El laborista Higgins gana las elecciones presidenciales de Irlanda
Su máximo rival, el empresario Seán Gallagher, reconoce su victoria.- Martin McGuinness, número dos del Sinn Féin, ha quedado tercero
Belfast, El País
El veterano laborista Michael D. Higgins ha ganado con inesperada facilidad las elecciones presidenciales de Irlanda, que se celebraron ayer pero no se han empezado a escrutarse hasta hoy. Su máximo rival, el empresario Seán Gallagher, ha dado por perdida la batalla electoral a media tarde, horas antes incluso de que se dieran a conocer oficialmente los resultados del primer recuento. Aunque el recuento está muy lejos de haber acabado, los resultados que se conocen otorgan a Higgins más del 40% de los votos, casi el doble que Gallagher y el triple que Martin McGuinness, el número dos del Sinn Féin y tercero en discordia en estos comicios.
Aunque el cargo de presidente es meramente protocolario, Irlanda ha vivido quizás la campaña más enconada de su historia en unas presidenciales. Gallagher llegó a la recta final de la campaña como claro favorito, pero en el último gran debate electoral no supo explicar con claridad y franqueza su papel como intermediario en al menos una donación al Fianna Fáil, el histórico partido irlandés caído en desgracia por los terribles efectos de la crisis financiera.
Aunque fue McGuinness quien acorraló a Gallagher en ese debate, ha sido Higgins el gran beneficiado. El empresario ha dado a media tarde por perdidas las elecciones y ha felicitado al veterano laborista. “En la última hora he llamado a Michael D. Higgins para felicitarle y le agradezco sinceramente el carácter positivo de su campaña”, ha declarado Gallagher. “Su lema aseguraba que será un presidente para sentirse orgulloso de él y creo que va a ser ese tipo de presidente”, ha añadido.
Aunque el sistema electoral irlandés es muy complejo porque los votantes pueden expresar el orden de preferencia de los candidatos y se van produciendo recuentos hasta que uno de los candidatos obtiene la mayoría absoluta, la ventaja de Higgins es tan grande que es prácticamente imposible que alguno de sus contendientes pueda superarle.
El primero en felicitarle ha sido el activista gay senador David Norris, que ha obtenido en torno al 10% de los votos y que ya esta mañana ha augurado a la vista de los primeros resultados que Higgins se proclamaría vencedor.
A primera hora de la tarde ya ha empezado a cantar victoria el líder laborista y ministro de Asuntos Exteriores, Eamon Gilmore, que ha calificado de “bastante segura” su victoria y ha alabado su “muy positiva campaña”. “Hemos tenido el honor como partido de nominar al que consideramos el mejor candidato y estamos encantados de que el electorado esté de acuerdo con nosotros en eso”.
Nacido en Limerick en una familia, Higgins tiene 70 años y pasa por ser un político apasionado y respetado, aunque ha ejercido pocos cargos de responsabilidad en el Gobierno porque su partido, el Laborista, ha llegado muy pocas veces al poder en un país tradicionalmente dominado por un electorado muy conservador.
Su acción política se ha basado sobre todo en la batalla de las ideas y en la defensa de un cambio progresista, de la igualdad de las mujeres, y la defensa de los sistemas contraceptivos, el divorcio o los derechos de las personas con discapacidades. En el plano internacional, Michael D.Higgins ha sido especialmente activo en el apoyo a proyectos de ayuda humanitaria en países como Nicaragua, El Salvador, Camboya, Irak, Somalia o Chile.
Belfast, El País
El veterano laborista Michael D. Higgins ha ganado con inesperada facilidad las elecciones presidenciales de Irlanda, que se celebraron ayer pero no se han empezado a escrutarse hasta hoy. Su máximo rival, el empresario Seán Gallagher, ha dado por perdida la batalla electoral a media tarde, horas antes incluso de que se dieran a conocer oficialmente los resultados del primer recuento. Aunque el recuento está muy lejos de haber acabado, los resultados que se conocen otorgan a Higgins más del 40% de los votos, casi el doble que Gallagher y el triple que Martin McGuinness, el número dos del Sinn Féin y tercero en discordia en estos comicios.
Aunque el cargo de presidente es meramente protocolario, Irlanda ha vivido quizás la campaña más enconada de su historia en unas presidenciales. Gallagher llegó a la recta final de la campaña como claro favorito, pero en el último gran debate electoral no supo explicar con claridad y franqueza su papel como intermediario en al menos una donación al Fianna Fáil, el histórico partido irlandés caído en desgracia por los terribles efectos de la crisis financiera.
Aunque fue McGuinness quien acorraló a Gallagher en ese debate, ha sido Higgins el gran beneficiado. El empresario ha dado a media tarde por perdidas las elecciones y ha felicitado al veterano laborista. “En la última hora he llamado a Michael D. Higgins para felicitarle y le agradezco sinceramente el carácter positivo de su campaña”, ha declarado Gallagher. “Su lema aseguraba que será un presidente para sentirse orgulloso de él y creo que va a ser ese tipo de presidente”, ha añadido.
Aunque el sistema electoral irlandés es muy complejo porque los votantes pueden expresar el orden de preferencia de los candidatos y se van produciendo recuentos hasta que uno de los candidatos obtiene la mayoría absoluta, la ventaja de Higgins es tan grande que es prácticamente imposible que alguno de sus contendientes pueda superarle.
El primero en felicitarle ha sido el activista gay senador David Norris, que ha obtenido en torno al 10% de los votos y que ya esta mañana ha augurado a la vista de los primeros resultados que Higgins se proclamaría vencedor.
A primera hora de la tarde ya ha empezado a cantar victoria el líder laborista y ministro de Asuntos Exteriores, Eamon Gilmore, que ha calificado de “bastante segura” su victoria y ha alabado su “muy positiva campaña”. “Hemos tenido el honor como partido de nominar al que consideramos el mejor candidato y estamos encantados de que el electorado esté de acuerdo con nosotros en eso”.
Nacido en Limerick en una familia, Higgins tiene 70 años y pasa por ser un político apasionado y respetado, aunque ha ejercido pocos cargos de responsabilidad en el Gobierno porque su partido, el Laborista, ha llegado muy pocas veces al poder en un país tradicionalmente dominado por un electorado muy conservador.
Su acción política se ha basado sobre todo en la batalla de las ideas y en la defensa de un cambio progresista, de la igualdad de las mujeres, y la defensa de los sistemas contraceptivos, el divorcio o los derechos de las personas con discapacidades. En el plano internacional, Michael D.Higgins ha sido especialmente activo en el apoyo a proyectos de ayuda humanitaria en países como Nicaragua, El Salvador, Camboya, Irak, Somalia o Chile.