Israel y Hamás ultiman en El Cairo el canje de presos
La negociación incluye el relajamiento del bloqueo de la franja de Gaza y la liberación de 27 presas palestinas de los más de 1.000 acordados
Tel Aviv, El País
Empiezan a percibirse las primeras consecuencias del anunciado canje de 1.027 prisioneros palestinos por el soldado israelí Gilad Shalit. Las autoridades penitenciarias de Israel han anunciado que los reclusos de Hamás que permanezcan en prisión dejarán de estar sometidos a régimen de aislamiento. Hamás, por su parte, asegura que entre las condiciones del acuerdo figura una inmediata suavización del bloqueo sobre Gaza. El Ministerio de Justicia preparaba hoy en Jerusalén los documentos necesarios para el masivo perdón presidencial, con el fin de que el intercambio pudiera realizarse ya a partir del martes.
La organización islamista que ha conseguido eclipsar la petición de sus rivales de la OLP ante la ONU, organiza en Gaza un gran desfile para recibir a los presos liberados. Y afirma que seguirá esforzándose en capturar soldados israelíes para forzar nuevos canjes “hasta vaciar las cárceles”.
Los detalles del intercambio se discutían hoy en El Cairo entre representantes de Hamás y del Gobierno israelí, con mediación egipcia. Estaba previsto que la liberación del sargento Gilad Shalit, capturado hace cinco años y desde entonces en paradero desconocido, coincidiera con la liberación de las 27 mujeres incluidas en la lista; inmediatamente después saldrían 450 presos. Varias decenas de palestinos beneficiados por el acuerdo serán enviados a otros países. Fuentes oficiales israelíes señalan que Turquía ha aceptado recibir a un grupo de ellos.
Con las negociaciones aún en marcha y entre rumores sobre posibles peticiones adicionales de Hamás, flotaban numerosas dudas sobre el alcance del acuerdo. Qadura Fares, presidente de la Asociación de Presos Palestinos, aseguró que las autoridades penitenciarias ya han anunciado en el interior de las cárceles el fin de la política de aislamiento sobre los reclusos de Hamás, impuesta tras la captura de Shalit. Solo tres dirigentes islamistas, condenados por terrorismo, permanecerán incomunicados: Abdulá Barguti, Ibrahim Amed y Mahmud Issa.
En cuanto a Maruán Barguti, dirigente de la OLP condenado a prisión perpetua y extraordinariamente popular tanto en Cisjordania como en Gaza, Hamás aseguró que Israel se había negado de forma tajante a su liberación.
Otro aspecto por concretar se refería a la suavización del bloqueo sobre Gaza, otra de las represalias israelíes a raíz de la captura de su soldado. Según fuentes de Hamás, deberían percibirse de inmediato más facilidades para la entrada y salida de personas y mercancías. Fuentes israelíes indicaban que el relajamiento no se aplicaría si se reanudara el lanzamiento de misiles desde la Franja.
Un sector de la sociedad israelí se opone a la liberación de presos palestinos. El viernes, el monumento al ex primer ministro Isaac Rabin, asesinado por un extremista israelí, fue dañado por Shvuel Schijveschuurder, cuyos padres y tres hermanos murieron en el atentado contra una pizzería de Jerusalén, en 2001. El hombre protestaba por la excarcelación, que beneficia a varios de los implicados en ese atentado.
Tel Aviv, El País
Empiezan a percibirse las primeras consecuencias del anunciado canje de 1.027 prisioneros palestinos por el soldado israelí Gilad Shalit. Las autoridades penitenciarias de Israel han anunciado que los reclusos de Hamás que permanezcan en prisión dejarán de estar sometidos a régimen de aislamiento. Hamás, por su parte, asegura que entre las condiciones del acuerdo figura una inmediata suavización del bloqueo sobre Gaza. El Ministerio de Justicia preparaba hoy en Jerusalén los documentos necesarios para el masivo perdón presidencial, con el fin de que el intercambio pudiera realizarse ya a partir del martes.
La organización islamista que ha conseguido eclipsar la petición de sus rivales de la OLP ante la ONU, organiza en Gaza un gran desfile para recibir a los presos liberados. Y afirma que seguirá esforzándose en capturar soldados israelíes para forzar nuevos canjes “hasta vaciar las cárceles”.
Los detalles del intercambio se discutían hoy en El Cairo entre representantes de Hamás y del Gobierno israelí, con mediación egipcia. Estaba previsto que la liberación del sargento Gilad Shalit, capturado hace cinco años y desde entonces en paradero desconocido, coincidiera con la liberación de las 27 mujeres incluidas en la lista; inmediatamente después saldrían 450 presos. Varias decenas de palestinos beneficiados por el acuerdo serán enviados a otros países. Fuentes oficiales israelíes señalan que Turquía ha aceptado recibir a un grupo de ellos.
Con las negociaciones aún en marcha y entre rumores sobre posibles peticiones adicionales de Hamás, flotaban numerosas dudas sobre el alcance del acuerdo. Qadura Fares, presidente de la Asociación de Presos Palestinos, aseguró que las autoridades penitenciarias ya han anunciado en el interior de las cárceles el fin de la política de aislamiento sobre los reclusos de Hamás, impuesta tras la captura de Shalit. Solo tres dirigentes islamistas, condenados por terrorismo, permanecerán incomunicados: Abdulá Barguti, Ibrahim Amed y Mahmud Issa.
En cuanto a Maruán Barguti, dirigente de la OLP condenado a prisión perpetua y extraordinariamente popular tanto en Cisjordania como en Gaza, Hamás aseguró que Israel se había negado de forma tajante a su liberación.
Otro aspecto por concretar se refería a la suavización del bloqueo sobre Gaza, otra de las represalias israelíes a raíz de la captura de su soldado. Según fuentes de Hamás, deberían percibirse de inmediato más facilidades para la entrada y salida de personas y mercancías. Fuentes israelíes indicaban que el relajamiento no se aplicaría si se reanudara el lanzamiento de misiles desde la Franja.
Un sector de la sociedad israelí se opone a la liberación de presos palestinos. El viernes, el monumento al ex primer ministro Isaac Rabin, asesinado por un extremista israelí, fue dañado por Shvuel Schijveschuurder, cuyos padres y tres hermanos murieron en el atentado contra una pizzería de Jerusalén, en 2001. El hombre protestaba por la excarcelación, que beneficia a varios de los implicados en ese atentado.