Moscú asegura que las conversaciones con Washington sobre el escudo antimisiles están "estancadas"
Madrid, EP
El embajador de Rusia ante la OTAN, Dimitri Rogozin, ha asegurado este miércoles que las conversaciones entre Moscú y Washington sobre el desarrollo del escudo antimisiles están "paralizadas" aunque ha dejado claro que su Gobierno no hará concesiones a costa de su propia seguridad.
Horas antes, la secretaria adjunta para el Control de Armas y la Seguridad Internacional del Departamento de Estado norteamericano, Ellen Tauscher, ha asegurado que la Administración Obama está dispuesta a dar garantías por escrito a Moscú de que el proyecto no irá dirigido contra su territorio aunque no le ofrecerá garantías con vinculación legal.
"Las conversaciones sobre el sistema de defensa antimisiles con Estados Unidos han llegado a un completo estancamiento", ha advertido Rogozin. "Continuaremos las conversaciones porque todavía hay tiempo, pero poco", ha añadido, antes de recordar que la próxima cumbre de jefes de Estado y de Gobierno se celebrará en mayo de 2012 en Chicago (Estados Unidos).
El representante diplomático ha advertido a Estados Unidos de que es "bastante probable" que el Gobierno ruso combine las medidas de "respuesta" al escudo antimisiles con la continuación de las conversaciones con Washington sobre este programa, si bien el presidente ruso, Dimitri Medvedev, será quien tenga "la última palabra".
"Nuestra posición no es sólida como una piedra; es muy inteligente y está abierta al compromiso. Ofrecemos diferentes opciones", ha explicado Rogozin, en declaraciones recogidas por la agencia de noticias estatal RIA Novosti.
En la pasada cumbre de la OTAN en Lisboa, celebrada en noviembre de 2010 en Lisboa (Portugal), la Alianza Atlántica y Rusia acordaron cooperar en el desarrollo del escudo de defensa antimisiles en territorio europeo.
Desde entonces, la Alianza Atlántica ha insistido en que su programa y el de Rusia deben ser independientes aunque con capacidad para intercambiar información, mientras el Kremlin aboga por un sistema conjunto.
Washington ha emplazado a Rusia a emplear sus radares para medir la capacidad y el alcance de los interceptadores de misiles estadounidense. Rusia ha aceptado cooperar en el desarrollo del proyecto pero ya ha dejado claro que reforzará su defensa antimisil si no participa como otros miembros en este programa.
El embajador de Rusia ante la OTAN, Dimitri Rogozin, ha asegurado este miércoles que las conversaciones entre Moscú y Washington sobre el desarrollo del escudo antimisiles están "paralizadas" aunque ha dejado claro que su Gobierno no hará concesiones a costa de su propia seguridad.
Horas antes, la secretaria adjunta para el Control de Armas y la Seguridad Internacional del Departamento de Estado norteamericano, Ellen Tauscher, ha asegurado que la Administración Obama está dispuesta a dar garantías por escrito a Moscú de que el proyecto no irá dirigido contra su territorio aunque no le ofrecerá garantías con vinculación legal.
"Las conversaciones sobre el sistema de defensa antimisiles con Estados Unidos han llegado a un completo estancamiento", ha advertido Rogozin. "Continuaremos las conversaciones porque todavía hay tiempo, pero poco", ha añadido, antes de recordar que la próxima cumbre de jefes de Estado y de Gobierno se celebrará en mayo de 2012 en Chicago (Estados Unidos).
El representante diplomático ha advertido a Estados Unidos de que es "bastante probable" que el Gobierno ruso combine las medidas de "respuesta" al escudo antimisiles con la continuación de las conversaciones con Washington sobre este programa, si bien el presidente ruso, Dimitri Medvedev, será quien tenga "la última palabra".
"Nuestra posición no es sólida como una piedra; es muy inteligente y está abierta al compromiso. Ofrecemos diferentes opciones", ha explicado Rogozin, en declaraciones recogidas por la agencia de noticias estatal RIA Novosti.
En la pasada cumbre de la OTAN en Lisboa, celebrada en noviembre de 2010 en Lisboa (Portugal), la Alianza Atlántica y Rusia acordaron cooperar en el desarrollo del escudo de defensa antimisiles en territorio europeo.
Desde entonces, la Alianza Atlántica ha insistido en que su programa y el de Rusia deben ser independientes aunque con capacidad para intercambiar información, mientras el Kremlin aboga por un sistema conjunto.
Washington ha emplazado a Rusia a emplear sus radares para medir la capacidad y el alcance de los interceptadores de misiles estadounidense. Rusia ha aceptado cooperar en el desarrollo del proyecto pero ya ha dejado claro que reforzará su defensa antimisil si no participa como otros miembros en este programa.