Morales sufre su "octubre negro" pero podría anotarse una victoria
La Paz, EFE
El revés de la mayoritaria votación nula y en blanco en la elección judicial y el haberse rendido ante la presión de los indígenas de la Amazonía hacen padecer al presidente boliviano Evo Morales un "octubre negro", aunque al final podría anotarse una victoria pero con un alto costo político, dijeron hoy analistas.
Y es que Morales tuvo una semana muy dura, pero también la encaminó, con la polémica elección del 16 de octubre, el relevo de los jueces de altos tribunales, entre ellos el Constitucional, que decidirá a mediano plazo sobre su aspiración a un tercer mandato presidencial.
"Ha sufrido una derrota electoral y una derrota moral con la llegada de los indígenas a La Paz, pero también obtuvo una victoria política porque va a tener los tribunales de justicia consolidados y va a obtener un pronunciamiento del Constitucional sobre un tercer mandato", dijo hoy a Efe el analista político Carlos Cordero.
Las denuncias de la oposición de que los candidatos a magistrados son afines al Gobierno no pasaron de reclamos, por lo que, según el analista, el mandatario, que gobierna Bolivia desde el 2006, puede conseguir el aval del nuevo Tribunal Constitucional para un nuevo mandato (2015-2020).
Para el analista Jorge Lazarte, la victoria será "pírrica" porque tendrá un "altísimo costo político" a la vista de los resultados preliminares de la votación que deja a los magistrados "con muchas dudas y sin legitimidad", aunque su posesión tenga legalidad.
"En principio parecería que tiene asegurada la segunda reelección, pero hasta ese momento pueden pasar varias cosas, y habrá un Poder Judicial que nace muy deslegitimado", apuntó Lazarte a Efe.
La nueva Constitución, promulgada en 2009, permite dos mandatos consecutivos, pero el presidente aspira al tercero con el argumento de que el primer periodo (2006-2009) no cuenta porque fue previo a la creación del Estado Plurinacional en la misma carta Magna.
El cómputo oficial de la elección judicial está al 96 % y confirma la mayoritaria votación de cerca del 60 % de votos nulos y blancos, pese a la campaña de Morales a favor del sufragio valido.
La elección judicial, según Lazarte, se convirtió en un plebiscito contra Morales cuando éste anunció que esperaba un séptimo triunfo de su partido, tras otras seis votaciones ganadas, y la oposición promovió el voto nulo y en blanco.
Para Cordero, el debate sobre la aspiración del mandatario a un tercer período quedó en segundo plano durante dos meses por el conflicto de Morales con los amazónicos que rechazaron una carretera en el Territorio Indígena Parque Nacional Isioboro Secure (Tipnis).
La marcha indígena entre la Amazonía y La Paz duró 66 días y dañó la imagen de ecologista e indigenista del mandatario que el viernes finalmente aceptó la demanda de los nativos de frenar la obra vial financiada por Brasil y construida por una empresa de esa potencia regional.
Desde ese día, cuando anunció que no habrá carretera en el Tipnis, Morales, sus colaboradores y los líderes de los amazónicos, que acampan a las puertas del Palacio presidencial, negocian un acuerdo para dar por finalizado el conflicto.
Para Lazarte, el conflicto indígena y la derrota electoral fueron dos "mazazos" a Morales que vive uno de sus "peores momentos", pero que se veía venir desde que en diciembre pasado una ola de protestas ya le obligó a recular en la subida de hasta un 82 % del coste de los carburantes.
La última encuesta difundida por la prensa hace una semana, antes de la elección judicial, señaló que el 55 % de los bolivianos de las cuatro principales capitales reprueba al mandatario, frente a un 35 % que lo apoya.
El revés de la mayoritaria votación nula y en blanco en la elección judicial y el haberse rendido ante la presión de los indígenas de la Amazonía hacen padecer al presidente boliviano Evo Morales un "octubre negro", aunque al final podría anotarse una victoria pero con un alto costo político, dijeron hoy analistas.
Y es que Morales tuvo una semana muy dura, pero también la encaminó, con la polémica elección del 16 de octubre, el relevo de los jueces de altos tribunales, entre ellos el Constitucional, que decidirá a mediano plazo sobre su aspiración a un tercer mandato presidencial.
"Ha sufrido una derrota electoral y una derrota moral con la llegada de los indígenas a La Paz, pero también obtuvo una victoria política porque va a tener los tribunales de justicia consolidados y va a obtener un pronunciamiento del Constitucional sobre un tercer mandato", dijo hoy a Efe el analista político Carlos Cordero.
Las denuncias de la oposición de que los candidatos a magistrados son afines al Gobierno no pasaron de reclamos, por lo que, según el analista, el mandatario, que gobierna Bolivia desde el 2006, puede conseguir el aval del nuevo Tribunal Constitucional para un nuevo mandato (2015-2020).
Para el analista Jorge Lazarte, la victoria será "pírrica" porque tendrá un "altísimo costo político" a la vista de los resultados preliminares de la votación que deja a los magistrados "con muchas dudas y sin legitimidad", aunque su posesión tenga legalidad.
"En principio parecería que tiene asegurada la segunda reelección, pero hasta ese momento pueden pasar varias cosas, y habrá un Poder Judicial que nace muy deslegitimado", apuntó Lazarte a Efe.
La nueva Constitución, promulgada en 2009, permite dos mandatos consecutivos, pero el presidente aspira al tercero con el argumento de que el primer periodo (2006-2009) no cuenta porque fue previo a la creación del Estado Plurinacional en la misma carta Magna.
El cómputo oficial de la elección judicial está al 96 % y confirma la mayoritaria votación de cerca del 60 % de votos nulos y blancos, pese a la campaña de Morales a favor del sufragio valido.
La elección judicial, según Lazarte, se convirtió en un plebiscito contra Morales cuando éste anunció que esperaba un séptimo triunfo de su partido, tras otras seis votaciones ganadas, y la oposición promovió el voto nulo y en blanco.
Para Cordero, el debate sobre la aspiración del mandatario a un tercer período quedó en segundo plano durante dos meses por el conflicto de Morales con los amazónicos que rechazaron una carretera en el Territorio Indígena Parque Nacional Isioboro Secure (Tipnis).
La marcha indígena entre la Amazonía y La Paz duró 66 días y dañó la imagen de ecologista e indigenista del mandatario que el viernes finalmente aceptó la demanda de los nativos de frenar la obra vial financiada por Brasil y construida por una empresa de esa potencia regional.
Desde ese día, cuando anunció que no habrá carretera en el Tipnis, Morales, sus colaboradores y los líderes de los amazónicos, que acampan a las puertas del Palacio presidencial, negocian un acuerdo para dar por finalizado el conflicto.
Para Lazarte, el conflicto indígena y la derrota electoral fueron dos "mazazos" a Morales que vive uno de sus "peores momentos", pero que se veía venir desde que en diciembre pasado una ola de protestas ya le obligó a recular en la subida de hasta un 82 % del coste de los carburantes.
La última encuesta difundida por la prensa hace una semana, antes de la elección judicial, señaló que el 55 % de los bolivianos de las cuatro principales capitales reprueba al mandatario, frente a un 35 % que lo apoya.