Rusia no ve progresos en las conversaciones sobre el sistema antimisiles de la OTAN
Moscú, EP
El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, ha afirmado este miércoles que las conversaciones que están manteniendo las autoridades de su país sobre el sistema antimisiles que la OTAN quiere instalar en Europa central "no van a ninguna parte".
Aunque Washington ha intentado varias veces convencer a Moscú de que el sistema antimisiles no supone una amenaza para la seguridad de Rusia, las autoridades de este país siguen mostrándose recelosas. El presidente estadounidense, Barack Obama, ha mejorado las relaciones con Rusia reduciendo el alcance del plan, pero Moscú sigue pensando que podría debilitar sus sistemas de defensa.
Rusia y la OTAN acordaron hace un año abordar estas cuestiones intentando cooperar en el establecimiento del escudo antimisiles, pero cada una de las partes ha acogido con poco entusiasmo las propuestas que ha hecho la otra. El Kremlin ha advertido incluso de que si no se llega a un acuerdo podría desatarse una carrera armamentística.
Después de reunirse en Moscú con su homólogo de Luxemburgo, Lavrov ha dicho en una rueda de prensa que la interacción de su país con la OTAN va bien, salvo en lo referente al sistema de defensa antimisiles. En esta cuestión, "desgraciadamente, no vamos a ninguna parte", ha señalado.
Según el plan de Estados Unidos, el sistema antimisiles se colocaría en cuatro fases y el proceso finalizaría en 2020. Tendría interceptores de misiles y radares en el mar y en varios países europeos.
Mientras que la Casa Blanca argumenta que es necesario para hacer frente a la amenaza que representan países como Irán, Rusia dice que estará en una situación vulnerable si los interceptores tienen la capacidad de derribar los misiles nucleares que tiene como medio de disuasión.
Por eso pide garantías vinculantes de que el escudo no pondrá en riesgo su seguridad, pero Washington le ha respondido que no podría dárselas aunque quisiera porque para hacerlo necesitaría la aprobación del Congreso, donde son muchos quienes se oponen a limitar la estructura antimisiles de Estados Unidos.
Un alto mando de la OTAN dijo este martes en la capital rusa que la última propuesta que se ha hecho a Moscú --instalaciones conjuntas de vigilancia y respuesta al lanzamiento de misiles y la posibilidad de que Rusia observe las pruebas que realice Estados Unidos con los interceptores-- es una buena oportunidad para que Rusia compruebe que no estará amenazada.
El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, ha afirmado este miércoles que las conversaciones que están manteniendo las autoridades de su país sobre el sistema antimisiles que la OTAN quiere instalar en Europa central "no van a ninguna parte".
Aunque Washington ha intentado varias veces convencer a Moscú de que el sistema antimisiles no supone una amenaza para la seguridad de Rusia, las autoridades de este país siguen mostrándose recelosas. El presidente estadounidense, Barack Obama, ha mejorado las relaciones con Rusia reduciendo el alcance del plan, pero Moscú sigue pensando que podría debilitar sus sistemas de defensa.
Rusia y la OTAN acordaron hace un año abordar estas cuestiones intentando cooperar en el establecimiento del escudo antimisiles, pero cada una de las partes ha acogido con poco entusiasmo las propuestas que ha hecho la otra. El Kremlin ha advertido incluso de que si no se llega a un acuerdo podría desatarse una carrera armamentística.
Después de reunirse en Moscú con su homólogo de Luxemburgo, Lavrov ha dicho en una rueda de prensa que la interacción de su país con la OTAN va bien, salvo en lo referente al sistema de defensa antimisiles. En esta cuestión, "desgraciadamente, no vamos a ninguna parte", ha señalado.
Según el plan de Estados Unidos, el sistema antimisiles se colocaría en cuatro fases y el proceso finalizaría en 2020. Tendría interceptores de misiles y radares en el mar y en varios países europeos.
Mientras que la Casa Blanca argumenta que es necesario para hacer frente a la amenaza que representan países como Irán, Rusia dice que estará en una situación vulnerable si los interceptores tienen la capacidad de derribar los misiles nucleares que tiene como medio de disuasión.
Por eso pide garantías vinculantes de que el escudo no pondrá en riesgo su seguridad, pero Washington le ha respondido que no podría dárselas aunque quisiera porque para hacerlo necesitaría la aprobación del Congreso, donde son muchos quienes se oponen a limitar la estructura antimisiles de Estados Unidos.
Un alto mando de la OTAN dijo este martes en la capital rusa que la última propuesta que se ha hecho a Moscú --instalaciones conjuntas de vigilancia y respuesta al lanzamiento de misiles y la posibilidad de que Rusia observe las pruebas que realice Estados Unidos con los interceptores-- es una buena oportunidad para que Rusia compruebe que no estará amenazada.