecanismo electoral que en Occidente se da por sentado.
"Muchos tunecinos no están informados sobre las plataformas electorales y no se esfuerzan en conocer los programas de los candidatos", explicó el profesor Doryazed Maalej. En este sentido, el director del Centro para Oriente Próximo de la Escuela de Economía de Londres, Fawaz Gerges, reconoce "serios obstáculos", pero asegura que Túnez ha realizado su transición "de forma muy inteligente: paso a paso".
De la misma opinión es el profesor de Políticas en la universidad tunecina de Jendouba, Hedi Zaouchi. "Nos estamos poniendo al día con rapidez. Está arraigando una nueva cultura política", explicó en declaraciones recogidas por el 'USA Today'.
VOTO DE LA DIÁSPORA
Los tunecinos elegirán a los 217 integrantes de la Asamblea Constituyente, de los cuales 18 serán declarados por los votos del millón de tunecinos que conforman la diáspora --la mitad de ellos residentes en Francia-- y que comenzaron a votar el pasado jueves.
El presidente de la Autoridad Nacional para la Reforma de la Información, Kamel Labid, aseguró al portal Tunisia Live que "las elecciones en el extranjero se desarrollan sin incidentes y bajo condiciones normales".
Túnez celebra mañana domingo unas históricas elecciones en las que casi 11.000 candidatos aspiran a confeccionar los 217 escaños de la nueva la Asamblea Constituyente que dará forma a la nueva Carta Magna, elegirá al nuevo Gobierno interino y convocará finalmente elecciones presidenciales y legislativas.
Se trata de los primeros comicios que tendrán lugar en uno de los países de la llamada Primavera Árabe, nueve meses después del derrocamiento del presidente Zine El Abidine Ben Ali, y a los que comparecerán más de un centenar de partidos políticos recientemente legalizados por el Gobierno interino.
Uno de ellos es el partido islamista Ennahda, principal favorito para hacerse con el mayor número de votos, según las encuestas. Su líder, Rachid Ghannouchi, se ha apresurado a acallar las voces que temen una radicalización de la política tunecina y ha prometido un programa "realista" y de consenso que en última instancia perseguirá estrechar la relación con la Unión Europea.
"El de mañana será un gran día para los tunecinos, ya sean islámicos o laicos", escribió Ghannouchi en el diario 'The Guardian', donde apostó por seguir el camino de la democracia "dentro de la tendencia general del Islam político", con el modelo turco como bandera.
La fecha inicial de los comicios estaba prevista para el pasado mes de julio, pero las autoridades decidieron posponerla al entender que el país todavía no estaba preparado. No obstante, los analistas aseguran que, aunque el país todavía se enfrenta a obstáculos como una elevada tasa de pobreza y un entorno político fragmentado, Túnez se encuentra por delante de Egipto en su recorrido hacia una democracia estable.
Mientras la población se enfrenta, entre la esperanza y el escepticismo, a un escenario político inaudito en más de 40 años, las autoridades piden que se vote "sin miedo" y los analistas han depositado su confianza en la inteligente transición que se está desarrollando en el país, que antes de la llegada de Ben Alí contaba con la Constitución más progresista del mundo árabe.
EL TEMOR A LOS ISLAMISTAS
El partido de Ghannouchi, que según las encuestas aspira a obtener entre un 30 y un 35 por ciento de los votos, goza de las simpatías de la conservadora y subdesarrollada sociedad periférica tunecina gracias a los programas sociales que el partido contribuyó a financiar, aun estando ilegalizado y perseguido por las fuerzas de Ben Alí.
Su rápida reemergencia ha alarmado a sus rivales laicos, como el potente Partido Democrático y Progresista (PDP) y el Foro Democrático para el Trabajo y la Libertades(FDLL) que ahora compiten para ganar los votos de los jóvenes tunecinos y competir así contra Ennhada.
Las mujeres se encuentran especialmente preocupadas. Túnez es el único país árabe que prohibe la poligamia. Los derechos de la mujer han gozado de un estatus privilegiado, incluyendo la posibilidad del divorcio unilateral y el uso opcional del pañuelo. La tasa de alfabetización femenina supera el 80 por ciento, y las mujeres conforman más de la mitad de la población de estudiantes, y temen que la victoria de Ennhada signifique el inicio de la restricción de las libertades.
Desde el partido islamista se rechaza esta campaña negativa, alimentada durante décadas por el presidente Ben Alí y continuada durante la transición por una "minoría reticente a aceptar una transición demócratica que emplea tácticas de terror heredadas" del derrocado dirigente, lamentó Ghannouchi.
"Nuestro manifiesto subraya nuestra defensa de los derechos de la mujer y el respaldo al sistema de participación que fija la igualdad de hombres y mujeres. Las mujeres juegan un papel importante a todos los niveles de nuestro partido, como cabría esperarse de cualquier formación democrática", aclaró.
Ghannouchi ya ha avanzado el compromiso de su partido "para fortalecer la relación con los vecinos de Europa" y su intención de alcanzar para Túnez el estatus de socio avanzado de la Unión Europea, dentro de un plan "realista" a nivel social, político y económico marcado por la moderación. "La corriente mayoritaria del Islam político", concluyó, "es el mejor sistema para protegerse de las injusticias y el autoritarismo".
SIN MIEDO
El primer ministro interino de Túnez, Beji Caid Sebsi, ha instado a la población a votar "sin miedo" en unas elecciones que se desarrollarán sin la más mínima sombra de fraude. "Nadie podrá dudar, porque la manipulación no será posible. Las urnas estarán abiertas para todo el mundo", ha aseverado, al tiempo que ha enviado un mensaje de tranquilidad. "El Estado no permitirá la violencia. El proceso va a ser ejemplar", ha garantizado.
Las tensiones entre islamistas y liberales adquirieron un cariz violento la semana pasada, donde policía y manifestantes se enfrentaron ante la decisión del Gobierno de transición de mantener la prohibición del velo o niqab en las universidades.
También se registradon protestas por la retransmisión del film 'Persepolis', que describe la infancia y adolescencia bajo el régimen de los ayatolás iraníes y que es considerado por los islamistas como una afrenta al Islam. El partido Ennhada ha condenado ambas manifestaciones violentas.
EL FUTURO
La sociedad tunecina acude a las urnas por primera vez en décadas. Para una generación se trata de un episodio insólito en sus vidas y muchos de sus ciudadanos tienen problemas para entender un sencillo mecanismo electoral que en Occidente se da por sentado.
"Muchos tunecinos no están informados sobre las plataformas electorales y no se esfuerzan en conocer los programas de los candidatos", explicó el profesor Doryazed Maalej. En este sentido, el director del Centro para Oriente Próximo de la Escuela de Economía de Londres, Fawaz Gerges, reconoce "serios obstáculos", pero asegura que Túnez ha realizado su transición "de forma muy inteligente: paso a paso".
De la misma opinión es el profesor de Políticas en la universidad tunecina de Jendouba, Hedi Zaouchi. "Nos estamos poniendo al día con rapidez. Está arraigando una nueva cultura política", explicó en declaraciones recogidas por el 'USA Today'.
VOTO DE LA DIÁSPORA
Los tunecinos elegirán a los 217 integrantes de la Asamblea Constituyente, de los cuales 18 serán declarados por los votos del millón de tunecinos que conforman la diáspora --la mitad de ellos residentes en Francia-- y que comenzaron a votar el pasado jueves.
El presidente de la Autoridad Nacional para la Reforma de la Información, Kamel Labid, aseguró al portal Tunisia Live que "las elecciones en el extranjero se desarrollan sin incidentes y bajo condiciones normales".