La Primavera Árabe ha costado casi 40.000 millones de euros

Madrid, EP
Las revoluciones populares de la Primavera Árabe han costado a Libia, Siria, Egipto, Túnez, Bahréin y Yemen casi 40.000 millones de euros en pérdidas de su Producto Interior Bruto y de las finanzas públicas en general, según un informe del grupo consultor Geopolicity.

El petróleo ha sido un factor clave. "Quienes exportan ganan, quienes importan pierden", apunta el documento. Siria es el país cuyo sector económico se ha visto más afectado por las revueltas, con unas pérdidas de productividad estimadas en 19.700 millones de euros, según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI) recogidos por el informe. La mayor parte de las pérdidas se ha registrado en el ámbito de las finanzas públicas. Le sigue Libia, con pérdidas totales de 10.200 millones de euros y Egipto, con casi 7.100 millones.

Por contra, el informe apunta que los reinos árabes que no se han visto afectados por las revueltas, como Arabia Saudí o los Emiratos Árabes Unidos --donde el beneficio público ha aumentado un 31,8 por ciento-- han mejorado sus ingresos en el mismo período. Otro factor a tener en cuenta es que estos países solo se han visto afectados de forma colateral por los levantamientos, y sus economías "son más progresistas y están orientadas al crecimiento".

PELIGRO POTENCIAL

El documento de Geopolicity describe un panorama de incertidumbre, donde "el resultado de las revoluciones podría sigue siendo desconocido, y potencialmente regresivo". "Los beneficios del levantamiento continúan siendo tan intangibles como el proclamado apoyo de la comunidad internacional, lo que contribuye a la inestabilidad regional".

El grupo de expertos lamenta que "en gran parte no se ha materializado" el respaldo económico de 100.000 millones de dólares (unos 72.400 millones de euros) prometido por el G8 el pasado mes de mayo en Deauville (Francia).

Para Geopolicity, es un ejemplo de la falta de coordinación existente a la hora de implantar el desarrollo político de la región, obstaculizado de manera primordial por "la entente cordial entre Francia y Reino Unido sobre Libia, la crisis fiscal sin precedentes y los largos conflictos armados en Irak y Afganistán".

El grupo señala que "el renacimiento árabe debe estár dirigido por un liderazgo árabe", abanderado por la Liga Árabe y el Consejo de Cooperación del Golfo, y con el apoyo de la comunidad internacional.

En este sentido, lamenta que Naciones Unidas --organizada sobre la base de país por país sin coordinar ejes regionales a través de su agencias como la Secretaría y el Banco Mundial-- carezca de un marco institucional para una aproximación regional, un déficit que "debe ser corregido de forma urgente".

Así, el informe entiende que para Naciones Unidas "la manera más lógica de empezar" consistiría en "alinear sus inversiones estratégicas y sus intereses con la Liga Árabe" para acelerar el proceso de reforma política y diseñar esta hoja de ruta, que deberá incluir, de forma obligatoria, las herramientas necesarias para conseguir la reconociliación entre cualquier parte enfrentada.

En el ámbito económico, Geopolicity recomienda a los países árabes que "abran" sus finanzas a la llegada de la inversión y a la mano de obra extranjeras. En general, el grupo llama a la transparencia en el uso de los beneficios comerciales, y al desarrollo de las libertades políticas como elementos esenciales para el cambio estructural a largo plazo.

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