El Gobierno de Morales defiende la elección pese a la mayoría de votos nulos y blancos


La Paz, EFE
El gobierno y el partido del presidente de Bolivia, Evo Morales, defendieron hoy la elección del domingo para los magistrados del Órgano Judicial, pese a la mayoría de sufragios nulos y en blanco revelada por cómputos extraoficiales, a falta de información del Tribunal Supremo Electoral.

Los ministros y dirigentes oficialistas salieron al paso de la oposición, que exige la nulidad de la elección con el argumento de que concluyó con un 45 % de votos nulos, un 38 % de validos y un 17% de blancos, según los datos de la red de televisión privada ATB.

La elección, según el Gobierno, no puede ser cuestionada, pese al porcentaje de votos nulos, que, según la prensa, es el más alto en las elecciones celebradas en 26 años.

Hasta ahora el récord para los nulos era un 6 % registrado en 1989 y en el caso de los blancos el porcentaje mayor sigue siendo el 25 % registrado en 2005.

El mismo Morales anticipó el domingo por la noche, en un mensaje escueto, en el que se le vio contrariado por los resultados, que iba a seguir adelante con la reforma judicial, pese a la votación nula.

En ese sentido, el ministro de Comunicación, Iván Canelas, destacó hoy en una rueda de prensa la "conformación pluralista" del órgano judicial, pero no quiso comentar el porcentaje de nulos.

"La gente ha ido y votado por ellos y eso es lo que vale, eso es lo importante. ¿Por qué quieren deslegitimizar a esta gente que ha participado en estas elecciones? no nos parece justo ni correcto", dijo el ministro.

Su colega de Gobierno (Interior), Wilfredo Chávez, enfatizó que muchos candidatos sumaron decenas de miles de votos "lo que da absoluta legitimidad a las elecciones y a esas autoridades electas por el voto", en un proceso que, según dijo, contrasta con lo que ocurría antes, cuando 105 parlamentarios podían hacer las designaciones para el poder judicial.

La oposición llamó a votar nulo y en blanco para rechazar las políticas de Morales y la elección con el argumento de que es una trama para copar los 56 altos cargos de los tribunales Supremo, Constitucional, Agroambiental y el Consejo de la Magistratura.

Chávez apuntó que están a la espera de que el tribunal electoral, al que la oposición acusa de estar en manos del oficialismo, dé a conocer los resultados oficiales a partir del 29 de octubre para pronunciarse sobre los votos nulos.

La posición expresada por el Gobierno ratifica que Morales no dará marcha atrás en la elección, porque ello supondría hacer concesiones a la oposición en su pedido de anularla, pero también reconocer su primera derrota electoral desde el 2005.

A la vista de los resultados extraoficiales, que son los únicos con los que se cuenta de momento, el oficialismo insiste en que la votación no tuvo carácter plebiscitario, pese a que el mismo Morales anticipó que pretendía ganar con un 70 % de apoyo en las urnas.

El jefe de la centrista Unidad Nacional, Samuel Doria Medina, dijo a Efe que si Morales no escucha el mensaje del domingo, "peor para él, porque tendrá más conflictos y la población pedirá no solo que anule la elección sino planteará otras exigencias".

No obstante, enfatizó que no es partidario de pedir la revocación del mandato del gobernante, porque "tiene que cumplir su periodo democrático, aún cuando llegue maltrecho", lo que ocurrirá en enero del 2015, aunque Morales aspira a un tercer período, pese a que la Constitución que él mismo promulgó lo impide.

Precisamente, la intención de frenar un tercer mandato para Morales es un argumento de los opositores para rechazar la elección del domingo porque consideran que los magistrados electos para el Constitucional estarán a favor del mandatario.

Para el expresidente Jorge Quiroga (2001-2002), el porcentaje de votos nulos es el "principio del fin del delirio hegemónico de hacer un proyecto a perpetuidad con partido único".

Enfatizó que los electores han rechazado "un país que está cayendo en garras del narcotráfico, de la inseguridad y de la violencia por la pasividad cómplice del Gobierno".

Los comicios, a los que estuvieron convocados 5,2 millones de votantes, fueron verificados por observadores de Unasur y la OEA, cuya misión estuvo a cargo del expresidente panameño Martín Torrijos.

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